El otro 98
Los escritores de la Generaci¨®n del 98 fueron muy llorones, si bien muchos de ellos lograron comer caliente todos los d¨ªas gracias a su propio pesimismo hist¨®rico, que convirti¨® la decadencia de Espa?a en un g¨¦nero literario y encima, para alegrarse la vida, adoptaron a Larra y Ganivet, dos rompeguitarras, como sus precursores rom¨¢nticos. El da?o que han hecho al periodismo este par de suicidas es irreparable durante todo el siglo XX: gran cantidad de plum¨ªferos sin talento y no por eso menos audaces han confundido su dolor de est¨®mago con los males de la patria, y de la facultad siguen saliendo hoy todav¨ªa sucesivas levas de cruzados dispuestos a derribar al Gobierno con un solo art¨ªculo o, en su defecto, a ponerte por sistema el dedo en el ojo o pegarte una pu?alada por la espalda, de modo-que no hay periodista un poco chulo que no se sienta Larra ni escritor frustrado que no se crea Ganivet, aunque ninguno sea capaz de saltarse la tapa de los sesos con una pistola o de arrojarse por la borda de un barco a las fr¨ªas aguas del Dwuina. Al contrario, sus imitadores hoy nos ri?en mucho, nos adoctrinan, nos moralizan, nos fustigan usando sus art¨ªculos como l¨¢tigos y despu¨¦s de dejarnos con el coraz¨®n en un pu?o se van a un restaurante de cinco tenedores y all¨ª siguen hablando de los males de la patria, de la corrupci¨®n y de los ¨²ltimos esc¨¢ndalos mientras entre risotadas se zampan un codillo. La corrupci¨®n alimenta no s¨®lo a los corruptos, sino a quienes la han convertido en un g¨¦nero period¨ªstico muy rentable a tanto el folio o la perorata. Y por si algo faltaba, ahora vamos a celebrar el centenario de la Generaci¨®n del 98, de aquel coro de Jerem¨ªas. Protecci¨®n Civil deber¨ªa entrar en alerta roja, ya que se nos viene encima un r¨ªo de tinta. Para evitar ser anegados por esta crecida de vituperios a la izquierda y de exaltaciones de la derecha s¨®lo hay una soluci¨®n: los literatos, periodistas o historiadores que escriban durante el 98 de la corrupci¨®n o del problema de Espa?a, que no cobren. Si escriben, que sea gratis.
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