Pasito a paso, con Jes¨²s el Pobre a cuestas
Entusiasmo y fervor en una de las procesiones m¨¢s emotivas de cuantas surcan el Centro
Las mujeres lloran y lloran. No se contienen. Han roto a llorar cuando los costaleros alzan el trono de Jes¨²s el Pobre para salir a la calle. Entonces, las pocas personas que quedan en el interior de la iglesia de San Pedro el Viejo, en la calle del Nuncio, aplauden. Todav¨ªa no ha comenzado la procesi¨®n, que discurrir¨¢ por Sacramento, Imperial, Toledo y Cascorro. Faltan pocos minutos, pero es ahora cuando se viven las escenas m¨¢s emocionantes de todo el desfile. Nadie grita en el interior de la iglesia, se lanzan v¨ªtores en tono emocionado. "Llev¨¢is al Cristo m¨¢s guapo de Madrid", le dice a los costaleros una mujer mientras se seca las l¨¢grimas. "Lo m¨¢s bonito", dice otra. "Sac¨¢is lo m¨¢s grande. Tened cuidado que llev¨¢is una alhaja". Y los capataces: "Vamos a hacerlo con arte y categor¨ªa". "Vamos a demostrar qui¨¦nes son los costaleros de Jes¨²s el Pobre". "?Vamos, ese paso bonito!".A la se?al de uno de los dos capataces, los 42 costaleros se ponen casi en cuclillas. Y en esa postura tan inc¨®moda, con 30 kilos apoyados sobre el hombro de cada uno, cruzan el umbral de la puerta. Pasito a pasito. Hay que hacerlo as¨ª para que la imagen no choque con la puerta. Ya ha salido a la calle Nuestro Padre Jes¨²s el Pobre. Hay aplausos y vivas de miles de personas que le esperan. Suena el himno nacional, "un privilegio que tienen Dios y la Virgen" tal y como apunta un hermano.
Ha comenzado la procesi¨®n. Y ya le han cantado al Cristo la primera saeta. Una hora antes, todos los miembros de la Primitiva e Ilustre Hermandad de Jes¨²s Nazareno el Pobre que iban a desfilar, asistieron a una misa "para salir limpios". Una misa de color morado, porque los fieles, todos miembros de la cofrad¨ªa, vest¨ªan con un h¨¢bito de ese color, el mismo de la t¨²nica que luce el Cristo. Una misa en la que de vez en cuando se o¨ªa el ruido de las cadenas enroscadas en los pies descalzos de muchos hermanos, hombres y mujeres, que han hecho una promesa. Unos saldr¨¢n a desfilar portando cirios; otros llevar¨¢n cruces, o estandartes o banderas. Todos se han colocado en los bancos en orden de salida. Y la salida de los 200 hermanos que desfilar¨¢n requiere mucha coordinaci¨®n.
Con tan s¨®lo 25 a?os, Carlos Blanco es uno de los capataces. No s¨®lo se ocupa de guiar a los costaleros, aunque es su funci¨®n m¨¢s importante, para la que han estado ensayando dos meses antes. Tres golpes marcados por su mano en el llamador, una figura de metal que lleva el trono en la parte delantera, significan que los costaleros deben agacharse. Con un golpe, los portadores entienden que hay que levantar la imagen. "Vas gui¨¢ndoles seg¨²n te lleve el coraz¨®n", dice el capataz, que tambi¨¦n puede apostar por un paso adornado, que es cuando se balancean de atr¨¢s hacia delante.
La otra funci¨®n de este capataz es ordenar la salida. Va llamando a los hermanos, que, tras la misa se han colocado el capirote, ese cucurucho que tiene como finalidad mantener el anonimato de los que desfilan. De todos, menos de los ni?os que no han hecho la Comuni¨®n. ?stos van con la cara descubierta. Pero al igual que los adultos, llevan la faja de penitencia, que es de cuerda, m¨¢s guantes y zapatos de esparto.
"?C¨®mo est¨¢ el tiempo?", pregunta durante la misa Blanco a una mujer. Est¨¢n preocupados porque una hora antes llov¨ªa sobre Madrid. "El 27 de marzo del a?o pasado fue cuando salimos en procesi¨®n. Desde ese d¨ªa llevamos prepar¨¢ndolo todo. Todo el mundo se vuelca. Y, cuando esta noche, el Cristo entre en la iglesia, empezaremos a preparar la procesi¨®n del a?o que viene".
Una prueba del inter¨¦s de los fieles son las 8.000 docenas de claveles rojos que adornan el Cristo. Desde hace tres d¨ªas, la gente las ha ido llevando a la iglesia. Lirios y margaritas moradas son las otras flores que ayudan a embellecer el trono. ?Y el dinero para organizar semejante acontecimiento? "De las cuotas que pagan los hermanos, hay donaciones y tambi¨¦n est¨¢ el canon de salida: todo hermano tiene que pagar 1.000 pesetas para poder marchar en la procesi¨®n", explica el joven capataz, el ¨²nico que no viste h¨¢bito de la hermandad, "fundada por los traperos", explica.
El recorrido dura seis horas. Seg¨²n asegura Blanco, unas 600.000 personas presencian el recorrido de Jes¨²s el Pobre por las calles de Madrid. Ayer, casi todas las procesiones que se repartieron la ciudad, se libraron de la lluvia.
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