Viejos actores para nuevos papeles
EL DEBATE sobre el estado de la naci¨®n se desarrolla en un tono de sosiego que est¨¢ en las ant¨ªpodas del que se celebr¨® hace dos a?os. Ese clima sirvi¨® al presidente Aznar para responder a las cr¨ªticas de Gonz¨¢lez por ciertos comportamientos del Gobierno que calific¨® como abusos de poder. El debate anterior se celebr¨® en febrero de 1995, y el l¨ªder de la oposici¨®n -Aznar- dedic¨® su discurso a deslegitimar al presidente: "V¨¢yase, se?or Gonz¨¢lez". Tiene raz¨®n Aznar en que este debate est¨¢ resultando mucho m¨¢s sosegado y es posible que sea el reflejo de una atm¨®sfera pol¨ªtica m¨¢s despejada. Pero ser¨ªa injusto ignorar que el motivo principal de ese cambio (le tono es que los protagonistas de entonces han cambiado sus papeles y que el nuevo l¨ªder de la oposici¨®n no ha respondido a su oponente de entonces con la misma moneda de la descalificaci¨®n global. Es m¨¢s, no tuvo reparo en admitir de entrada la favorable evoluci¨®n de la econom¨ªa.El debate fue moderado de tono, aunque sin los destellos de brillantez que caracterizaron a algunos (le los primeros a?os de la transici¨®n. Desde luego, Aznar no es Su¨¢rez, pero tampoco Gonz¨¢lez es el de los a?os ochenta. El actual presidente fue cicatero incluso para reconocer el tono constructivo de las intervenciones de su rival.
Aznar lleg¨® al debate con dos bazas en la mano: la buena coyuntura econ¨®mica y el pacto con los nacionalistas. Respecto a la econom¨ªa, no se limit¨® a enumerar las buenas cifras macro o las expectativas de superar el examen europeo de convergencia, sino que intent¨® ligar esos resultados con efectos tangibles para el ciudadano: la rebaja de las tarifas el¨¦ctricas como consecuencia de las reformas liberalizadoras, o el abaratamiento de los cr¨¦ditos derivado de la reducci¨®n de los tipos de inter¨¦s, el acceso a la vivienda por la liberaci¨®n del suelo, etc¨¦tera. Tuvo especial inter¨¦s -y puso mucha vehemencia en ello en las r¨¦plicas- en vindicar la pol¨ªtica social del Ejecutivo. El pacto de las pensiones ser¨ªa la prueba de lo injustificado de las sospechas sembradas por los socialistas sobre las intenciones del PP al respecto, y el acuerdo sobre la reforma laboral demostrar¨ªa la sinceridad de su compromiso de favorecer el di¨¢logo social.
El segundo aspecto que explot¨® a fondo fue el cumplimiento del pacto con los nacionalistas, que en sus intervenciones as¨ª lo reconocieron. Aznar reiter¨® el llamamiento a afianzar el consenso en los temas de Estado y propuso un bienio de tregua a la oposici¨®n. Los turnos de r¨¦plica pusieron de manifiesto, sin embargo, que parec¨ªa tratarse de una tregua sin contrapartidas, como si las palabras bastaran para crear la realidad. Una vez m¨¢s se ampar¨® en las grandes palabras -"inter¨¦s general"- cuando Gonz¨¢lez denunci¨® con firmeza los abusos de poder cometidos en tres cuestiones: la utilizaci¨®n partidista de la Agencia Tributaria, las leyes sobre televisi¨®n digital y el nombramiento del fiscal jefe de la Audiencia Nacional.
Las explicaciones sobre el nombramiento de Fungairi?o indican que Aznar todav¨ªa no ha entendido cu¨¢l es el problema de fondo, y las apelaciones al inter¨¦s general y la defensa contra los monopolios en relaci¨®n a la batalla de la televisi¨®n digital retumbaban a populismo en un d¨ªa en que se hab¨ªan conocido las declaraciones del comisario europeo Bangemann: "Lo que pretende la ley espa?ola es un monopolio", "el Gobierno tendr¨¢ que pagar da?os y perjuicios". Aznar no tuvo respuesta a la pregunta de Gonz¨¢lez: por qu¨¦ los intereses de Televisa se identificar¨ªan con el inter¨¦s general, y los de su competidora, con el particular de sus accionistas.
Despu¨¦s de tantos debates sobre el estado de la naci¨®n es probable que no tenga mucho sentido determinar qui¨¦n ha ganado o perdido. Lo significativo para los ciudadanos ser¨ªa que las partes confrontadas no se encastillaran en las posiciones previamente adquiridas y que fueran capaces de incorporar las propuestas m¨¢s razonables de sus oponentes. Esto no es una utop¨ªa, sino la demostraci¨®n de que, tras 20 a?os de democracia, ¨¦sta ha madurado y se ha enriquecido. En este ¨²ltimo sentido, la permeabilidad de Gonz¨¢lez fue ayer bastante m¨¢s convincente que la rigidez de Aznar. Algo se ha avanzado, al menos en el sentido de hacer oposici¨®n.
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