Escart¨ªn y Dufaux, los fatalistas
"S¨®lo si Z¨¹lle falla tendremos algo que hacer", es su coincidencia
Dos d¨ªas han pasado de monta?a y nada ha cambiado. O en todo caso ha empeorado para las expectativas de Escart¨ªn y Dufaux de acabar con el liderato de Z¨¹lle, que avanza firme hacia el triunfo. Termin¨® ayer la etapa, y entre rayos y bruma, rentre lluvia torrencial y casi el anuncio del fin del mundo, y agotados, casi sin tenerse, Dufaux y Escart¨ªn se encerraron en la roulotte del control antidopaje. Juntos en la antesala comentaron la fortaleza de Z¨¹lle y de su equipo; tambi¨¦n que uno, el espa?ol, se encontraba peor que el d¨ªa anterior, y que otro, el suizo del Festina, algo mejor. Pero los dos llegaron a la misma conclusi¨®n: Z¨¹lle es inatacable y m¨¢s vale no mosquearle en exceso. Ambos se convirtieron ayer en los fatalistas.Mientras esperaba a la puerta a que su ciclista llenara el recipiente de orina, Bruno Roussel, director del Festina, lo expresaba eufem¨ªsticamente. "Hemos llegado a la conclusi¨®n", dijo, "de que no podemos ganarle a Z¨¹lle tiempo poco a poco, que s¨®lo se le puede derrotar sac¨¢ndole mucho en una sola Jornada". Luego baj¨® a la arena el gentil suizo y dijo lo mismo, pero m¨¢s crudamente. "S¨®lo me queda la oportunidad de los Lagos, el domingo, porque la etapa del Naranco no es de alta monta?a, no valdr¨¢ para nada", dijo. ?Y para que el domingo pueda dar la vuelta a la Vuelta, es decir para sacarle por lo menos dos minutos a Z¨¹lle, necesitar¨¦ que coincidan dos cosas: estar yo perfectamente y que Z¨¹lle tenga un d¨ªa malo". Para Dufaux es la dura ascensi¨®n a los Lagos el ¨²nico d¨ªa importante que queda, el que puede transformar su actual fatalismo en optimismo o, al contrario, en conservadurismo. Si no lograra derrocar a Z¨¹lle pasar¨ªa a defender su segundo puesto en la ¨²ltima semana. "El domingo por la noche estar¨¢ la Vuelta decidida", dijo.
Y cuando sali¨® al ruedo Fernando Escart¨ªn, m¨¢s de lo mismo. 0 incluso peor. Si Dufaux. hab¨ªa terminado la etapa con buenas sensaciones, el bravo aragon¨¦s, todo lo contrario. "Estoy un poco m¨¢s justo que la vispera", dijo el hombre que gracias a sus garras lograba no descolgarse de las ruedas buenas cuando la cosa se aceleraba. "He tenido un mal d¨ªa". Escart¨ªn no s¨®lo estaba fatalista, sino m¨¢s bien pesimista. "Por lo menos he podido aguantar con ellos", dijo.
El Kelme hab¨ªa cambiado la t¨¢ctica. Ayer trat¨® de "dejar en fuera de juego a la ONCE en La Cobertoria" no a base de ataques su estilo habitual, sino imponiendo un fuerte ritmo en la cabeza. No les vali¨® de gran cosa. "Arsenio y yo nos desgastamos all¨ª para intentar descolgar a los compa?eros de Z¨¹lle. pero Leaniz y Jalabert aguantaron muy bien". As¨ª las cosas, la coincidencia con el otro escalador, con el suizo del Festina. "En efecto, s¨®lo nos queda esa oportunidad, que Z¨¹lle desfallezca".
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