Colecta para paliar una decepci¨®n
Los jugadores del Celta se movilizan para ayudar a tres futbolistas nigerianos a regresar a su pa¨ªs
Puede que, en el futuro, a Kennedy, Asuwa y Oyelakin se les presente la oportunidad de devolver el favor a la plantilla del Celta. Maneras tienen, pero ninguno de estos tres muchachos nigerianos pas¨® la prueba en el equipo gallego. En sus planes no figuraba la posibilidad del fracaso, as¨ª que los tres futbolistas se quedaron con lo puesto: los billetes de avi¨®n, un visado en las ¨²ltimas y un largo viaje de regreso a ?frica por delante, pero ni un duro. Ll¨¢mese corporativismo o solidaridad: s¨®lo la colecta que capitanearon el israel¨ª Revivo y el brasile?o Mazinho en el vestuario c¨¦ltico al t¨¦rmino del entrenamiento de ayer permitir¨¢ el regreso de los inmigrantes del bal¨®n a su pa¨ªs.
El sue?o consist¨ªa en abandonar Nigeria y seguir la ruta marcada por jugadores como Finidi, Amunike, Ohen o Kanu. Sus cuatro semanas en Vigo han tenido m¨¢s que ver con la que llevan cientos de compatriotas suyos en las calles espa?olas que con la lujosa vida de las estrellas de la Liga espa?ola: una pensi¨®n y una casa de comidas sufragadas por el club y unas pocas monedas en los bolsillos, tal vez los ahorros de varios a?os, apostados a la carta de un equipo espa?ol. El Celta dijo no y la ilusi¨®n se desvaneci¨®.
Pocas noticias ten¨ªan Revivo y Mazinho de los nigerianos cuando el pasado lunes se presentaron en Bala¨ªdos en el entrenamiento del primer equipo. Se decidieron por Mazinho como interlocutor, y el brasile?o apel¨® a Revivo como int¨¦rprete en un precario ingl¨¦s. No pudieron elegir mejor. Hace apenas un a?o tambi¨¦n llegaba a prueba el israel¨ª, hoy figura del campeonato espa?ol, hablando hebreo y rogando una oportunidad. Entre los dos propusieron a los compa?eros de plantilla aportar su donativo a la causa de las tres j¨®venes promesas. Del entrenamiento salieron los jugadores del Celta sin dinero en los bolsillos y los tres nigerianos con lo necesario para poner fin a su estancia en Vigo.
"Creo que todos nosotros pensamos c¨®mo nos encontrar¨ªamos en su situaci¨®n. Ganamos un dinero que no es f¨¢cil, pero son chavales que vienen de muy lejos y no queremos que regresen a ?frica con un mal recuerdo de Vigo", reconoce Revivo.
La cantidad aportada es simb¨®lica; los billetes ya estaban en sus manos, pero Kennedy, Asuwa y Oyelakin no ten¨ªan ni para pagarse la comida. "Con lo que hemos recaudado tendr¨¢n suficiente para unos cuantos d¨ªas, mientras llegan a su tierra, y para que devuelvan a sus familias parte de lo que han invertido en ellos", precisa un jugador celeste.
En el club no ha gustado que se conozcan los detalles de la colecta. "El Celta ha cumplido todos sus compromisos, que consist¨ªan en la manutenci¨®n de los jugadores. El resto corre a cargo de la agencia que nos los ofreci¨®", precisa F¨¦lix Carnero, secretario t¨¦cnico del equipo vigu¨¦s. "Muchos clubes tienen a prueba jugadores como ¨¦stos. Unas veces sale alguna figura, pero la mayor parte de las ocasiones regresan por donde vinieron", agrega.
F¨¦lix Kennedy tiene 17 a?os y es centrocampista organizador; Williams Asuwa lleg¨® con 15 a?os y es tambi¨¦n centrocampista; Joseph Oyelakin es el mayor de los tres, con 18 cumplidos, y su puesto es el de delantero centro. "Son muy buenos, sobre todo los dos m¨¢s j¨®venes", recuerda el due?o del mes¨®n donde comen a diario y seguidor del Celta B, equipo con el que han venido entren¨¢ndose todos estos d¨ªas.
El entrenador que los ha tenido a su cargo, Manuel N¨²?ez, est¨¢ convencido de que s¨®lo su condici¨®n de extranjeros les ha obligado a emprender camino de regreso. "Tienen mucha t¨¦cnica, pero es prematuro saber si son competitivos. Decidir si ocupan una plaza de extranjeros en la ¨¦lite es mucha responsabilidad". De lo que no le cabe ninguna duda al t¨¦cnico del filial es que la mala suerte les persigui¨® durante su estancia en Vigo, un mes en el que la lluvia fue incesante, el granizo acompa?o m¨²ltiples entrenamientos y hasta se produjo la primera nevada en muchos a?os en la ciudad.
En el hostal donde se alojaron, el recuerdo que dejan Kennedy, Asuwa y Oyelakin es inmejorable. Su comportamiento fue ejemplar, igual que su adaptaci¨®n a las costumbres espa?olas. Por eso, la despedida en el Celta B result¨® singular. Guantes, gorros y hasta un chubasquero fue el agasajo con que los jugadores del segundo equipo del Celta despidieron a los que durante un mes han sido sus compa?eros.
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