La hora de Alex Z¨¹lle
El suizo, favorito para coger el amarillo en la crono - Voskamp se reivindica en C¨®rdoba
Una cita diluida. Un tr¨¢mite doloroso para un par de ellos, Dufaux y Escart¨ªn, corderos dispuestos para el deg¨¹ello; un tr¨¢mite gozoso pra el otro del tr¨ªo de cabeza, Alex Z¨¹lle, matarife dispuesto para manejar el cuchillo. La contrarreloj de C¨®rdoba -38 kil¨®metros llanos- ha perdido todo el sentido dram¨¢tico que se le otorgaba hace s¨®lo tres d¨ªas. El abandono de Olano y el desfallecimiento de Jalabert -curiosamente, los dos protagonistas de la Vuelta 95- han despojado de grandeza al momento. Lo han despojado de capacidad de sorpresa, uno de los elementos b¨¢sicos del deporte de competici¨®n. El tr¨ªo de favoritos dos -escaladores, peque?os, delgados, sin cuerpo para mover desarrollos, sin estampa para enfrentarse al viento en solitario, y un tipo de m¨¢s de 1,80, amo de una calidad extraordinaria, campe¨®n del mundo contrarreloj - es demasiado l¨®gico como para que hoy alguien tenga que dedicarse a hacer an¨¢lisis sesudos sobre las claves de la etapa. Todos lo admiten: es la hora de Z¨¹lle; la hora de ganar y sacar una buena renta para vestirse de amarillo con comodidad. Que pase y a otra cosa.Si a Dufaux y Escart¨ªn se les concediera la bondad de quedarse dormidos y despertarse ma?ana sabiendo que, sin correr, ha perdido cada uno dos minutos en los 38 kil¨®metros de C¨®rdoba, ambos aceptar¨ªan casi sin dudarlo. Ambos, sabedores de que el genio de la l¨¢mpara no existe, se abandonan al fatalismo. Ya llegar¨¢ su momento. Ambos, aliados t¨¢cticos a partir de ahora, hermanitos que ir¨¢n de la mano en la monta?a -cuatro finales de etapa consecutivos a partir del jueves: Morredero, Bra?ill¨ªn, Naranco y Lagos de Covadonga- para intentar quitarse de encima al peligroso Z¨¹lle, que cuenta a su favor con otra contrarreloj de 44 kil¨®metros del ¨²ltimo s¨¢bado. Despu¨¦s, la lucha ser¨ªa m¨¢s pura, entre dos hombres con las mismas armas.
Sin embargo, el suizo del ONCE podr¨ªa hasta pasarse sin la ayuda de las contrarreloj para ganar la Vuelta. Nadie dice que suba peor que los escaladores, casi lo contrario. Todos saben que llega m¨¢s fresco que nadie. Que no se ha dado la gran paliza en el Tour -abandon¨® por el problema de su clav¨ªcula-, que tiene m¨¢s chispa, que en la tercera semana probablemente no ir¨¢ hacia abajo, aunque le falte ritmo de competici¨®n. Pero tambi¨¦n saben que, excepto en la ¨²ltima Vuelta, Z¨¹lle es tambi¨¦n el rey de las ca¨ªdas y de las desgracias. No dejan de tener raz¨®n para mantener la esperanza.Fuera del tr¨ªo de l¨ªderes, el resultado de la contrarreloj tambi¨¦n tendr¨¢ su importancia para un ciclista franc¨¦s que, sin comerlo ni beberlo, pero gracias a su trabajo y esfuerzo, ha adquirido el rango de mejor hombre del Banesto. Armand de las Cuevas, anta?o especialista del asunto, podr¨ªa perfectamente avanzar desde el octavo puesto de la general hasta el cuarto. "Ser¨¢ un d¨ªa importante", dice el ciclista, que se juega su renovaci¨®n con el Banesto en esta ronda."Tengo que estar ah¨ª". Tambi¨¦n se juega De las Cuevas la recuperaci¨®n de la fe en s¨ª mismo, casi su futuro como ciclista profesional.
Despu¨¦s de dos d¨ªas de terremotos con nombres propios -la Cabra Mont¨¦s, Sierra Nevada,Olano, Jalabert-, la Vuelta se tom¨® ayer un respiro a toda velocidad. Lo que llama la gente d¨ªa de recuperaci¨®n aunque se haga a 44 por hora, buena marcha, aunque el viento diera de espaldas. Fue, como no pod¨ªa ser de otra manera, el primer d¨ªa de llano en que triunf¨® una escapada. Diez hombres saltaron en el primer kil¨®metro y fueron capaces de llegar destacados a meta.
Y entre los 10 fugitivos, Bart Voskamp, un holand¨¦s al que los comisarios del Tour privaron de una victoria el famoso d¨ªa de Dijon en que le descalificaron a ¨¦l y al segundo, el alem¨¢n Heppner, por empujarse. Su evidente victoria de ayer tiene as¨ª un aire de feliz reivindicaci¨®n.
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