Kenneth Starr, la pesadilla de Clinton
El fiscal especial est¨¢ a punto de lograr lo que no ha conseguido en tres a?os y medio de infructuosas investigaciones
En tres anos y medio como fiscal especial que investiga al presidente norteamericano, Bill Clinton, Kenneth Star ha gastado m¨¢s de 25 millones de d¨®lares (3.750 millones de pesetas aproximadamente), ha ganado tres casos en los tribunales federales y diez en los que el acusado admiti¨® su culpabilidad. Pero hasta esta semana no hab¨ªa se?ales procedentes de las discusiones secretas del gran jurado de que ¨¦l se encontrara cerca de demostrar acciones irregulares cometidas por e,? presidente, su esposa, Hillary o altos cargos de la Administraci¨®n.
La incapacidad de Starr despu¨¦s de tanto tiempo de trabajo para asestar un golpe signific¨® que la investigaci¨®n no despertaba la curiosidad p¨²blica exceptuando las cr¨ªticas de los seguidores de Clinton, que consideraban la actuaci¨®n del fiscal como una misi¨®n pol¨ªtica. Ahora, la nueva investigaci¨®n sobre si el presidente obstruy¨® o no la justicia tratando de encubrir una relaci¨®n sexual con una joven becaria de la Casa Blanca -una cuesti¨®n muy lejana del esc¨¢ndalo inmobiliario y bancario en Arkansas que fue origen del nombramiento de Starr- ha reforzado su funci¨®n, silenciado a sus detractores y colocado a Starr en el candelero.
"Nos estamos moviendo con la diligencia que podemos", declar¨® el pasado jueves Starr cuando encontr¨® brevemente a los informadores y c¨¢maras fuera de su despacho en Washington. Preguntado si le impulsaba un deseo personal de socavar al presidente, respondi¨®: "Nuestro trabajo es recoger pruebas, evaluarlas y llegar a la verdad".
En algunos aspectos, Clinton y Starr est¨¢n cortados por el mismo patr¨®n. Ambos nacieron en el verano de 1946 en peque?as ciudades sure?as -Clinton en Hope (Arkansas) y Starr en Vernon (Texas)- y llegaron a puestos (le responsabilidad siendo j¨®venes. Clinton fue gobernador de Arkansas con 32 a?os y Starr, juez el Tribunal de Apelaci¨®n del Distrito de Columbia a los 37.
Pero Starr se aline¨® con las causas republicanas, ingres¨® en la Administraci¨®n de George Bush como subsecretar¨ªo y destac¨® en los c¨ªrculos judiciales conservadores. Cuando el presidente Clinton fue preguntado en una entrevista en televisi¨®n en 1996 si pensaba que Starr "va por usted" respondi¨®: "?No est¨¢ claro?"
El mandato inicial de Starr era investigar la muerte de Vincent Foster, el socio del matrimonio Clinton en una fracasada operaci¨®n inmobiliaria en Arkansas conocida como Whitewater y la quiebra de la entidad de ahorros Madison Guaranty Savings and Loan en Little Rock. Starr comunic¨® el a?o pasado que Foster se suicid¨® cuando era viceconsejero de la Casa Blanca. Las investigaciones sobre Whitewater y Madison condujeron a la condena en 1996 de Jim Guy Tucker, que era por entonces gobernador de Arkansas, y de los socios de Clinton en Whitewater, James y Susan McDougal.
Pero durante estos a?os, Starr, que no ten¨ªa anteriormente experiencia como fiscal o penalista, ha sido autorizado a ampliar su investigaci¨®n a cuestiones como si Hillary Clinton minti¨® o no sobre su papel en la destituci¨®n del personal de la agencia de viajes de la Casa Blanca y si altos funcionarios utilizaron informes confidenciales del FBI para descubrir asuntos turbios entre los republicanos.
La semana pasada, un tribunal federal especial, que actuaba bajo la recomendaci¨®n de la fiscal general (ministra de Justicia), Janet Reno, dio poder a Starr para investigar si Clinton hab¨ªa alentado a Monica Lewinsky a mentir bajo juramento sobre una relaci¨®n sexual con el presidente.
Durante todo este tiempo como fiscal especial, Starr ha continuado ejerciendo la abogac¨ªa privada. Ha ayudado con fondos a candidatos republicanos y pronunciado discursos ante grupos contrarios a Clinton, incluido uno, en 1996, patrocinado por el evangelista republicano Pat Robertson.
El a?o pasado Starr anunci¨® que dejar¨ªa el cargo de fiscal especial para ocupar un decanato en la Pepperdine University, una instituci¨®n financiada por una fundaci¨®n conservadora. Pocos d¨ªas despu¨¦s, Starr cambi¨® de rumbo y dijo que continuar¨ªa en su puesto hasta completar la investigaci¨®n. "Hubo la sensaci¨®n de que hab¨ªa cometido un error", confes¨® en ese momento. El pasado jueves, Starr asegur¨®: "Tengo la fuerte convicci¨®n de que las pruebas emerger¨¢n y que despu¨¦s lo har¨¢ la verdad".
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