El t¨²nel de 25 kil¨®metros a trav¨¦s de la sierra es viable
El autor aconseja excavar dos t¨²neles paralelos, uno por sentido
El t¨²nel de 24,5 kil¨®metros de longitud proyectado para atravesar la sierra de Guadarrama es la obra singular m¨¢s importante de la variante del trazado que, al parecer, cuenta con el apoyo preferente de la Comunidad de Madrid. He participado en su definici¨®n y evaluaci¨®n, asesorando al equipo t¨¦cnico de la Comunidad, y, por tanto, no tengo inconveniente en dar mi opini¨®n sobre la misma.Una vez que se decidi¨® que el trazado discurriera entre Soto del Real y La Granja a trav¨¦s de un t¨²nel de la longitud indica da, mi criterio sobre el tipo de obra subterr¨¢nea a realizar fue el siguiente:
1. Para una longitud de este orden, todos los modernos proyectos de ferrocarriles recomiendan dos t¨²neles, b¨¢sicamente por razones de seguridad de la explotaci¨®n, ante supuesto de incendio u otro tipo de incidentes.
2. Establecido lo anterior, caben dos soluciones: a) un t¨²nel para doble v¨ªa, m¨¢s un peque?o t¨²nel de servicios.- b) dos t¨²neles paralelos de iguales dimensiones, cada uno para una v¨ªa. En cualquiera de ambos casos, los dos t¨²neles se conectan entre s¨ª cada varios cientos de metros.
Nuestra opini¨®n fue a favor de la soluci¨®n b), dos t¨²neles gemelos, es decir, dos tubos iguales, de unos ocho metros de di¨¢metro interior, que fue la adoptada para esta variante de trazado.
3. Las razones principales a favor de dicha soluci¨®n b) son las siguientes:
- Cuanto menor es el di¨¢metro de un t¨²nel, menor es la dificultad de excavaci¨®n en zonas de terreno poco competente que puedan aparecer, y, en consecuencia, tanto el coste esperable de la construcci¨®n como el plazo de la misma son menores.
- El doble tubo favorece tambi¨¦n los problemas de compresi¨®n del aire cuando se cruzan los trenes.
- Esta soluci¨®n de doble t¨²nel se ha adoptado en gran parte de los ¨²ltimos dise?os de enlaces europeos.
Y entrando ya en la cuesti¨®n de la factibilidad de tal obra, sobre la que se han expresado dudas que parecen haber provocado estados de opini¨®n contrarios a la misma, hasta el punto de propalar que se carece de experiencia sobre longitudes tales en Europa y, m¨¢s a¨²n, en Espa?a, he de decir que ello es totalmente inexacto, como vamos a ver. Adem¨¢s de referencias internacionales m¨¢s antiguas, como la del emblem¨¢tico t¨²nel japon¨¦s de Seikan, de m¨¢s de 50 kil¨®metros, terminado en los a?os ochenta, la mayor¨ªa de los lectores recordar¨¢, sin duda, la inauguraci¨®n, hace muy pocos a?os, del t¨²nel de la Mancha, de 49 kil¨®metros, obras ambas de tipo de t¨²neles gemelos, con la dificultad adicional de ser t¨²neles sutbmarinos. Cuando esto ya es historia, no se puede hablar de inviabilidad de un t¨²nel de 25 kil¨®metros en la sierra de Guadarrama, con una geolog¨ªa no excesivamente problem¨¢tica y bastante bien identificada,antes incluso de haberse iniciado los reconocimientos de detalle, que han de hacerse con anterioridad al comienzo de la construcci¨®n de la soluci¨®n elegida.
Pero adem¨¢s, y s¨®lo refiri¨¦ndome a los grandes enlaces europeos, ya citados, est¨¢n actualmente en construcci¨®n los siguientes: Vereina (Suiza), de 19 kil¨®metros, recientemente perforado; Semmering Base (Austria), de 23 kil¨®metros; Lotschverg Base (Suiza), de 42 kil¨®metros, y Gotardo Base (Suiza), de 57 kil¨®metros.
En nuestro caso, y al igual que se hizo en la Mancha y se hace en los anteriores, la construcci¨®n se realizar¨ªa con tuneladora. Es decir, que cada uno de los tubos gemelos se excavar¨ªa (y posiblemente se revestir¨ªa al tiempo) con dos tuneladoras, cada una de ellas atacando desde uno de los extremos hacia un punto intermedio, en el que se practicarla un pozo no muy profundo para el desmontaje de las m¨¢quinas: cada m¨¢quina tendr¨ªa que excavar, pues, algo m¨¢s de 12 kil¨®metros de tubo. Otra cuesti¨®n es si se consideran dos o cuatro m¨¢quinas para la obra: ya se comprende que esto es un tema ligado al plazo de construcci¨®n exigible, pues si se cuenta s¨®lo con dos m¨¢quinas han de hacer primero un tubo y despu¨¦s el otro, con un plazo doble del posible con cuatro tuneladoras.
Pues bien, con todo ello no har¨ªamos sino repetir t¨¦cnicas ya ensayadas en varios de los casos antes mencionados, o bien en otros, construidos por empresas espa?olas, a los que he de referirme. Los constructores espa?oles podemos ofrecer referencias hist¨®ricas muy importantes desde antiguo. La experiencia acumulada en los grandes t¨²neles excavados con explosivos, a partir de finales de los cincuenta, en algunos de los que he intervenido como responsable de la construcci¨®n (galer¨ªas de conducci¨®n hidr¨¢ulica, como la de Miranda, de 30 kil¨®metros, con tres ataques intermedios; de Bao-Puente Bibey, de 11 kil¨®metros; de Almendra-Villarino, de 17 kil¨®metros, u otras, varias de ellas en terrenos complicados y muy poco explorados) se diversific¨® a partir de los setenta, cuando emprendimos la construcci¨®n con tuneladoras, de obras tambi¨¦n hidr¨¢ulicas, muy importantes para la ¨¦poca (t¨²neles de Talave, con m¨¢s de 25 kil¨®metros; de Archena, de nueve kil¨®metros, u otros) hasta llegar a las obras m¨¢s recientes construidas por empresas espa?olas, dentro y fuera de nuestro pa¨ªs.
Limit¨¢ndonos a las obras m¨¢s relevantes, construidas recientemente con tuneladoras por empresas espa?olas, mencionar¨¦ la del t¨²nel del trasvase de Guadiaro-Majacite (C¨¢diz), obra en la que fui responsable por parte de una de las empresas, interviniendo tambi¨¦n en el dise?o de la tuneladora.
Este t¨²nel, terminado en febrero de 1997, tiene 12,3 kil¨®metros de longitud y cinco metros de di¨¢metro de excavaci¨®n, y se perfor¨® desde un solo extremo, a trav¨¦s de una geolog¨ªa enormemente complicada, en un plazo de 16 meses incluidos excavaci¨®n y revestimiento, es decir, a una media global de algo m¨¢s de 850 metros al mes. A esta referencia debe a?adirse la de la galer¨ªa de Doukkala (Marruecos), de 7,5 metros de di¨¢metro de excavaci¨®n y 13 kil¨®metros de longitud, realizada por otra empresa espa?ola tambi¨¦n desde un solo extremo, y con avances igualmente notables, galer¨ªa recientemente perforada.
Para terminar, me referir¨¦ al coste de la construcci¨®n civil (perforaci¨®n y revestimiento) de la soluci¨®n prevista para Guadarrama. Hasta no conocer con m¨¢s detalle la geolog¨ªa del trazado, lo razonable es estimar un coste que cubra diversas incidencias frecuentes en los t¨²neles por causa de alteraciones en el terreno. Con ello, mi propuesta ha sido considerar para cada tubo un coste del orden de unos 1.500 millones de pesetas por kil¨®metro, a lo que hay que a?adir la parte proporcional de t¨²neles y cavernas de conexi¨®n entre los dos tubos gemelos, con lo que podemos estimar unos 2.000 millones de pesetas por kil¨®metro de tubo, que es tanto como decir que el coste total alcanzar¨ªa los 4.000 millones de pesetas por cada kil¨®metro de los 25 que puede tener esta obra. La hip¨®tesis b¨¢sica es el empleo de dos tuneladoras de nueva construcci¨®n y dise?adas especialmente para este proyecto. En el supuesto de emplear cuatro m¨¢quinas, el coste de las obras aumentar¨ªa alrededor de un 2%.
Ahora bien, una vez realizados los trabajos de reconocimiento del trazado, es posible que se comprueben condiciones geol¨®gicas objetivamente m¨¢s favorables, lo que no es una hip¨®tesis gratuita, sino bastante probable en la geolog¨ªa bastante bien conocida de esta zona, como me han se?alado algunos colegas a los que he pedido opini¨®n. Si as¨ª fuere, ser¨ªa posible reducir sensiblemente la cifra anterior, con un l¨ªmite que estimo no bajar¨ªa nunca de los 1.800 millones de pesetas por kil¨®metro de tubo o, si se, quiere, de los 3.600 millones de pesetas por kil¨®metro de los 25 que tendr¨ªa la obra.
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