La vuelta a la ¨®rbita
Glenn regresar¨¢ al espacio 36 a?os despu¨¦s para demostrar que a los 77 a¨²n tiene "lo que hay que tener"
Hace 36 a?os, John Glenn encarn¨® el regreso de la confianza en s¨ª mismo de un Estados Unidos que ve¨ªa c¨®mo la Uni¨®n Sovi¨¦tica se le estaba adelantando en la reci¨¦n iniciada carrera por la conquista del espacio. Ahora, Glenn confirma que EE UU es un pa¨ªs donde ninguna idea es descartada de oficio, donde siempre es posible volver a empezar, donde el optimismo es una cualidad apreciada, una tierra de oportunidades.El 20 de febrero de 1962, Glenn se convirti¨® en el primer norteamericano que hizo un viaje orbital en torno a la Tierra. El pr¨®ximo 8 de octubre, Glenn, que para entonces habr¨¢ cumplido 77 a?os, se convertir¨¢ en la persona de m¨¢s edad al cumplir una misi¨®n espacial. Entretanto, ha pasado cinco lustros en el Senado, elegido por Ohio.
La noticia fue confirmada ayer en una conferencia de prensa organizada por la NASA en Washington, en la que particip¨® el propio Glenn. Casado, con dos hijos y dos nietos, volver¨¢ al espacio en octubre, a bordo de un transbordador Discovery y por una misi¨®n de 10 d¨ªas. "Lo veo", dijo Glenn, "corno otra aventura en lo desconocido". Hace un a?o, Glenn, deseoso de probar que todav¨ªa tiene esa cualidad propia de los astronautas que Tom Wolfe llam¨® "lo que hay que tener", anunci¨® que no se presentar¨¢ a la reelecci¨®n como senador en noviembre y que, en cambio, deseaba volver a la NASA. En concreto, se declar¨® voluntario para experimentos sobre la ausencia de gravedad en las personas de edad avanzada. En muchos otros pa¨ªses, nadie habr¨ªa hecho caso a una propuesta semejante; en EE UU se la tomaron en serio y terminaron acept¨¢ndola.
"Lo que atrae a los emigrantes a Estados Unidos", escribe el periodista y escritor polaco Ryszard Kapuscinski, "es la caracter¨ªstica esencial de la cultura norteamericana: la oportunidad de intentarlo". ?ste es el pa¨ªs en el que la gente cambia cada dos por tres de profesi¨®n, de empresa, de domicilio, de familia, de aspecto f¨ªsico... Siempre es posible volver a empezar. A cualquier edad, en cualquier direcci¨®n.
La historia norteamericana est¨¢ repleta de casos como el de Glenn. Ronald Reagan, un veterano actor secundario de mediocres pel¨ªculas, alcanz¨® la presidencia a los 69 a?os; George Bush, un ex presidente, se tir¨® en paraca¨ªdas a los 72 a?os; Jack Kemp, una estrella del f¨²tbol norteamericano, se present¨® para vicepresidente a los 61 a?os ... Si EE UU tiene ahora el porcentaje de paro m¨¢s bajo de los ¨²ltimos 24 a?os -el 4,7%-, es porque decenas de millones de hombres y mujeres han cambiado de carreras y residencias.
Glenn lo ha hecho un mont¨®n de veces. Empez¨® como piloto del cuerpo de Marines, y particip¨® en m¨¢s de 150 misiones de combate durante la II Guerra Mundial y la guerra de Corea (gan¨® seis condecoraciones). Luego, se present¨® voluntario al programa espacial Mercury, el pionero de la astron¨¢utica norteamericana. Fue uno de los siete "elegidos para la gloria" y el primer norteamericano en dar la vuelta orbital a la Tierra, a bordo de la c¨¢psula Friendship, 7.
Aunque los rusos se hab¨ªan adelantado en abril de 1961 con el vuelo orbital de Yuri Gagarin, las tres vueltas de Glenn devolvieron la moral a la NASA y a EE UU. "Muchacho", dijo el astronauta al bajarse de la c¨¢psula, "esto s¨ª que ha sido un viaje en una bola de fuego". Cuatro millones de neoyorquinos participaron en el desfile triunfal de Glenn por la Quinta Avenida; 250.000 washingtonianos soportaron una intensa lluvia para saludar al "h¨¦roe nacional" durante su paseo entre la Casa Blanca y el Capitolio. Eran los felices tiempos de Camelot, los de la presidencia de John F. Kennedy.
Animado por los hermanos Kennedy, Glenn decidi¨® meterse en pol¨ªtica, en las filas del Partido Dem¨®crata, y gan¨® cuatro veces consecutivas un sill¨®n de senador.
Pero hace un a?o decidi¨® dar un nuevo giro espectacular a su vida y proclamarse voluntario para el reingreso en la NASA, en calidad de cobaya para investigaciones geri¨¢tricas. Glenn corre a diario, hace gimnasia y Ievanta pesas. Tambi¨¦n pilota su propio avi¨®n, y en 1996 consigui¨® una plusmarca de velocidad con su Beechcraft Baron. Su reincorporaci¨®n supone un gran golpe publicitario para la NASA, cuyo administrador, David Goldin, declar¨® ayer: "Vamos a demostrar que los ciudadanos de edad tambi¨¦n tienen lo que hay que tener".
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