Lo grande es hermoso
Los elementos de la coyuntura (el accidentado debate presupuestario con Jos¨¦ Barea como protagonista; la crisis de las bolsas asi¨¢ticas) no deben ocultar la m¨¢s espectacular tendencia del capitalismo mundial de fines de siglo, acelerada en las ¨²ltimas semanas: la oleada de fusiones y adquisiciones que est¨¢ cambiando la faz empresarial. Una d¨¦cada despu¨¦s de la primera tanda de concentraciones, llega otra que agrupa a los sectores m¨¢s din¨¢micos de la econom¨ªa: finanzas, seguros, telecomunicaciones, alimentaci¨®n, aeron¨¢utica, laboratorios, cementeras, editoriales...Esta ¨²ltima oleada parece m¨¢s racional en comparaci¨®n con la anterior: las operaciones son m¨¢s estrat¨¦gicas y menos aleatorias; hay menor endeudamiento y de menos riesgo (intercambio de acciones y pocos bonos basura); la concentraci¨®n se da casi siempre entre empresas del mismo sector; se extiende la presencia de las grandes empresas hacia los pa¨ªses emergentes; las sociedades privatizadas juegan un papel determinante. En definitiva, el proceso es m¨¢s cient¨ªfico y en ¨¦l est¨¢n teniendo protagonismo las empresas europeas, que esta vez pretenden conseguir la masa cr¨ªtica suficiente para competir con los titanes estadounidenses y asi¨¢ticos y no quedarse atr¨¢s.
Europa ha descubierto, quiz¨¢ de modo tard¨ªo, el concepto del valor para el accionista y est¨¢ aprovechando el lanzamiento de la moneda ¨²nica y los bajos tipos de inter¨¦s para asumir su papel en un momento en el que la competencia mundial es m¨¢s encarnizada que nunca. Las empresas europeas que se fusionan entre s¨ª son la demostraci¨®n de que muchas veces el sector privado va por delante de los deseos oficiales y empuja para formar un continente unido.
Lo curioso es que no hay grandes teorizaciones detr¨¢s de la concentraci¨®n. Las estrategias empresariales han pasado de lo peque?o es hermoso a las fusiones y adquisiciones sin una gran conceptualizaci¨®n: se busca el tama?o como generador de econom¨ªas de escala; la competencia v¨ªa precios se impone a otro tipo de ventajas (por ejemplo, la calidad), sin reflexiones previas, en todos los sectores. Y ello no est¨¢ demostrado. El pasado lunes, Rafael Termes recordaba en estas p¨¢ginas (La obsesi¨®n por el tama?o bancario) que no existen razones econ¨®mico-financieras para realizar fusiones bancarias: "Si es verdad que bancos y cajas deben mejorar su eficiencia, no lo es, a mi juicio, que el camino sea el de aumentar el tama?o". Lo que es ¨®ptimo para las telecomunicaciones quiz¨¢ no lo sea para el sector financiero.La concentraci¨®n empresarial conlleva algunos riesgos muy significativos: la experiencia indica que s¨®lo la mitad de las fusiones y adquisiciones acaba bien, que los beneficios no son inmediatos y que tardan en digerirse; una vez que, la operaci¨®n se ha anunciado, las macroempresas se sumergen en un complicado proceso, en el que hay vencedores y vencidos, cuando no se respeta la autonom¨ªa de las sociedades adquirida s. En estos casos, los problemas derivados de su inmenso tama?o son muy grandes.
El mayor peligro viene de la naturaleza de la uni¨®n: amparadas en la concentraci¨®n como factor de competencia en un mercado globalizado, muchas empresas buscan posiciones de monopolio en su sector o de dominio en el mercado, por lo que las autoridades reguladoras deben estar prestas para evitarlo. La paradoja consistir¨ªa en que con el pretexto de la liberalizaci¨®n y de la competencia se llegase a un capitalismo m¨¢s monopolista.
?Y Espa?a? No puede permanecer aislada del modelo en cuesti¨®n porque a¨²n est¨¢ inacabado: las empresas espa?olas son peque?as. Habr¨¢ que seguir atentamente lo que va a suceder en el sector financiero, incluyendo a las cajas de ahorro. Sobre todo teniendo en cuenta el fervor intervencionista del que dan continuas muestras nuestros gobernantes.
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