Las ni?as de Carabanchel subieron a un coche con un adulto y un fugado de un centro tutelar
Estela Garc¨ªa Achutegui y Nuria Mu?oz Mu?oz, las muchachas de 13 a?os que llevan desaparecidas desde el martes pasado fueron vistas por ¨²ltima vez ese mismo d¨ªa cuando sub¨ªan, en Carabanchel, a un coche ocupado por un joven de unos 18 a?os y un menor identificado como J. C. B., de 14 a?os, fugado de un centro tutelar de menores y con antecedentes por hurtos. Esta ¨²ltima pista del caso ha sido facilitada por dos testigos presenciales, unos carniceros de la calle del General Ricardos que conoc¨ªan a las chicas y que las vieron desde su tienda sobre las 13.30 del martes, momentos antes de su desaparici¨®n. Las muchachas, seg¨²n este testimonio, hab¨ªan dado una vuelta con el coche, luego bajaron y finalmente volvieron a subir al veh¨ªculo.Otro dato sobre la desaparici¨®n que corrobora el nexo con J. C. B. es que Estela Garc¨ªa guardaba en su agenda el n¨²mero del centro tutelar de menores Concepci¨®n Arenal, de donde la v¨ªspera se hab¨ªa escapado el menor.
Transcurridas m¨¢s de 72 horas desde la desaparici¨®n, los padres de las chicas sostienen que sus hijas est¨¢n retenidas en contra de su voluntad y recuerdan que se marcharon sin dinero ni ropa. "Son muy inocentes y jam¨¢s habr¨ªan hecho algo as¨ª, y de hacerlo hubiesen llamado a casa para contarlo. Ya han pasado cuatro d¨ªas y no sabemos nada de ellas", dicen. La polic¨ªa, por su parte, mantiene abiertas todas las hip¨®tesis, incluida la fuga voluntaria.
El principal testigo de la escena del coche fue Juan Manuel Garc¨ªa, carnicero de 17 a?os. El joven hab¨ªa salido a las 13.30 a la calle para fumarse un pitillo. Se apoy¨® en la pared de la tienda y pudo ver c¨®mo en ese momento un coche de gran potencia, de color gris oscuro y matr¨ªcula de Bilbao paraba de forma brusca junto a ¨¦l, en el cruce de la calle del General Ricardos y de Armengot. En el veh¨ªculo, posiblemente un Ford Escort nuevo, retumbaba la m¨²sica. De la parte trasera descendieron las dos muchachas (luego volver¨ªan a subir), a las que Garc¨ªa conoc¨ªa del barrio. "El coche parti¨® de un aceler¨®n que hizo chirriar las ruedas. Lo conduc¨ªa un hombre de unos 18 a?os y a su lado iba el chico ese de la cabeza rapada y el flequillo rubio", cont¨® ayer a EL PA?S Juan Carlos Garc¨ªa.
"Yo las vi"
Un testigo afirma que las ni?as de Carabanchel subieron al coche "sin miedo"`
Con la m¨²sica a todo volumen y tras una frenada aparatosa los ocupantes del veh¨ªculo abrieron las puertas a las chicas, "Yo las vi entrar sin miedo, confiadas", a?ade Garc¨ªa.Una vez dentro, el coche dio un nuevo aceler¨®n, hizo chirriar las ruedas y enfil¨® la calle del General Ricardos en direcci¨®n al oeste, hacia Aluche. "Todos nos dimos cuenta, porque los del coche se hicieron notar", afirm¨® el carnicero que despachaba con Garc¨ªa.
Lo que ocurri¨® despu¨¦s a¨²n pertenece a la esfera del misterio. Transcurridas m¨¢s de 72 horas desde la desaparici¨®n de las muchachas y sin que se haya establecido contacto alguno con ellas, la desesperaci¨®n de las familias va en aumento. "Por la polic¨ªa no sabemos nada. Todo lo que hemos descubierto ha sido gracias a nuestro esfuerzo. En el barrio tampoco hemos recibido mucho apoyo; la gente es muy individualista. Pedimos a todo el mundo, pero especialmente a la polic¨ªa que haga un esfuerzo. Ojal¨¢ sea una fuga, pero no creemos a nuestras hijas capaces de ello", se?al¨® ayer el padre de Estela.
Uno de los puntos centrales de la investigaci¨®n reside en determinar el paradero y las intenciones del chico fugado de un centro de menores. Este muchacho, de 14 a?os, con el pelo rapado y el flequillo rubio, viv¨ªa desde hac¨ªa dos semanas en la residencia mixta Concepci¨®n Arenal. Aparte de sus antecedentes por hurtos, el chico ingres¨® en el centro por problemas familiares. Algunos amigos de las chicas han asegurado que las vieron hablar con ¨¦l un d¨ªa antes de la desaparici¨®n. Tambi¨¦n han indicado que el chaval, que se fug¨® horas antes de la desaparici¨®n, ten¨ªa intenci¨®n de marcharse a un campamento de Sig¨¹enza (Guadalajara), lugar que los padres han recorrido infructuosamente.
Otro cabo de la investigaci¨®n corresponde a la identificaci¨®n del coche al que subieron las ni?as y al reconocimiento de su conductor (no se descarta que el veh¨ªculo fuese robado).
Para conseguir estos objetivos, la Jefatura Superior de Polic¨ªa de Madrid ha comunicado el caso a todas las comisar¨ªas y dependencias de la Guardia Civil. Asimismo ha tomado declaraci¨®n a los familiares m¨¢s cercanos de las ni?as y a sus compa?eros m¨¢s ¨ªntimos.
La familia, con todo, no est¨¢ satisfecha con la labor policial. Considera que ha sido insuficiente, sobre todo en los primeros momentos, y menos entusiasta que la Guardia Civil.
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