Una cuesti¨®n de autoridad
El partido de Chamart¨ªn servir¨¢ para medir el verdadero estado del Madrid y del Bar?a
A este Madrid-Bar?a (20.30., Auton¨®micas y La 2) le sobran las palabras grandes. A estas alturas del campeonato resulta dif¨ªcil defender el duelo con adjetivos superlativos. Aunque al Madrid no le conviene perder distancia con el Bar?a, los puntos en juego, no parecen cruciales De ninguna manera hay una sensaci¨®n de urgencia, ni de cuentas pendientes, ni de un clima excesivamente apasionado. Es cierto que cada Madrid-Bar?a es un universo en s¨ª mismo y tiene una desbordante capacidad de convocatoria, pero la lectura del partido de hoy es m¨¢s futbol¨ªstica que nunca. En Chamart¨ªn se medir¨¢ el juego de dos equipos que no acaban de afilarse.Desde el principio del curso, el Bar?a ha estado bajo sospecha. Su juego ha sido decepcionante, pero los resultados en la Liga han sido magn¨ªficos. Contrariamente a lo que suele suceder, la buena marcha del equipo no ha convencido a la afici¨®n, que pide mejor f¨²tbol. Quiz¨¢ porque es una hinchada que ha visto juego del bueno en la ¨¦poca de Cruyff. La selectiva memoria cul¨¦ pone en cuesti¨®n el juego de su equipo. Y en cuanto a los resultados tampoco hay raz¨®n para fiarse. El camino en la Liga puede ser espl¨¦ndido, pero el rendimiento en Europa ha sido deplorable. El Barca sali¨® derrotado en Newcastle y Kiev y s¨®lo consigui¨® un empate frente a un disminuido PSV Eindhoven. En total, ocho goles en contra. A esta lista hay que a?adir el 4-1 que sufri¨® en Chamart¨ªn en el partido de vuelta de la Supercopa.
En estas condiciones, el partido de hoy servir¨¢ para medir al Bar?a frente a un rival de altura. Otra decepci¨®n obligar¨ªa a pensar mal del equipo de Van Gaal. El entrenador se esfuerza en convencer a la gente de la injusticia de las cr¨ªticas, pero el pueblo es soberano y tiene olfato. Y Van Gaal no resulta cre¨ªble: ha cambiado demasiadas veces de alineaci¨®n y de sistema como para pensar que est¨¢ satisfecho y confiado.
La ventaja del Barca es la comodidad. Sea cual sea el resultado de hoy, saldr¨¢ de Chamart¨ªn como l¨ªder. Por este lado, el Bar?a puede jugar con alguna urgencia del Madrid, que parece atascado en las ¨²ltimas jornadas. En estos momentos es un equipo contradictorio, que hace regular lo que deber¨ªa hacer bien y que hace bastante bien lo que deber¨ªa hacer regular. Con Heynckes, el Madrid se dispuso para un juego m¨¢s punzante, con m¨¢s gente cerca del ¨¢rea rival, con Ra¨²l de media punta, con un medio centro en lugar de dos pivotes. El movimiento fue de cierto calibre y lleg¨® a preocupar a los jugadores, que pretend¨ªan la vuelta a un sistema m¨¢s conservador, con dos medios centro y todo eso.Pero Heynckes se mantuvo firme y sigui¨® con su idea inicial.
Sin embargo, el Madrid marca menos goles de los previstos y s¨®lo ha recibido uno, en el primer partido de Liga. El problema es que el equipo est¨¢ dise?ado para atacar y no acaba de pillar la onda. En los dos compromisos notables que ha tenido en Chamart¨ªn -frente al Atl¨¦tico y el Deportivo-, el Madrid no consigui¨® vencer. Y s¨®lo marc¨® un gol. Si Van Gaal tiene dudas sobre el sistema y la alineaci¨®n, Heynckes est¨¢ en las mismas con respecto a los titulares. Sanchis parece incuestionable como central, pero en la banda izquierda hay un debate entre Ze Roberto y Amavisca. Ninguno de los dos acaba de resolver los problemas por esa banda. En la delantera, Heynckes ha dado numerosas oportunidades a Suker, pero el delantero croata est¨¢ seco, al menos hasta ahora. Parece extra?amente envejecido, sin la frescura ni la velocidad precisa para desequilibrar. Morientes pasa por una racha goleadora, pero provoca dudas sobre su talento. A estas alturas es un futbolista aprovechable por su remate pero no ayuda mucho m¨¢s.
Con respecto al Barca, el Madrid tiene dos ventajas: juega en casa y el equipo est¨¢ m¨¢s armado, a pesar de los problemas que se detectan. El Madrid es el del ano pasado, con otro sistema. Pero los jugadores son los mismos, se conocen de memoria y saben de las debilidades del Bar?a. Esa fue la lecci¨®n de la Supercopa, donde los madridistas realizaron un partido discreto pero fulminaron al Barca, v¨ªctima de sus errores defensivos.
Hay dos jugadores con un papel trascendental en el partido. Desde la media punta, Ra¨²l presenta problemas de dif¨ªcil soluci¨®n para el Bar?a. Si Reiziger se encarga de su marcaje, significar¨¢ un decaimiento en las posibilidades de construcci¨®n de juego e os azulgrana. Si De la Pe?a juega como cabeza del rombo, y por lo tanto est¨¢ obligado a vigilar a Ra¨²l, el Bar?a puede padecer las carencias defensivas de su organizador. De lo que ocurra en esa zona del campo, o sea, de lo que Ra¨²l obligue a hacer a sus marcadores, depender¨¢ en gran medida el signo de un partido que se presenta incierto como siempre, apasionante como corresponde a cualquier Madrid-Bar?a y m¨¢s estrictamente futbol¨ªstico que nunca. M¨¢s que nada, este cl¨¢sico hay que medirlo por el rasero del juego que ofrezcan los dos equipos.
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