Tercer pinchazo consecutivo del Betis
0li, ¨²nico goleador en los partidos de casa, evit¨® con su tanto el triunfo del Oviedo
Tercer pinchazo consecutivo en la Liga del Betis, que no conoce la victoria desde la primera jornada. Y en la Liga de los tres puntos, el que no corre vuela. Un rev¨¦s que acredita la solvencia del Oviedo de ?scar Washington Tav¨¢rez. Su gol contra la nostalgia no fue suficiente.Oli hab¨ªa recibido un presente de sus compa?eros. No despreci¨® el regalo, pero respondi¨® al detalle con un gol. La marca del oficio. Se repet¨ªa la historia del ¨²ltimo partido en el Villamarin: gol visitante y empate de Oli. Juan Gonz¨¢lez fall¨® dos penaltis la jornada anterior frente al Espanyol. Ayer no lo dud¨®: aprovech¨® una excelente jugada de Manel para adelantar al Oviedo.A Oliverio, ?lvarez Gonz¨¢lez lo apocoparon Oli en el f¨²tbol asturiano. Ayer se enfrentaba a los de su tierra, una encrucijada americana con incrustaciones lusitanas Un Oviedo oce¨¢nico que empezaba a recibir los -primeros peligros por la banda izquierda, donde mandan Robert Jarni y Fernando. Los asturianos prefieren hacerlo por la proa, con la artiller¨ªa de Gonz¨¢lez y Pompei. En esos minutos de desconcierto, Oli no exist¨ªa. Y el Oviedo no se encerraba para conservar la ventaja. No quer¨ªa ahorrar. Prefer¨ªa invertir en bonos verdiblancos. Reapareci¨® Oli para servir un bal¨®n de gol a Alfonso que ¨¦ste no supo aprovechar. Al Betis le pesa la, cabeza y prefiere entrar por las alas: saques de esquina de Jarni. Una loter¨ªa.
Se viven unos minutos de ritmo fren¨¦tico y de errores continuos. El gol condiciona todos los movimientos. Es la l¨ªnea que delimita el todo o nada. Es el suced¨¢neo del miedo. Miedo a perder el partido. Miedo a perder la ventaja. La constataci¨®n del miedo tapona la fluidez, mutila el discurso. El partido se convierte en un bla bla bla, un batiburrillo en el que nadie puede liderar la batalla.
En estos comienzos (de Liga el Betis est¨¢ padeciendo la baja forma de Finidi. Cuando el nigeriano sali¨® de su mutismo, el Betis empat¨®. Un mal menor. Otra vez Oli, como ftente a Athletic. Mayor eficacia imposible: el asturiano ha marcado
los dos goles del Betis en su estadio en la actual temporada.
Tras el descanso, el Betis quiere quedarse con el partido. Sin miramientos. Asumir el protagonismo que le falt¨® en la primera parte. Aragon¨¦s retrasa a Fernando y convierte a Jarni en un te¨®rico extremo izquierdo. Fernando defiende y
Jarni ataca: las permutas del contraataque. Alfonso y Oli se inventan una ocasi¨®n de gol inveros¨ªmil. En el primer tiempo, los minutos pasan. En el segundo, pesan. El s¨ªndrome del resultado final.
En los ¨²ltimos minutos se ,combinan dos factores que le dan al f¨²tbol esa fuerza universal: la pasi¨®n- y la incertidumbre. El cabezazo de Gamboa a los pies de Jarni remit¨ªa a un f¨²tbol racial, instintivo. El Betis encerraba al Oviedo. A Oli no lo cambi¨® -no tiene hermano- y en su cabeza estuvo la ocasi¨®n del triunfo. Dos goles contra la nostalgia ya eran excesivo peaje.
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