Antoni T¨¤pies: "El exceso de conocimiento sin amor provoca un desequilibrio total"
El artista inaugura una retrospectiva de sus ¨²ltimos trabajos en Hannover
Desde hace ya bastantes a?os, el cuerpo humano o fragmentos de ¨¦l aparecen de manera expl¨ªcita en las obras de Antoni T¨¤pies (Barcelona, 1923). No es casualidad, comenta el artista, que Carl Haenlein, el comisario de la retrospectiva que el viernes se inaugura en la Kestner GeselIschaft de Hannover, donde se presenta hasta el 1 de febrero, la haya montado bajo el signo del Ecce Homo. "Son temas eternos", reflexiona el artista. "Por una parte est¨¢ ese af¨¢n de los hombres por el conocimiento, por profundizar en la realidad, y por otra est¨¢ el amor. Un exceso de conocimiento sin amor provoca un desquilibrio total. Y el amor sin conocimiento puede convertirse en una simple tonter¨ªa".
La Kestner Gesellschaft de Hannover es un centro de larga trayectoria -en ella expuso en sus inicios el dada¨ªsta Kurt Schwitters- que hasta hace poco dispon¨ªa de un limitado espacio para exposiciones y una importante editorial de publicaciones y obra gr¨¢fica. Desde el pasado verano ha ampliado sus instalaciones pasando a ocupar una antigua casa de ba?os modernista que se ha rehabilitado y que se inaugur¨® con una exposici¨®n de Rebeca Horn a la que sigui¨® una de arte africano. "Lo interesante de este centro es esta combinaci¨®n que hace de arte contempor¨¢neo y creaci¨®n de otras civilizaciones", comenta T¨¢pies. "Me hace ilusi¨®n, adem¨¢s, porque ya me hicieron una retrospectiva hace 35 a?os. En aquel momento, en el a?o 62, se mostraron mis trabajos desde 1945 hasta aquella fecha. Ahora se centran m¨¢s en los trabajos recientes, pero habr¨¢ tambi¨¦n alguna referencia a los a?os anteriores".En el periodo en el que se centra b¨¢sicamente la retrospectiva, a partir de los ochenta, la obra de T¨¢pies se caracteriza primordialmente por una mayor presencia del gesto pict¨®rico y del dibujo, al tiempo que aparecen de forma m¨¢s expl¨ªcita elementos extra¨ªdos del denominado mundo real. El cuerpo humano -casi siempre fragmentado: pies, torsos, ojos u otros elementos- aparec¨ªa ya en sus obras iniciales. Y el sexo tambi¨¦n estaba all¨ª, de forma m¨¢s o menos soterrada. Con todo, en sus ¨²ltimos trabajos -al igual que les sucedi¨® a Picasso y Mir¨® en sus ¨²ltimos a?os-, aparece de forma m¨¢s violenta y evidente.
Pesimismo
A muchas de las obras de T¨¢pies no les falta humor, pero su visi¨®n del cuerpo como met¨¢fora de lo humano no es precisamente optimista. "En parte es consecuencia de mis propias reflexiones y de las circunstancias hist¨®ricas que nos ha tocado vivir", explica el artista. "Hay una gran contradicci¨®n entre eso que llaman sociedad del bienestar y las cosas tan espantosas que pasan en todo el mundo. Vivimos sobre un polvor¨ªn y me parece mentira que con tantos refinamientos materiales como hemos alcanzando no se haya conseguido perfeccionar el esp¨ªritu del hombre. Me parece algo trist¨ªsimo y me amarga profundamente. Aunque los sabios de Oriente, que conocen mejor el alma humana, digan que hay que estar alegre delante del dolor".En su opini¨®n, en su obra aparece "el cuerpo glorioso" que conjuga la parte espiritual con la f¨ªsica, al igual que en el arte se precisa una parte mental y una aplicaci¨®n f¨ªsica en alg¨²n soporte o material. "Cuando hablo de cuerpo glorioso me refiero al valor de las emociones, de los sentimientos, de las intuiciones y del sistema de mitos y s¨ªmbolos que llevamos dentro. No me lo invento. Lo que pasa es que algunos entienden s¨®lo el sexo como algo que hay que tapar y esconder. Al rev¨¦s, yo lo exalto".
Considera que su trabajo ha tenido diferentes lecturas en funci¨®n del momento hist¨®rico. En ocasiones se le ha considerado abstracto y en otras, seg¨²n la situaci¨®n, realista. "Pero siempre ha habido los mismos elementos. Lo que no he hecho es un mimetismo acad¨¦mico y rutinario, pero desde el inicio mi trabajo est¨¢ lleno de alusiones a la realidad".
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