El Congreso marginar¨¢ a los diputados tr¨¢nsfugas y les impedir¨¢ que se pasen al Grupo Mixto
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Los partidos mayoritarios se han puesto de acuerdo para declararle la guerra a los diputados tr¨¢nsfugas y no tolerar que ninguno m¨¢s abandone las siglas bajo las que resultaron elegidos para pasarse a otra formaci¨®n o refugiarse en el Grupo Mixto. El nuevo Reglamento del Congreso crear¨¢ la figura de los No Inscritos, adonde ir¨¢n a parar los tr¨¢nsfugas. ?stos percibir¨¢n exclusivamente su sueldo, y no gozar¨¢n de los beneficios econ¨®micos y parlamentarios del Grupo Mixto. En el nuevo texto se prohibir¨¢ tambi¨¦n el pr¨¦stamo de diputados para que una formaci¨®n pueda formar grupo propio.
El lento proceso de elaboraci¨®n de un nuevo Reglamento para el Congreso de los Diputados tomar¨¢ impulso en septiembre, una vez que los partidos mayoritarios han llegado ya a acuerdos destacados.Tanto el PP como el PSOE hacen en esta ocasi¨®n gala de corporativismo y se defienden en beneficio propio y general. El presidente del Congreso, Federico Trillo, dirige las reuniones de trabajo celebradas hasta ahora, en las que, aunque participan todos los grupos, populares y socialistas negocian sin publicidad. Gabriel Cisneros, por el grupo mayoritario, y Jes¨²s Caldera y Alvaro Cuesta, por el principal partido de la oposici¨®n, son los interlocutores de este pacto.
La posibilidad de deserci¨®n de parlamentarios provoca el p¨¢nico en todas las fuerzas pol¨ªticas, m¨¢xime cuando no hay mayor¨ªas rotundas. Toda vez que constitucionalmente el esca?o es del titular que lo obtiene, no hay forma de que un tr¨¢nsfuga devuelva el acta al partido con el que se present¨® a unas elecciones. Se trata entonces de hacerles la vida lo menos grata posible.
La creaci¨®n de la figura de los No Inscritos es la soluci¨®n que los grupos parlamentarios han encontrado m¨¢s factible sin vulnerar la Carta Magna. Tambi¨¦n se prohibir¨¢ los saltos de un grupo a otro, por lo que si a un diputado le sobreviene un cambio ideol¨®gico, no podr¨¢ trasladarse al grupo de sus sue?os: o al No Inscrito o a su casa. Esto ¨²ltimo ser¨ªa una situaci¨®n excepcional, porque nadie suele renunciar al esca?o. S¨®lo Enrique Curiel abandon¨® el Congreso cuando era diputado de Izquierda Unida y se enfrent¨® a la direcci¨®n de su grupo. La lista corri¨® y su puesto fue ocupado por el siguiente.
Con el Reglamento actual, despu¨¦s de un a?o de legislatura un parlamentario puede cambiarse de grupo, y en cualquier momento sentarse en las filas del Mixto. Pero cuando se apruebe la nueva norma los disidentes dejar¨¢n de tener acomodo en otro grupo y no podr¨¢n compartir silla con las formaciones genuinas del Grupo Mixto. Ser¨¢n relegados al caj¨®n de los No Inscritos y tan s¨®lo tendr¨¢n derecho a presentar enmiendas y, por supuesto, a cobrar su sueldo.
Este ¨²ltimo aspecto no es balad¨ª, dado que cada grupo parlamentario tiene una asignaci¨®n mensual de algo m¨¢s de un mill¨®n de pesetas para gastos de funcionamiento, y que normalmente se utiliza para pagar al personal contratado. Los miembros del Mixto perciben una cuant¨ªa notable dado que se reparten entre ellos ese dinero, al que suman las algo m¨¢s de quinientas mil pesetas de remuneraci¨®n mensual. Cuanto m¨¢s peque?o sea el grupo, m¨¢s a repartir. Los No Inscritos no disfrutar¨¢n de este suplemento.
Otra restricci¨®n que se aprobar¨¢ es la creaci¨®n de grupo con el pr¨¦stamo de diputados. Ahora se requieren al menos cinco diputados para constituir grupo propio. En la actual legislatura el PP prest¨® un diputado a Coalici¨®n Canaria para que junto a los cuatro electos de esta formaci¨®n, los nacionalistas isle?os tuvieran voz propia. Tras el pr¨¦stamo, el popuar volvi¨® con sus compa?eros. En ese momento el PP negociaba con os canarios su apoyo a la investidura de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar como presidente del Gobierno.
Control en autonom¨ªas y ayuntamientos
Los partidos pol¨ªticos ponen sus barbas a remojar en el Parlamento despu¨¦s de comprobar los cataclismos que han sufrido unos y otros, en los gobiernos de comunidades aut¨®nomas y en corporaciones municipales en virtud de los movimientos de tr¨¢nsfugas. Los grandes partidos tienen previsto auspiciar tambi¨¦n cambios en las legislaciones locales y auton¨®micas para dar estabilidad a sus ejecutivos.Todav¨ªa permanece indeleble el recuerdo de los turbulentos tiempos de la transici¨®n a la democracia, cuando los cambios de alineaci¨®n de los parlamentarios de Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico dejaban en la estacada a su gobierno. Tampoco olvida nadie la escisi¨®n del Partido Dem¨®crata Popular y del Partido Liberal, que dej¨® a los populares con una veintena de diputados menos. El estupor de los genuinos miembros del Grupo Mixto ante la avalancha de dem¨®crata-cristianos y liberales forz¨® un invento: se crearon las agrupaciones del PDP y del Partido Liberal.
Los conservadores perdieron el Gobierno de Arag¨®n al tener deserciones en sus filas en favor del socialista Jos¨¦ Marco. Asimismo, el caso del diputado regional Jos¨¦ Luis Pi?eiro gan¨® fama al impedir que el Partido Popular de la Asamblea de Madrid, grupo al que pertenec¨ªa y abandon¨®, presentara una moci¨®n de censura contra los socialistas.
En Galicia hubo una epidemia de transfuguismo que dej¨® sin sus sillones municipales a varios alcaldes, socialistas, unas veces, y populares en otras ocasiones. La risa de hoy de unos se tornaba en llanto en el pueblo de al lado.
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