Los exiliados espa?oles en M¨¦xico donar¨¢n sus fondos al Archivo de la Guerra Civil
Un grupo de trabajo coordinar¨¢ la localizaci¨®n y la recuperaci¨®n de los documentos
La amplia colonia de exiliados espa?oles en M¨¦xico se dispone a regresar a casa. Seis d¨¦cadas despu¨¦s de su partida han decidido embalar sus vivencias en cajas de cart¨®n y donarlas a esa Espa?a de la que nunca debieron haber salido. Los documentos y los recuerdos de la guerra y del ¨¦xodo republicano, que constituyen el acervo de miles de familias marcadas por la tragedia del destierro, ser¨¢n incorporados al Archivo Nacional de la Guerra Civil. Un grupo de trabajo coordina ya el operativo de localizaci¨®n. y recuperaci¨®n de los fondos.
Dolores Cabra no tuvo que insistir mucho. Lleg¨® a M¨¦xico a mediados de septiembre en calidad de secretaria general de la Asociaci¨®n para la Creaci¨®n del Archivo de la Guerra Civil (Age), nacida en 1994 con el objetivo de impulsar la repatriaci¨®n de los fondos documentales relacionados con la contienda. Con ella ven¨ªa la incansable Adelina Kondr¨¢tieva, historiadora rusa de 78 a?os, veterana brigadista y alma de esta iniciativa. Se hab¨ªan propuesto convencer a los exiliados de que llevaran su memoria a Espa?a. Cuando se marcharon, el pasado fin de semana, el Centro Republicano, el Ateneo, la embajada y diversas asociaciones regionales se hab¨ªan puesto manos a la obra."El material es ingente en M¨¦xico, porque el grueso del exilio est¨¢ aqu¨ª", explica Dolores Cabra. Se calcula que entre 20.000 y 40.000 republicanos desembarcaron en este pa¨ªs, acogidos por el presidente L¨¢zaro C¨¢rdenas. Aqu¨ª se integraron, con los ojos siempre puestos en la otra orilla. La memoria de la guerra civil inunda tambi¨¦n la casa de N¨¦stor S¨¢nchez, el ¨²nico brigadista que queda en M¨¦xico, y las de los 456 ni?os de la guerra llegados a bordo del vapor Mexique, en 1937, que a¨²n guardan fichas y trabajos escolares, fotos e incluso dibujos de aquellos a?os.
Un grupo de trabajo integrado por voluntarios se dedicar¨¢ a localizar los documentos, que est¨¢n repartidos en Manos particulares y en diversas instituciones privadas y estatales. "La prioridad la tienen los archivos particulares, porque corren m¨¢s peligro de perderse, sea por el fallecimiento de los exiliados o por el desinter¨¦s de los descendientes", explica Cabra. "Con aquellas instituciones que no den permiso para la repatriaci¨®n de los fondos se intentar¨¢ firmar convenios para digitalizarlos".
El respaldo del Estado espa?ol, que ser¨¢ depositario de los fondos, ha sido definitivo para romper las resistencias iniciales. Concepci¨®n Ruiz-Funes, historiadora e. hija del abogado Mariano Ruiz-Funes, y Rosa Mar¨ªa Souza-Mayo, antrop¨®loga e hija del fot¨®grafo Francisco Mayo, se han hecho cargo del grupo de trabajo en M¨¦xico. "La acogida ha sido buena, pero a¨²n tendremos que vencer ciertas reticencias pol¨ªticas que perviven en un sector del exilio", comenta Concepci¨®n. "Tenemos que explicar el proyecto con m¨¢s detalle, para que valoren su trascendencia. Si no salvamos ahora los documentos se acabar¨¢n perdiendo, porque la tercera generaci¨®n ya no va a hacer caso de ellos".
M¨¦xico es la etapa final de un. largo recorrido que ha incluido a Rusia, Reino. Unido, Francia, B¨¦lgica, la antigua Yugoslavia, Cuba, Estados Unidos y Canad¨¢. En Mosc¨², los tesoros de los ni?os de la guerra se han reunido ya en 204 carpetas.
El material que vaya llegando a Espa?a ir¨¢ a parar al Centro de Informaci¨®n Documental de Archivos (CIDA), dependiente del Ministerio de Cultura, que se encargar¨¢ de inventariarlo. Despu¨¦s se integrar¨¢ al Archivo Nacional de la Guerra Civil, cuya sede estar¨¢ en Salamanca. Su inauguraci¨®n est¨¢ prevista para abril de 1999, coincidiendo con el 60? aniversario del fin de la guerra.
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