Chabrol dice que el cine europeo debe ser universal
El director franc¨¦s opta a la Concha de Oro con 'No va m¨¢s ', una divertida comedia
![Miguel ?ngel Villena](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F9458f660-e7f5-46ca-b675-7dc655f1b22d.png?auth=72374651f50d5e94f65c14aac0db0704c2482e399bf4b3056ae9b0b0b8708b6c&width=100&height=100&smart=true)
Estaba ya harto de dirigir dramas sesudos y se ha decidido a rodar una divertida comedia. Con ese aire de paisano franc¨¦s socarr¨®n y bromista, no cabe duda de que Claude Chabrol ha disfrutado con el empe?o. Se reconoce mujeriego, apasionado de la ¨®pera y de la buena mesa, pero, a pesar de sus aficiones de bon vivant, Chabrol es, por encima de todo, un enamorado del cine que ha firmado varias obras maestras a lo largo de una carrera que con No va m¨¢s alcanza el medio centenar de largometrajes. "El cine europeo no debe ser europeo, sino que debe aspirar a ser universal", afirma.
Esa vocaci¨®n de universalidad ha llevado a Claude Chabrol (Par¨ªs, 1930) a narrar historias absolutamente arraigadas en la Francia profunda y, al mismo tiempo, con un car¨¢cter inteligible en cualquier parte del mundo. Es el caso de su ¨²ltimo filme, No va m¨¢s, que opta a la Concha de Oro en el Festival de, San Sebasti¨¢n, y que, a trav¨¦s de una inclasificable pareja interpretada por Isabelle Huppert y Michel Serrault, retrata a dos p¨ªcaros de poca monta enfrentados a una banda de traficantes de divisas y blanqueo de. dinero. "Es cierto que los personajes de la pel¨ªcula son amorales, pero debo matizar que cuanto m¨¢s poderosos son los delincuentes m¨¢s ignoran las convenciones morales. Por eso hay que cambiar las cosas", comenta Chabrol. El cineasta afirma gozar de una excelente salud, conf¨ªa en no perder la mala leche del mismo modo que el cabello" y despliega sus dardos contra la burgues¨ªa francesa, "que no ha experimentado grandes progresos en los ¨²ltimos tiempos". Aunque espera que el nuevo Gobierno de izquierdas franc¨¦s comprenda que hay que apoyar con m¨¢s dinero a la cultura, Chabrol abre sus grandes ojos de buf¨®n y apostilla: "De todos modos, Lionel Jospin no va a convertir a las personas en seres m¨¢s inteligentes".
Irreverente incluso con su propia imagen, Chabrol se?ala que la m¨ªtica nouvelle vague (nueva ola) no fue realmente renovadora, sino que se limit¨® a "utilizar unos materiales cinematogr¨¢ficos que otros no usaban". "Poco a poco", aclara el cineasta, "nos dimos cuenta de que el cine franc¨¦s estaba tan esclerotizado que ¨ªbamos haciendo aportaciones. Cerca de medio centenar de directores se lanzaron en la d¨¦caela de los cincuenta a rodar pel¨ªculas, pero apenas cinco o seis hemos seguido haciendo cine".
Compa?ero de una generaci¨®n magn¨ªfica de realizadores, que. incluye al desaparecido Fran?ois Truffaut, a Eric Rohmer, a Jean Luc Godard y a Jacques Rivette, entre otros, Claude Chabrol contempla con ojos ilusionados la irrupci¨®n de las mujeres en el cine. "Entre las buenas pel¨ªculas. que se ruedan en Francia", se?ala, "se encuentra un alto porcentaje de filmes dirigidos por mujeres. A muchas mujeres les ha costado tanto llegar a dirigir cine que se han tenido que preparar a fondo para conseguir unos resultados muy buenos".
Con la sonrisa del c¨®mico que fuera en su juventud, Chabrol confiesa que le encanta "un punto de perversidad en las mujeres, como la sal en una comida". Para ilustrar esta tendencia, el director franc¨¦s record¨® una an¨¦cdota del rodaje de La ventana indiscreta, cuando Grace Kelly pas¨® al apartamento de enfrente para recoger unas llaves en una memorable escena . A la que fuera princesa de M¨®naco no se le ocurri¨® otra cosa para excitar a Hitchcock que saltarse el gui¨®n y comenzar a desnudarse.
Hero¨ªnas
De esa inclinaci¨®n por las mujeres juguetonas y de su devoci¨®n por directores como Alfred Hitchcock o Ernst Lubitsch surgen esas hero¨ªnas como su ex mujer Stephane Audran o Isabelle Huppert que han definido el cine de Claude Chabrol, o la intrigante ambig¨¹edad de la pareja protagonista de No va m¨¢s.
"Fue deliberado y ni siquiera Serrault y Huppert sab¨ªan qu¨¦ tipo de relaci¨®n estaban encarnando. Para escribir el gui¨®n me inspir¨¦ tanto en mi mujer como en mi hija". Casado tres veces, Chabrol reconoce que en los rodajes se entiende mejor con Huppert que con Audran. "Isabelle va siempre al ritmo que me gusta y ella se encuentra muy c¨®moda con mi modo de trabajar. En cambio, con Stephane a veces resultaba duro mirar a trav¨¦s del visor de la c¨¢mara y a la mujer descubrir con la que viv¨ªas".
Encantado de visitar San Sebasti¨¢n por primera vez y, sobre todo, rebosante de alegr¨ªa por la oferta gastron¨®mica donostiarra, Chabrol manifest¨® entre risas de los periodistas: "Para hacer buenas pel¨ªculas necesito comer bien. En realidad, debo comer bien para ser feliz. Por eso soy muy feliz en San Sebasti¨¢n".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.