El asesinato y el terror dominan la campa?a electoral en Colombia
Los pr¨®ximos comicios municipales ser¨¢n una batalla m¨¢s de la guerra entre paramilitares y guerrilla
"Ese es un asunto personal", respondi¨® el alcalde de Cartagena del Chair¨¢, una peque?a poblaci¨®n de la Amazonia colombiana, a la pregunta ?a qu¨¦ partido pertenece? Su respuesta fue el simple reflejo del miedo que en este momento sienten en este pa¨ªs los militantes de la Uni¨®n Patri¨®tica (UP), formaci¨®n pol¨ªtica nacida de los acuerdos firmados entre la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucioriarias de Colombia (FARC) y el Gobierno en 1984. Aunque parece imposible que la situaci¨®n de esta formaci¨®n opositora pueda empeorar -suma ya m¨¢s de 3.000 de sus miembros asesinados-, una de sus dirigentes, Jael Quiroga, presagia una pesadilla a¨²n peor: "Nunca, y llevo a?os en la pol¨ªtica, me he sentido tan desesperanzada. Es la situaci¨®n preelectoral m¨¢s confusa y complicada que he vivido".El a?o pasado, la cifra fue de un miembro de la UP asesinado cada dos d¨ªas. Este a?o no han hecho o no han querido actualizar la macabra estad¨ªstica. S¨®lo est¨¢ claro que los candidatos en las zonas de control paramilitar est¨¢n aterrorizados, todos han sido amenazados. Y el temor es general: cualquier colombiano, de cualquier condici¨®n, tiene claro que las elecciones que se avecinan -regionales en octubre y presidenciales en marzo del pr¨®ximo a?o- van a ser las m¨¢s violentas de la violenta historia pol¨ªtica de este pa¨ªs.
"Vamos a participar en donde nos dejen. Los informes que tenemos son realmente angust¨ªosos", dijo a EL PA?S Quiroga. Y r¨¢pidamente hizo un recorrido por el mapa electoral colombiano. En el norte hay zonas completamente controladas por fuerzas paramilitares. En la provincia de C¨®rdoba, por ejemplo, la Uni¨®n Patri¨®tica no puede tener una sede fija y la Corriente de Renovaci¨®n Socialista, fracci¨®n del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional, que pas¨® a ser partido pol¨ªtico tras renunciar a la lucha armada y firmar un acuerdo con el Gobierno, tuvo que renunciar a participar en la contienda electoral, pues sus dos candidatos a corporaciones p¨²blicas fueron asesinados. Los concejales que ten¨ªan en la provincia de Sucre corrieron igual suerte.
Ej¨¦rcito impasible
"Mi angustia es grande, hace poco regres¨¦ del Magdalena Medio [rica regi¨®n ganadera y agr¨ªcola en el centro del pa¨ªs] y en Puerto Wilches, por dar un solo ejemplo, los paramilitares llegaron el pasado 9 de julio. Est¨¢n all¨ª, a pocos pasos de la polic¨ªa, y no pasa nada", contin¨²a Quiroga. No es ella la ¨²nica que habla de esta paradoja. Cualquiera que salga de las grandes ciudades se puede encontrar con que los paramilitares hacen retenes, vienen o van, y todo a pocos pasos de los comandos militares.Pero el temor no es patrimonio de los partidos de la oposici¨®n de izquierda. Lo sienten tambi¨¦n miembros de los partidos tradicionales, liberal y conservador. En la sure?a provincia de Guaviare, por ejemplo, expulsaron a los liberales. La culpable de todo es la polarizaci¨®n a la que se ha llegado por la guerra entre paramilitares y guerrilla y que ha desgarrado el pa¨ªs.
Seg¨²n un informe de la revista Semana, 622 de los 1.062 municipios colombianos tienen influencia guerrillera. Los paramilitares la tienen en 450. Los dos grupos han anunciado ya, y lo est¨¢n cumpliendo, que no dejar¨¢n ning¨²n espacio para que sus enemigos hagan campa?a pol¨ªtica. Para los paramilitares, los enemigos son la UP, el partido comunista, los movimientos c¨ªvicos y de izquierda a los que se?alan como colaboradores de la guerrilla. Para la guerrilla, son todos los pol¨ªticos tradicionales que consideran corruptos o cercanos a los paramilitares. Ambos grupos armados parecen tener claro que su influencia seguir¨¢ siendo incompleta si no se toman las administraciones municipales.
La t¨¢ctica de la guerrilla -sobre todo en la provincia de Antioqu¨ªa- ha sido la de secuestrar alcaldes y candidatos. Les exigen que se pronuncien contra los paramilitares y contra las Convivir -cooperativas de seguridad-, organizaciones legales que, seg¨²n el Gobierno, cumplen una funci¨®n de apoyo a las fuerzas militares y, seg¨²n otros -la Iglesia y las organizaciones de derechos humanos-, no son m¨¢s que la legalizaci¨®n de los grupos paramilitares.
Si yo salgo a hablar p¨²blicamente en contra de los paramilitares y de las Convivir, estoy diciendo el color y el tama?o de mi ata¨²d, porque los otros me van a se?alar como auxiliador de la guerrilla", dijo un pol¨ªtico antioque?o. Es com¨²n que otros digan que cosas como ¨¦stas les obligan a pensarlo dos veces antes de aspirar a alg¨²n cargo p¨²blico. Algunos pol¨ªticos -entre ellos, el alcalde de Ituango- ya fueron ejecutados por la guerrilla. Este a?o, cinco alcaldes han sido asesinados y 12 han renunciado por amenazas.
Para los dirigentes de asociaciones de alcaldes, concejales y gobernadores, est¨¢ claro que la contienda electoral se har¨¢ con balas y ser¨¢ una campa?a urbana, pues nadie correr¨¢ el riesgo de hacerlo en zonas rurales. Alvaro Jim¨¦nez, de la asociaci¨®n de concejales, da una larga lista de ejemplos para mostrar que la violencia golpea a todos.
"En el Caquet¨¢, provincia amaz¨®nica, la gente que no est¨¢ en el partido comunista o en el liberal no tiene qui¨¦n le defienda. Y si llegan a adquirir alg¨²n tipo de poder, son asesinados. En la Guajira [en el norte del pa¨ªs], los paramilitares est¨¢n haciendo o incidiendo en la pol¨ªtica; en Antioqu¨ªa, las Convivir han significado la desaparici¨®n de dirigentes sindicales y sociales. En Urab¨¢ [zona ganadera en el Caribe], la UP no puede participar en las elecciones", afirma Jim¨¦nez.
Las amenazas no han tocado ¨²nicamente a los aspirantes a cargos p¨²blicos. En el Putumayo, al sur del pa¨ªs, la Registradur¨ªa, ¨®rgano electoral, envi¨® funcionarios para llevar a cabo el proceso de inscripci¨®n. Cinco de ellos tuvieron que regresar porque las amenazas les impidieron cumplir con su trabajo. La situaci¨®n es tan grave que la directora en Colombia de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la espa?ola Almudena Mazarrasa, expidi¨® un comunicado en el que se "condena en¨¦rgicamente la escalada de amenazas y atentados contra los representantes electos y candidatos que se preparan a participar en el pr¨®ximo proceso electoral".
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