El control del tabaquismo: una pol¨ªtica de Estado
El problema del control del tabaquismo se est¨¢ convirtiendo en cuesti¨®n de Estado cada vez en m¨¢s pa¨ªses. En efecto, si los costes sociales y sanitarios del tabaquismo son extraordinarios, su car¨¢cter adictivo hace dif¨ªcil dejar de fumar a muchas personas que quieren hacerlo. Nuestras sociedades, en las que la libertad personal es un valor fundamental, van a prohibir o al menos a limitar muy seriamente la promoci¨®n del tabaco. La experiencia acumulada muestra que esta medida permite combinar la b¨²squeda del bien com¨²n -proteger a los ni?os y ayudar a los adolescentes a no fumar- con el respeto a los estilos de vida socialmente aceptados.Un informe reciente muestra los beneficios sociales a largo plazo de la prohibici¨®n de la publicidad del tabaco en cuatro pa¨ªses. Noruega, Finlandia, Nueva Zelanda y Francia adoptaron esta decisi¨®n sucesivamente en 1975, 1978, 1990 y en 1993. Esto significa que en estos pa¨ªses los ni?os no crecen rodeados de mensajes que asocian el tabaco con j¨®venes atractivos, con el ¨¦xito deportivo o sexual, y con la diversi¨®n (como a¨²n crecen aqu¨ª). Tambi¨¦n significa que en estos pa¨ªses los adultos fumadores con ganas de dejarlo han de afrontar algo menos de presi¨®n externa al romper con su propia adicci¨®n. Al principio parec¨ªa que no iba a pasar nada. Al fin y al cabo, el tabaco segu¨ªa presente, y asequible: un tercio de los adultos lo consum¨ªa en estos pa¨ªses. Sin embargo, al cabo de pocos a?os se manifest¨® en todos ellos un declive claro en el n¨²mero de fumadores, que experiment¨® descensos que oscilaron entre el 14% y el 37%.
En tres de los cuatro pa¨ªses, los j¨®venes disminuyeron su consumo de tabaco, mientras que en el cuarto se mantuvo estable. Este proceso se mantiene, y se acent¨²a con el tiempo en Noruega y Finlandia, que adoptaron antes esta pol¨ªtica. Hoy, en estos pa¨ªses, fuma poca gente joven. Que a medida que se hace mayor sigue sin fumar (los adultos raramente se apuntan a algo nocivo el inicio del tabaquismo se concreta en los 16 a?os). Por tanto, estos pa¨ªses van camino de reducir claramente su consumo de tabaco, y despu¨¦s reducir¨¢n sus c¨¢nceres de pulm¨®n, de vejiga y de faringe, sus enfisemas y bronquitis, sus infartos de miocardio... ?sin que le cueste nada a los presupuestos p¨²blicos! Ahorro de enfermedades, de bajas laborales, de tratamientos, de pensiones por invalidez. Ahorro social y ganancia en salud. Hay que recordar que en Espa?a se ha calculado recientemente que el tabaco causa 600.000 muertes en 15 a?os.
Pronto, la cuesti¨®n ser¨¢ si alg¨²n pa¨ªs puede permitirse no adoptar estas acciones para el bien com¨²n. Claro que la industria tabaquera, que conoce perfectamente el impacto de la publicidad en los menores, oscurece el debate hablando de otras cosas. Pero la cosa est¨¢ clara para cada vez m¨¢s gobiernos, de cualquier color pol¨ªtico. Por ello, como ha puesto de manifiesto la reuni¨®n de ministros de Sanidad de la Uni¨®n Europea, el control del tabaquismo est¨¢ pasando a ser un tema de pol¨ªtica de Estado. El Comit¨¦ Nacional de Prevenci¨®n del Tabaquismo trabaja activamente por ayudar a las administraciones p¨²blicas a impulsar una pol¨ªtica de esta naturaleza en Espa?a.
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