Numerosos usuarios tienen "pruebas"
Decenas de usuarios de Telef¨®nica han llamado durante estos d¨ªas a EL PA?S para ofrecer "pruebas" de que sus datos personales han sido vendidos por la compa?¨ªa. "Ya es tarde, los datos han sido vendidos", afirmaron varios de ellos, cuya identidad ha sido comprobada.Un joven de Madrid lo ten¨ªa muy claro: "La publicidad que estamos recibiendo en nuestra nueva casa llega a nombre de mi padre, ya fallecido. Y casualmente, el recibo del tel¨¦fono era el ¨²nico que quedaba a su nombre".
Otro ejemplo es el de Eduardo Lowenberg, tambi¨¦n vecino de Madrid. "Me consta que mis datos ya los han vendido. Ahora llega esta circular avis¨¢ndome de que van a venderlos, pero yo tengo pruebas de que ya lo hac¨ªan". "Por un error administrativo", relata, "mi n¨²mero telef¨®nico estuvo un tiempo adjudicado a una anterior inquilina; el asunto ya est¨¢ solucionado, pero este mes, tras recibir publicidad de una ONG a nombre de esa se?ora, llam¨¦ a la ONG y me dijeron abiertamente que acababan de comprar el fichero de Telef¨®nica. Esa ONG s¨¦ que no me ser¨¢ perjudicial, pero es un ejemplo de que las empresas de marketing est¨¢n en todos los sectores, y de que Telef¨®nica comercializaba ya los datos antes de enviar esta circular"
Frente a esto, una nota oficial remitida por Telef¨®nica el pasado 24 de diciembre "desmiente radicalmente" que la compa?¨ªa "haya negociado o negocie con datos privados
Las telefonistas que atienden el servicio 004 han insistido a muchos comunicantes en que son falsas las informaciones al respecto publicadas por EL PA?S. Algunos redactores de este peri¨®dico que llamaron personalmente para que no se utilizaran sus datos tambi¨¦n escucharon ese ment¨ªs de las empleadas que les atendieron.
Pedro Ca?as, madrile?o de 75 a?os, que telefone¨® igualmente para prohibir el uso de sus datos, cuenta la siguiente an¨¦cdota: "Llam¨¦ el d¨ªa 24, a las siete menos cuarto. Ped¨ª que no vendieran mis datos, y tomaron nota; pero se dejaron el tel¨¦fono descolgado y escuch¨¦ la conversaci¨®n de la telefonista, que se llamaba Nuria, con sus compa?eras y con la gente a la que iba atendiendo. Mire, llamaron mientras tanto estos se?ores ( ... ) [el comunicante anot¨® los datos que oy¨® repetir a la telefonista, y aporta la relaci¨®n de quienes se desapuntaron en ese espacio de tiempo]. Y entre llamada y llamada, ellas comentaban: 'Esta gentuza se piensa que estamos vendiendo sus datos".
Un comunicante de Barcelona tambi¨¦n escuch¨® el ment¨ªs de la telefonista. Momentos antes, ¨¦l mismo acababa de leer la propaganda de Telef¨®nica Publicidad e Informaci¨®n y las tarifas correspondientes.
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