Aventura sin riesgo
Esta pel¨ªcula busca ser la reconstrucci¨®n fuera de norma de un personaje tambi¨¦n fuera de norma. Deb¨ªa por fuerza, de acuerdo con eso que quiere ser, tener capacidad para llamar la atenci¨®n, para crear a su alrededor bulla y disparidad, pero lo cierto es que no es as¨ª. Pas¨® sin pena ni gloria, casi inadvertida y escoltada por el silencio y la indiferencia, en su proyecci¨®n ante los corresponsales de los medios de comunicaci¨®n en un reciente festival de Venecia. Y no es buen s¨ªntoma que un filme cargado de busca de distinci¨®n pase de largo, sin provocar alg¨²n despunte de desconcierto o de camorra en un encuentro que se ha hecho famoso por su capacidad para crear movimientos pendulares entre los entusiasmos y las broncas.Y es que esta reconstrucci¨®n por Julian Schnabel de la pat¨¦tica figura y la singular obra del pintor neoyorquino Jean-Michel Basquiat no innova en nada y destierra de sus im¨¢genes lo ¨²nico que no pod¨ªa faltar en ellas: sentido del riesgo y capacidad para descolocar al espectador. Es una bastante torpona: se trata del primer largometraje de Schnabel, a quien le falta casi todo que aprender acerca de c¨®mo se construyen y ordenan las tripas de una composici¨®n cinematogr¨¢fica solvente- pel¨ªcula com¨²n y corriente, que s¨®lo concierne de cerca e interesar¨¢ a los conocedores de la corta vida de aquel infeliz muchacho de acera que alcanz¨® la celebridad con sus composiciones pl¨¢sticas aprendidas en la escuela del arte callejero de los grafitti neoyorquinos y que acab¨® code¨¢ndose, como ca¨ªdo de otro planeta, con la gente sat¨¦lite del mundillo que giraba alrededor de Andy Warhol y sus clientes o colegas o par¨¢sitos.
Basquiat
Direci¨®n y gui¨®n: Julian Schnabel. Estados Unidos, 1997. Int¨¦rpretes: Jeffrey Wright, David Bowie, Dennis Hopper, Gary Oldman, Michael Wincatt, Benicio del Toro, Claire Forlaine, Courtney Love, Parker Posey. Madrid: cines Alphaville y Acte¨®n.
Ilustraci¨®n
Nada m¨¢s. La pel¨ªcula es una ilustraci¨®n elemental de una vida con tintes suicidas, pero reducida por Schnabel a una especie de cuento casero bondadoso, l¨ªrico y casi dulce. Se deja ver a ratos y en otros se hace reiterativa y por ello tediosa. El anzuelo de sus originalidades pl¨¢sticas engancha durante alg¨²n tiempo, pero no dura tanto como dura la pel¨ªcula, de manera que el atractivo m¨¢s eficaz de cuantos maneja Schnabel, aparte de un reparto con secundarios de lujo, que no hacen m¨¢s que poner la cara, salvo David Bowie que se esfuerza en lograr una caricatura de Andy Warhol, pero nada m¨¢s, se desvanece a media pel¨ªcula y ¨¦sta queda a merced de que el espectador no tenga nada mejor que hacer que aguantar hasta el final algo que le trae sin cuidado.
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