La muerte s¨²bita arruina, a Espa?a
La selecci¨®n s¨®lo podr¨¢ optar al 5? puesto despu¨¦s de que Smith fallara un triple ante Rusia
Un triple volvi¨® a separar a Espa?a de la frontera que no traspasa desde hace ya seis a?os, las semifinales de un gran torneo. Lo fall¨® Smith en el ¨²ltimo segundo de un encuentro ante una selecci¨®n rusa que domin¨® durante los ¨²ltimos diez minutos pero que siempre estuvo a tiro de piedra. Espa?a se lo jug¨® todo a una carta en la ¨²ltima acci¨®n de una batalla descarnada, ag¨®nica, emocionante por el reparto de errores en ambos bandos.Fue tras el ¨²ltimo de los escarceos bajo su canasta, con una acci¨®n de Fetisov que se sali¨® materialmente del aro y una falta de Esteller que no aprovech¨® del todo el p¨ªvot ruso -s¨®lo meti¨® uno de los dos tiros libres- dejando el marcador en 67-69. Quedaban 13 segundos y 9 d¨¦cimas. Suficientes. Subi¨® el bal¨®n Rafa Jofresa, se meti¨® hasta los sobacos de Fetisov y abri¨® al v¨¦rtice para que Smith intentase el s¨¦ptimo triple de la noche, que como el resto hizo agua. Luego una falta desesperada permiti¨® a los rusos ampliar un tanto su victoria. No hubo t¨¦rmino medio.
La selecci¨®n, de entrada, le hab¨ªa llegado a encontrar la vena rob¨®tica a la selecci¨®n rusa en base a una gran defensa y a una administraci¨®n apa?ada de sus recursos ofensivos. La defensa espa?ola estuvo en la l¨ªnea de lo que ha venido si¨¦ndolo durante todo el campeonato. Muy solidaria, indesmayable, a veces hasta con un exceso de ayudas. Pero en ese terreno vale m¨¢s fallar por exceso que por defecto. Mucho salieron Due?as y Reyes detr¨¢s de tipos m¨¢s polivalentes que ellos como Mijailov y Fetisov.
El ataque es donde a Espa?a le_ duele. Empez¨® sudando cada canasta como si de un gol se tratara. Dos tantos en tres minutos. Y as¨ª hasta que Smith present¨® armas por libre. Sus arrancadas con frenazo y salto de saltimbanqui dentro de la zona llevaron de cabeza a Babkov y a toda la defensa rusa. Mijailov, Kisurin, la fuerza de choque rusa empez¨® a crearle problemas hasta cierto punto previsibles a Due?as y Reyes que sumaron faltas con rapidez.
Pero el arma letal de los rusos, entre la defensa espa?ola y el tembleque de las mu?ecas de Babkov, Karasev y compa?ia, se qued¨® en casquillada (1 de 10 en triples en la primera parte). Sin embargo, Herreros publicaba buenas noticias en el ataque espa?ol. Sus tiros llegaban como agua de mayo. La cosecha se hac¨ªa pr¨®spera: 22-11.Los rusos, rendidos a la evidencia, rozaron su vena rob¨®tica pero su frialdad les permiti¨® sobrevivir con penetraciones y al forzar faltas y, pese a sus fallos en tiros libres -sumaron un parcial de 4 de 11- lograron llegar vivos al descanso, 37-29, pese al estir¨®n que le dio Orenga al marcador espa?ol.
La decoraci¨®n cambi¨® por completo tras el descanso. Mijailov y Fetisov encontraron muchos m¨¢s pasillos en la defensa espa?ola despu¨¦s de que sus compa?eros encontraran la forma de doblar balones dentro de la zona. Las faltas hicieron mella en el equipo espa?ol empezando adem¨¢s por Herreros, la pieza que se hac¨ªa m¨¢s insustituible. Sin ¨¦l ya muy pronto (cuatro faltas en el minuto 22), el equipo perdi¨® la br¨²jula cinco p¨¦rdidas de posesi¨®n en tres minutos y 2 de 8 en tiros libres) y Fetisov entr¨® en calor: 47-51. A partir de ah¨ª, a contrapelo todo el tiempo. Y por si fuera poco, Ferran qued¨® fuera de combate muy pronto. Espa?a se pas¨® el tiempo corriendo por detr¨¢s de los rusos. Los errores se repartieron. Los dos equipos se aceleraron m¨¢s de la cuenta. Y Espa?a, una, vez mas, muri¨® en el partido que le separa desde hace m¨¢s de un quinquenio del pedastal de los mejores. Ahora, queda no obstante, un empe?o vital, clasificarse cuanto me nos entre los seis primeros para obtener el pasaporte para el Mundial de Atenas en 1998. Nadie puede desertar.
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