Ni fu ni fa
El alcalde tiene afiladas las t¨ªjeras ante la ola de inauguraciones que nos acosa. Los amantes de estos actos desentumecen la oreja: no hay que perderse ni una sola de las ocurrencias que salen de la boca del se?or ?lvarez del Manzano en eventos de post¨ªn. Antes cantaba villancicos; ahora, seguro que le da por alg¨²n aria de Wagner para dar publicidad al Teatro Real.Pese a tan amenas noticias, muchos ciudadanos bostezan como tigres. S¨®lo esbozan rictus sarc¨¢sticos ante el bombardeo de chistes macabros relacionados con tragedias recientes. El pueblo llora en los entierros, pero se desternilla de risa con chascarrillos sobre el difunto. Cuando no se cree en las instituciones, la plebe se mofa de ellas.
Este fin de siglo se presentaba tedioso. Ni fu ni fa. Pero, de repente, salta Fo. Este a?o, el Nobel es pura dinamita. Al Vaticano le ha dado un pasmo. En su desconcierto ha declarado algo precioso: "Despu¨¦s de tantos genios, le han dado el premio a un buf¨®n". Ya se empieza a notar la influencia de Bob Dylan en la Santa Sede.
Este fin de siglo es un canto a los bufones, sin los cuales no se entender¨ªa la historia de la humanidad. Buf¨®n, en estos momentos, seg¨²n el Vaticano y Estocol mo, significa libertad. Y si anda Dario Fo por medio significa lucidez, ternura, justicia, risa, es perpento, honradez y un preludio de melancol¨ªa. Con Dario Fo al lado, uno pierde miedo al miedo. ?l y su esposa, Franca Rame, son grandes amigos de Madrid. Ahora mismo est¨¢ en cartel su Tengamos el sexo en paz, con Charo L¨®pez en todo su esplendor esc¨¦nico. Por cierto, Charo L¨®pez, se?or ?lvarez del Manzano, es de Salamanca. De ella debieran copiar muchas cosas la mayor¨ªa de los castizos oficiales. As¨ª pues, los descre¨ªdos ya tienen una instituci¨®n en la que creer, la Academia Sueca. Para sobrevivir hay que hacerse el sueco. Esto es el colmo. No estamos en clave de fa, sino de Fo. Dicho sea sin menosprecio al Teatro Real, que, al fin y al cabo, es para unos poquitos.
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