En fuera de juego durante ocho a?os

La decisi¨®n anunciada ayer a los Comunes por el canciller del Exchequer tendr¨¢ repercusiones en el mercado y en la atracci¨®n de inversiones por el Reino Unido. No est¨¢n cifradas. Pero s¨ª est¨¢ ya codificado en el Tratado de la Uni¨®n un efecto pernicioso para Londres: quedar¨¢ apartada de cualquier papel relevante en el dise?o de la pol¨ªtica monetaria europea hasta el a?o 2007.

Al excluirse de la primera oleada de la moneda ¨²nica, que empieza el 1 de enero de 1999, el Reino Unido s¨®lo tendr¨¢ acceso al ¨®rgano m¨¢s asambleario del Banco Central Europeo (BCE, que entra en funciones en esa misma fecha), el Consejo de Gobierno, compuesto por los gobernadores de todos los bancos centrales y por los miembros del Comit¨¦ Ejecutivo. Ah¨ª se sentar¨¢, pues, el gobernador del Banco de Inglaterra.

Pero estar¨¢ ausente del cogollo, el Comit¨¦ Ejecutivo o directorio, compuesto por el presidente, los dos vicepresidentes y cuatro vocales. ?stos ser¨¢n elegidos "de com¨²n acuerdo" por los jefes de Estado o de Gobierno de los pa¨ªses in, los incorporados al curo, indica el Tratado. "Y su mandato tendr¨¢ una duraci¨®n de ocho a?os": hasta el 2007. En Bruselas se descarta que los l¨ªderes de los pa¨ªses in cedan su posible acceso al cogollo de la instituci¨®n a un out, dada la sorda batalla ya iniciada por copar los seis puestos econ¨®micos m¨¢s influyentes de la Europa monetaria. Y es que el BCE definir¨¢ la pol¨ªtica monetaria com¨²n, supervisar¨¢ la gesti¨®n de las reservas de los Estados miembros y cuidar¨¢ del buen funcionamiento del sistema de pagos.

Con su renuncia, Londres conserva parad¨®jicamente el derecho de participar en mayo en la criba o selecci¨®n de los que acceder¨¢n al curo en la primera oleada. Pero no podr¨¢ votar sobre su propia candidatura, cuando la presente.