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1. A punto de finalizar el a?o hay una gran divisi¨®n sobre el alcance de la crisis de los mercados de capitales, que ha tenido su epicentro en Asia. Nadie se atreve a pronosticar con rotundidad si habr¨¢ o no en 1998 nuevos episodios cr¨ªticos que debiliten otros mercados emergentes; si los efectos sobre el conjunto del crecimiento mundial se contendr¨¢n en una reducci¨®n del 0,8% del PIB, como ha dicho el Fondo Monetario Internacional, o significar¨¢n el inicio de una recesi¨®n que complicar¨ªa, por ejemplo, el momento en el que Europa se convierta en una zona regional con moneda ¨²nica. Los servicios de estudio y los expertos permanecen sin cerrar sus expectativas.2. El sistema financiero japon¨¦s y, por extensi¨®n, el de algunos tigres asi¨¢ticos (Corea del Sur) han sido tan opacos -mientras los organismos internacionales miraban hacia otro lado- que no se conoce al detalle la profundidad de su quiebra, cu¨¢ndo tocar¨¢ fondo y c¨®mo repercutir¨¢ en los conglomerados bancarios-industriales. Cuando cae un chiringuito financiero en esa zona del planeta, sea del tama?o que sea, los analistas contienen la respiraci¨®n esperando la siguiente ficha de domin¨®.
3. Otra inc¨®gnita es hasta d¨®nde llegar¨¢ el efecto contagio y en qu¨¦ momento: si arrastrar¨¢ al conjunto de los mercados emergentes, a la mayor¨ªa o s¨®lo a los m¨¢s fr¨¢giles de los pa¨ªses latinoamericanos (Brasil, Argentina e incluso Chile); y, sobre todo, a los gigantescos mercados de los pa¨ªses en transici¨®n hacia una econom¨ªa de mercado normalizada, como China y Rusia.
4. Por el momento, los pa¨ªses desarrollados est¨¢n resistiendo bien: demuestran madurez en la fase del ciclo. La distribuci¨®n de la reducci¨®n del crecimiento econ¨®mico no es homog¨¦nea; algunos pa¨ªses latinoamericanos o asi¨¢ticos ya han previsto una disminuci¨®n del aumento de su PIB en dos o tres puntos (en Espa?a, por el contrario, no hay c¨¢lculos de una disminuci¨®n del ritmo de la econom¨ªa). En cuanto a las mutaciones de los mercados de capitales, las principales bolsas de valores (Wall Street, Londres, Francfort... ) est¨¢n superando, con err¨¢ticos picos de sierra, los vaivenes, mientras en los mercados emergentes se ha registrado una baja media del 15% en los ¨²ltimos meses. Ello conlleva una periferizaci¨®n de la crisis, que puede aumentar las actuales desigualdades entre pa¨ªses ricos y pa¨ªses pobres.
5. Seg¨²n distintos estudios, aumenta el volumen de dinero que se mueve por el globo, veinticuatro horas al d¨ªa, cruzando virtualmente las fronteras. Ello se debe, entre otros, a los siguientes factores: al disminuir el d¨¦ficit y la deuda de los pa¨ªses, el ahorro que los financiaba se desplaza a otros activos, algunos de ellos de muy corto plazo. Por otra parte, hay inyecciones descontroladas de dinero opaco y de las mafias financieras que se blanquean circulando una y otra vez -hasta que se les pierde la pista- por los mercados de capitales.
6. Las autoridades monetarias est¨¢n preocupadas por los efectos m¨¢s compulsivos de la movilidad de los capitales. Ello conlleva, en la mayor parte de las ocasiones, m¨¢s competencia, pero tambi¨¦n la acumulaci¨®n de riesgos excesivos, fraude e insolvencia en algunas instituciones financieras. Adem¨¢s, manifiestan su inquietud por la informaci¨®n confidencial. Hace unos d¨ªas eran detenidos m¨¢s de una docena de operadores burs¨¢tiles en Amsterdam acusados de blanqueo de dinero, fraude, falsificaci¨®n de documentos y uso de informaci¨®n privilegiada, con ramificaciones en Suiza, Londres y las Antillas holandesas. Tambi¨¦n ha habido ejemplos en Nueva York.
Algunos de estos riesgos, cuyo control parece imposible, han llevado a un semanario tan poco sospechoso como Newsweek a preguntarse lo siguiente: "?Se ha hecho demasiado f¨¢cil encauzar dinero a trav¨¦s de las fronteras? ?Deber¨ªamos, quiz¨¢, gravarlo un poco, destruir parte del sistema capitalista para salvarlo?".
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