Dilema en la cumbre

EN LA pr¨®xima cumbre especial sobre el empleo que se reunir¨¢ el jueves en Luxemburgo entrar¨¢n en debate dos posiciones encontradas: la de aquellos pa¨ªses que creen que es posible dise?ar una pol¨ªtica europea com¨²n para la creaci¨®n de empleo, fundamentada en la fijaci¨®n de objetivos inmediatos de aumento de puestos de trabajo y en la definici¨®n de estrategias m¨ªnimas comunes, y la de quienes consideran que una pol¨ªtica comunitaria de empleo no es posible porque las razones del paro en cada pa¨ªs son distintas. Jean-Claude Juncker, jefe de Gobierno luxemburgu¨¦s y presidente semestral de la Uni¨®n Europea, defiende la primera opci¨®n, junto con Francia; Alemania y, sorprendentemente, Espa?a, son los principales padrinos de la segunda. La cumbre, dicen los expertos, ser¨¢ una escenificaci¨®n sin conclusiones.Sorprende que Espa?a, con una tasa de desempleo del 20% en pleno periodo de recuperaci¨®n econ¨®mica y una tasa estructural de paro no inferior al 15%, se oponga a una pol¨ªtica com¨²n de empleo. En el supuesto, cierto pero parcial, de que el empleo de cada pa¨ªs tenga causas y componentes distintos, el Gobierno espa?ol deber¨ªa llegar a la cumbre con el debate sobre las se?as espec¨ªficas de identidad del paro espa?ol ya realizado y un cuadro de posibles soluciones, aunque s¨®lo fuera en forma de indicaciones para negociar. Francia as¨ª lo hizo, y de su cumbre particular surgi¨® -con gran pol¨¦mica, eso s¨ª- la aplicaci¨®n de la semana de 35 horas. El Gobierno de Aznar parece menos inquieto. Apenas una breve reuni¨®n, por separado, del presidente Aznar con la patronal CEOE y con los sindicatos, puro tr¨¢mite de agenda, ha zanjado el debate oficial previo a la cumbre. Era previsible que la CEOE estuviese plenamente de acuerdo con la posici¨®n espa?ola, y los sindicatos, por el contrario, exigiesen la defensa de una pol¨ªtica de empleo global para Europa.

El documento que Espa?a lleva a Luxemburgo est¨¢ plagado de generalidades, pero incluso eso ser¨ªa ¨²til si se apreciara inter¨¦s pol¨ªtico en debatir propuestas espec¨ªficas para estimular el empleo. Con independencia de los resultados de la cumbre de Luxemburgo, los sindicatos y la patronal en Espa?a tienen que negociar soluciones concretas para estimular la creaci¨®n de puestos de trabajo en tres ¨¢mbitos clave: reducir las horas extraordinarias, determinar si el peso de los impuestos m¨¢s las cotizaciones sociales sobre el empleo es excesivo -y c¨®mo reducirlo- y aumentar la formaci¨®n de los trabajadores, incluidos los parados, para adecuarlos a las nuevas exigencias tecnol¨®gicas de las empresas. El Gobierno, que tiene un papel fundamental a trav¨¦s de las inversiones en educaci¨®n -para la formaci¨®n gen¨¦rica primero y profesional despu¨¦s- y en infraestructuras, no parece muy consciente de lo que la sociedad le exige como prioridad absoluta.