Frascuelo es otra cosa
Eran ya los ¨²ltimos minutos de la corrida y surgi¨® lo que nadie esperaba. El confirmante Jos¨¦ Ignacio Ramos andaba por los terrenos del dos, sin decidirse a arrimarse a un toro flojo, sin casta, que se defend¨ªa a testarazos. El p¨²blico, aburrido. Y de repente el torero se volc¨® sobre el morrillo y dej¨® un estoconazo arriba. El toro cay¨® fulminado y su r¨¢pida muerte cal¨® en los impresionables, que consiguieron que el presidente Lamarca asintiera al corte de ap¨¦ndice.Pero antes de la sugesti¨®n final hab¨ªamos visto a un torero de verdad. Un torero que realiz¨® su labor como los maestros de la tauromaquia. Y es que, se?ores impresionables, Frascuelo es otra cosa. Y ustedes, no se enteraron. El veterano torero madrile?o se encontr¨® con dos toros con los que parec¨ªa imposible el lucimiento y, pese a ello, consigui¨® lucirse.
P¨¦rez / Frascuelo, Camino, Ramos
Cuatro toros de Antonio P¨¦rez aceptables, flojos, descastados. 1? y 5? de P¨¦rez Angoso, terciado y aceptable, mansos.Frascuelo: aplausos y saludos en ambos. Rafael Camino: silencio y pitos. Jos¨¦ Ignacio Ramos, que confirmaba la alternativa, palmas y oreja protestada. Plaza de Las Ventas. 3 de agosto. Un cuarto de entrada.
Trazo belmontino
A Frascuelo le correspondi¨® como primer antagonista un animal que punteaba y se quedaba a la mitad del pase y con su segundo, un astado medio inv¨¢lido, que se cay¨® varias veces. A semejante material, el diestro le sac¨® ver¨®nicas rodilla en tierra, medias ver¨®nicas de trazo belmontino, muletazos con la derecha en los medios, un terreno en el que ninguno de los mansos se encontraba a gusto. Naturales de enorme pureza en el cite y en la ejecucion. Adornos adecuados a las condiciones de cada toro. Y todo esto fue premiado con unos cicateros aplausos. Pero as¨ª est¨¢n las cosas.Jos¨¦ Ignacio Ramos vino a confirmar la alternativa con muy escaso bagaje de actuaciones. Ha tenido la suerte de encontrarse con esa oreja arrancada por los impresionables. Se le vieron algunas cosas de m¨¦rito. La manera de sacar a su primer toro a los medios, con muletazos por bajo de empaque y torer¨ªa. Su porf¨ªa con unos enemigos que ten¨ªan enormes ganas de irse a los tableros y a los que, a veces, consigui¨® meter en el enga?o. Y esa estocada. En su contra, lo mal que ejecuta la suerte de banderillas. Se va del embroque con ventaja y clava muy desigual.
Hab¨ªa por all¨ª un tercero en discordia. Rafael Camino, en otro tiempo diestro de ciertas campanillas y hoy famoso por otros menesteres ajenos a su oficio. Sac¨® alg¨²n derechazo templado a su primer toro, para desanimarse muy pronto ante la falta de casta del bicho. Estuvo medroso y desconfiado con su segundo, que lleg¨® al trance final flojo y gazap¨®n, tirando hachazos. Result¨® borrado por un torero de verdad y un t¨ªo con suerte.
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