El apogeo del marat¨®n espa?ol
Tras la victoria de Fiz en Helsinki 94, los maratonianos han pasado a ser los mejores del mundo
Espa?a ha encontrado una mina en el marat¨®n. Todo ha surgido de forma imprevista, casi espont¨¢nea. Comenz¨® con un grupo de atletas que sufr¨ªan las dificultades para medirse con los mejores del mundo en la pista. Los africanos jugaban otro partido en la pista. La ¨²nica posibilidad de encontrar la gloria pasaba por involucrarse en el desconocido mundo del marat¨®n, una prueba sin demasiada historia en Espa?a.Las causas del apogeo tienen varias causas. Por un lado est¨¢ la imprevista debilidad de los africanos en una distancia que dominaron durante a?os. Con los et¨ªopes Bikila y Wolde en los a?os sesenta, se pens¨® que una prueba de tama?o sufrimiento estar¨ªa destinada a perpetuidad para los atletas africanos. Sin embargo, la realidad ha sido muy diferente durante la ¨²ltima d¨¦cada. De los seis Mundiales que se han disputado hasta el momento, el ¨²nico ganador africano ha sido el keniano Douglas Wakihuru en 1987.
Es probable que los fondistas africanos se muestren poco interesados por una prueba que s¨®lo se puede disputar dos veces al a?o. Trescientos sesenta d¨ªas de entrenamiento para s¨®lo dos carreras. Eso significa poco dinero en comparaci¨®n con las cantidades que se ventilan en la pista, donde los especialistas de 5.000 y 10.000 metros pueden competir una docena de veces en las grandes y bien pagadas reuniones de verano.
Mart¨ªn Fiz se refiri¨® las condiciones econ¨®micas de los maratoanos cuando sugiri¨® a IAAF que doblara el premio para los ganadores de la prueba. "Un velocista puede correr muchas veces al a?o. Nosotros, no". Fiz puede llegar a cobrar diez millones en su condici¨®n de estrella en cada de sus participaciones en los maratones de mayor prestigio. Poca cosa, en cualquier caso, frente a las grandes sumas que reciben los principales velocistas y mediofondistas durante la temporada de verano.
Pero el asunto no s¨®lo se explican por el dinero. Ni para la ausencia de africanos entre los mejores -entre los diez primeros en Atenas s¨®lo figur¨® el argelino Sajiri (8?)- ni para la alt¨ªsima densidad de especialistas espa?oles. El efecto Fiz ha sido aprovechado por una legi¨®n de fondistas que han encontrado en el marat¨®n los beneficios que no lograban en las pruebas de pista. Otro dato innegable es la importancia de los maratones populares, que han servido de lanzamiento a atletas como Fabi¨¢n Roncero y Diego Garc¨ªa. Y tambi¨¦n ha resultado decisiva la detallad¨ªsima preparaci¨®n de unos atletas que viven su trabajo con una dedicaci¨®n m¨¢xima y con una disciplina espartana.
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