La plaza del Dos de Mayo

Son casi las dos de la madrugadade un s¨¢bado (27 de octubre de 1997). Otro fin de semana en el que se han congregado cientos de j¨®venes en la plaza del Dos de Mayo. Ahora mismo suena una especie de recital malsonante que no permite el descanso de los vecinos.Llamamos por en¨¦sima vez a la Polic¨ªa Municipal y no nos pueden atender porque todos sus coches est¨¢n ocupados. Espere. Esperamos. Cuando ya nos atienden dicen que lo comprobar¨¢n, e intentar¨¢n enviar un coche. Pasa una hora. Sigue el recital malsonante.

Si fuera un bar, la m¨²sica sonar¨ªa menos y tendr¨ªa una melod¨ªa, pero como es en una plaza p¨²blica, nadie hace nada. La Polic¨ªa Municipal lo sabe, no es nuevo este fin de semana. ?Qu¨¦ hace para proteger el derecho al descanso de los vecinos? Creo que nada. Yo no los veo venir. Seguir¨¦ sin dormir y cruzar¨¦ los dedos para que no se despierte mi hijo peque?o. Yo no s¨¦ por qu¨¦ acusan al PP de autoritario, es todo lo contrario, es la pol¨ªtica del "dejar-hacer-y-no-pringarse". Pero ya vendr¨¢n las elecciones. Ya que esto es el desmadre, yo invito a todos los madrile?os a que vengan. El concierto no les va a gustar; las vomitonas de calimocho, tampoco. Pero la plaza del Dos de Mayo est¨¢ abierta hasta las siete de la ma?ana.-