Infinito arte
Charlie Parker dec¨ªa: "Sal y toca". Sentencia tan escueta y llana como dif¨ªcil de cumplir, ha sido despu¨¦s malinterpretada y hasta tergiversada por ciertos m¨²sicos de alta ambici¨®n intelectual, pero dudoso talento emocional.El extraordinario trompetista Nicholas Payton (de 23 a?os), tiene un coraz¨®n tan grande que se puede permitir el lujo de seguirla al pie de la letra. Sabe que nacer m¨²sico de jazz en Nueva Orleans otorga la ventaja del ilustre linaje, pero obliga a convivir con un pasado glorioso, cargado de nombres, legendarios, y se aplica a honrar su memoria con entusiasta determinaci¨®n y apasionada sinceridad.
Ya desde su primera, intervenci¨®n, se supo que se iba a escuchar a un fen¨®meno que tardar¨¢ mucho tiempo en repetirse, a un verdadero coloso de infinita bondad art¨ªstica, incapaz de entregar un solo comp¨¢s rutinario y siempre dispuesto a ir mil pasos m¨¢s all¨¢ de la mera correcci¨®n. Su trompeta est¨¢ ense?ada a ir al grano, sin disimular su naturaleza ni doblegar su prop¨®sito.
Danilo P¨¦rez / Nicholas Payton & The Gumbo Nouveau Band
Milt Jackson & Hank Jones All Star QuartetSal¨®n de Plenos del Ayuntamiento y plaza de la Trinidad. San Sebasti¨¢n, 25 de julio.
En la segunda jornada del festival donostiarra, dispens¨® un trato ¨¢spero y jubiloso al Wild man blues, de Jelly Roll Morton y arrull¨® otro cl¨¢sico, These foolish things, con ternura de baladista consumado. Por su parte, el saxofonista Jesse Davis, fiel a su ra¨ªz parkeriana, cumpli¨® a la perfecci¨®n su. misi¨®n de segundo metal de lujo, y la secci¨®n r¨ªtmica aprovech¨® sus momentos de protagonismo para demostrar que funciona de maravilla como c¨¦lula sonora aut¨®noma, aunque se identifique plenamente con el proyecto de su director. El concierto del quinteto de Payton se hizo corto, porque tan aplicados y, respetuosos alumnos deb¨ªan ceder cortesmente el paso a los maestros, de los que quieren seguir aprendiendo.
Hank Jones y Milt Jackson tienen dos apellidos corrientes, pero dos sensibilidades ¨²nicas. Dentro de la generaci¨®n de pianistas formados en la escuela del bebop, Jones confirm¨® que es uno de los que m¨¢s decididamente ha remontado en la historia del jazz; para recolectar argumentos y modelar un estilo sint¨¦tico, que le permite expresarse con asombrosa claridad. A punto de cumplir los 79 a?os, volvi¨® a fascinar con su jazz cuello de cisne, estilizado, et¨¦reo y esencial.
Cinco a?os m¨¢s joven, Jackson es nada menos que el inventor del lenguaje moderno del vibr¨¢fono. Nadie ha percutido las varillas con tanto sentido del blues, ni ha levantado solos con tan sutil sentido de la, estructura y del adorno. De ambas virtudes derroch¨® en un estremecedor Nature boy, en ¨ªntimo di¨¢logo con la audiencia. El contrabajista Ray Drummond aport¨® solidez al conjunto y Mickey Rocker, compa?ero de Jackson en el Modern Jazz Quartet tras la muerte de Connie Kay, demostr¨® que, detr¨¢s de su rostro de boxeador fracasado, se esconde un percusionista imaginativo y de discreci¨®n radical, casi clandestina.
Los dos espl¨¦ndidos conciertos de la plaza de la Trinidad tuvieron un pre¨¢mbulo no menos atractivo en el Sal¨®n de Plenos del Ayuntamiento donostiarra, donde Danilo P¨¦rez hizo fundirse en un abrazo hist¨®rico a Monk Bach, bajo un t¨®rrido sol tropical. El denso pianismo de este paname?o at¨ªpico deleit¨® con reformulaciones en profundidad, tanto de cl¨¢sicos (Everything happens to me) como de piezas nunca, antes tocadas en clave de jazz (Alfonsina y el mar).
Si alg¨²n pero se le puede poner a su concepto es, precisamente, la profusi¨®n de ideas y cierta ansiedad a la hora de encadenar sin respiro complejas soluciones creativas. P¨¦rez es un excepcional m¨²sico en ciernes, afanado en delimitar su territorio expresivo. Pero seguramente le vendr¨ªa bien tomarse tiempo para reposar los hallazgos que ha logrado. Ya se sabe que, cuando se aspira a crear un universo art¨ªstico propio, conviene descansar por lo menos un d¨ªa a la semana.
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