El alcalde de Rivas insiste en que no fue un error pagar a los gitanos para echarlos

El alcalde de Rivas, Fausto Fern¨¢ndez, de IU, asegura que "no fue un error" pagar 12.000 pesetas a cada uno de los 157 inmigrantes rumanos que viv¨ªan en un poblado chabolista de su municipio para que se marcharan de la localidad. Fern¨¢ndez pag¨® un total de 1,9 millones de pesetas a los 157 rumanos (100 de ellos, ni?os menores de 12 a?os). Con ese dinero deb¨ªan costearse el ¨¦xodo a otra parte.

El alcalde cree que los inmigrantes rumanos, de etnia gitana, se han marchado a Ly¨®n (Francia), a unos albergues que existen en esa ciudad gala y que se financian con fondos europeos. Su forma de desmantelar el poblado chabolista ha sido muy criticada por la diputada Virginia D¨ªaz, de su misma coalici¨®n pol¨ªtica, y por la organizaci¨®n no gubernamental SOS Racismo. D¨ªaz se?al¨®, que IU no compart¨ªa la acci¨®n del alcalde de Rivas. ?ste, sin embargo, no se arrepiente: "Ten¨ªamos un problema y lo hemos solucionado de una forma limpia; adem¨¢s, ellos quer¨ªan irse", explic¨® Fern¨¢ndez el pasado viernes, coincidiendo con el ¨¦xodo de los ¨²ltimos gitanos. Respecto a las cr¨ªticas de su compa?era en IU, se?al¨®: "La diputada habla por s¨ª misma y no representa el criterio de todo el partido".Fern¨¢ndez intent¨® justificar su acci¨®n en "la situaci¨®n de odio que exist¨ªa entre los gitanos y los vecinos" fruto de un enfrentamiento entre fuerzas de seguridad y los inmigrantes ocurrido el pasado 26 de febrero. "Los gitanos se liaron a tirar piedras a los coches que pasaban por la autov¨ªa de Valencia [que discurre pegada al asentamiento] sin motivo alguno", declar¨® el alcalde.

Los inmigrantes indicaron que el incidente surgi¨® porque la Guardia Civil agredi¨® a uno de ellos al intentar detenerle. El enfrentamiento acab¨® con tres heridos leves: un rumano, un polic¨ªa local y el empleado de una gasolinera pr¨®xima al poblado. "La noche del incidente", afirma el alcalde, "hubo algunos vecinos que quisieron ir a sus casas a por las escopetas para tomarse la justicia por su mano, pero les disuadimos". Fue entonces cuando Fern¨¢ndez se propuso acabar con "el problema". Convoc¨® una comisi¨®n de gobierno municipal y aprob¨® pagarles cerca de dos millones de pesetas de los fondos sociales municipales para que abandonaran la localidad. As¨ª lo hicieron y el viernes ya no quedaba un alma en el poblado.