Prisioneros del dilema
Todos nos hemos indignado ante el conductor "listillo" que, viendo c¨®mo el n¨²mero de carriles se reduce m¨¢s adelante, sigue imperturbable hasta el estrechamiento sin respetar la cola. Hartos de hacer el "primo", los disciplinados conductores que aguardan en fila terminar¨¢n por abandonarla, acrecentando el atasco. Kant, pensar¨¢ alg¨²n conductor despechado, era un poco ingenuo: es peligroso seguir una m¨¢xima moral que otros no respetan.Por parecida raz¨®n, el explotador a quien le piden una comisi¨®n si quiere conseguir un contrato temer¨¢ que si la niega aparezca otro competidor menos escrupuloso. Y el pa¨ªs que prohiba a su industria militar una exportaci¨®n de armas se expondr¨¢ a ser reemplazado por otro suministrador m¨¢s pragm¨¢tico. "Mira, d¨¦jate de escr¨²pulos, porque si no lo haces t¨² lo har¨¢ otro". Ser¨¢ la frase que resuma tales dilemas. Para combatirlos los pa¨ªses suelen pactar convenios o "c¨®digos de conducta". As¨ª, el pasado diciembre los pa¨ªses de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y Desarrollo Econ¨®mico (OCDE) decidieron sancionar penalmente el pago de sobornos en el extranjero; y Francia y Reino Unido acaban de proponer un "c¨®digo de conducta" que limitar¨ªa las exportaciones de armas que puedan agravar un conflicto b¨¦lico o ser usadas para la represi¨®n interna y obligar¨ªa a cualquier Estado europeo a rechazar un pedido de armas rehusado por otro en aplicaci¨®n del "c¨®digo".
Un dilema similar se manifiesta en la "desfiscalizaci¨®n competitiva". El pa¨ªs o regi¨®n que grave menos los bienes o inversiones podr¨¢ atraer actividad econ¨®mica de las zonas vecinas. En el caso del Impuesto sobre el Valor A?adido, la Comunidad Europea evita desde hace a?os ese dilema obligando a todos los Estados a aplicar unos tipos m¨ªnimos de tributaci¨®n (sin embargo, como bien saben los ingleses que compran cerveza francesa en Calais, ese esfuerzo de armonizaci¨®n no cubre todos los impuestos especiales). En el caso de ciertos impuestos directos -en esencia, el Impuesto de Sociedades y los que gravan las las rentas del capital- el comisario Monti emprendi¨® en 1996 una meritoria cruzada que ya ha dado sus primeros frutos: el pasado diciembre los ministros de Econom¨ªa y Hacienda aprobaron un "c¨®digo de conducta" que compromete pol¨ªticamente a los Estados a evitar -e incluso eliminar- aquellas medidas que puedan tener una "incidencia sensible sobre la localizaci¨®n de actividades econ¨®micas en el seno de la Comunidad"; como paso adicional, este lunes se cre¨® el grupo de altos funcionarios que supervisar¨¢ la aplicaci¨®n del c¨®digo.
En Espa?a la competencia fiscal entre Administraciones es bien conocida. En la ya lejana ¨¦poca de los pagar¨¦s, las diputaciones forales compitieron con agresividad con el Estado y captaron mediante sus pagar¨¦s forales cantidades desorbitadas de dinero negro. Durante a?os, muchas escrituras hipotecarias se formalizaron en Navarra con el s¨®lo prop¨®sito de eludir el Impuesto estatal sobre Actos Jur¨ªdicos Documentados. Las diputaciones forales aprobaron incentivos a la inversi¨®n desconocidos en el resto de Espa?a, alguno de los cuales, al hacer que una c¨¦lebre empresa riojana cruzara el Ebro para instalarse en ?lava, motiv¨® una denuncia ante la Comisi¨®n Europea, responsable de perseguir las ayudas p¨²blicas contrarias a los art¨ªculos 92 y 93 del Tratado.
La ya famosa sentencia de 7 de febrero del Tribunal Supremo, al anular ciertas ventajas fiscales -ya derogadas- aprobadas en 1988 por la Diputaci¨®n Foral de Vizcaya, enuncia ciertos l¨ªmites a la autonom¨ªa tributarla del Pa¨ªs Vasco. No es ¨¦ste el lugar para analizar la sentencia. Pero el criterio de fondo en que parece inspirada concuerda con los signos de los tiempos: la "desfiscalizaci¨®n competitiva" es un peligro que amenaza con desplazar el peso de la tributaci¨®n hacia los factores menos m¨®viles (entre ellos, el trabajo no profesional).
Ojal¨¢ que la futura capacidad normativa de las restantes comunidades aut¨®nomas sobre el Impuesto sobre la Renta no nos haga m¨¢s prisioneros de un dilema que el comisario Monti ha empezado a desenmara?ar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Morosidad
- Relaciones Gobierno central
- Deudas
- Pol¨ªtica econ¨®mica
- Legislaci¨®n auton¨®mica
- Comunidades aut¨®nomas
- Presidencia Gobierno
- Uni¨®n Europea
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Hacienda p¨²blica
- Organizaciones internacionales
- Tributos
- Finanzas p¨²blicas
- Administraci¨®n Estado
- Relaciones exteriores
- Finanzas
- Legislaci¨®n
- Econom¨ªa
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Justicia