"Tambi¨¦n existe el sentimiento comico de la vida
El pr¨®ximo 23 de abril, los Reyes de Espa?a entregar¨¢n al escritor cubano Guillermo Cabrera Infante el Premio de Literatura Miguel de Cervantes 1997. Por la importancia y prestigio, del mismo se puede afirmar sin rubor que, al recibirlo, el autor de Tres tristes tigres alcanzar¨¢ y compartir¨¢ la consagraci¨®n con la ya conocida y habitual de la primavera.Pregunta. Supongo que es inevitable comenzar la entrevista pregunt¨¢ndole su opini¨®n sobre la obra de Miguel de Cervantes y qu¨¦ le resulta m¨¢s interesante de la misma, y entiendo la dificultad de decir algo nuevo sobre el tema.
Respuesta. Siempre se puede decir algo viejo. En realidad, El Quijote es uno de los libros m¨¢s comentados; es m¨¢s, es un libro m¨¢s comentado que le¨ªdo. Pero yo voy a hablar concretamente de Cervantes, un poco, y de lo que significa El Quijote en el nacimiento de literaturas tan diferentes como la inglesa y la rusa. Es decir, c¨®mo sin la lectura de Cervantes las novelas de Gogol no existir¨ªan, o las novelas ingletas de Defoe o Fielding no funcionar¨ªan tan bien como lo han hecho despu¨¦s de que hubieran le¨ªdo El Quijote. Es un libro que ha tenido una influencia extraordinaria en la cultura occidental. En realidad, creo que es el libro espa?ol que ha tenido m¨¢s influencia, incluyendo a Quevedo o, ya en nuestro siglo, a Lorca.
P. ?Y qu¨¦ factores destacar¨ªa en la obra de Cervantes?
R. El humor antes que nada; es decir, la escritura humor¨ªstica que surge ya desde el mismo comienzo del Quijote. ?se "en un lugar de La Mancha...", que se ha citado tanto, es una referencia humor¨ªstica porque a?ade "de cuyo nombre no quiero acordarme", que es una forma muy elegante de echar a un lado la geograf¨ªa en la que se mueve El Quijote.
Libros y no novelas
P. Usted ha manifestado en varias ocasiones su poco aprecio por la clasificaci¨®n como "novelas" de muchas de sus propias obras...R. Bueno, yo me he amparado un poco en el hecho de que Cervantes jam¨¢s llama novela al Quijote. Siempre habla de su libro, y prefiere llamar as¨ª a sus Novelas ejemplares, que hoy sabemos que son en realidad cuentos largos. Apoyado un poco en esto he decidido no admitir que se llamen a mis libros novelas, sino libros, y eso cubre todo el espectro.
P. ?Quiere decir que considera peyorativo el llamar novela a un libro?
R. No, en absoluto. Es una cantidad de ficci¨®n que mis libros no tienen. Est¨¢n muy apoyados en la autobiografia. Creo que la ¨²nica distancia que hay entre la autobiografia y el lector es el humor. De alguna manera trato de desinflar determinadas situaciones un poco pomposas pinch¨¢ndolas con el alfiler del humor.
P. Usted se?alaba la gran influencia del Quijote en literaturas como la rusa o la inglesa. ?Cree que se debe al humor?
R. Yo creo que toda la novel¨ªstica inglesa, desde Defoe hasta Dickens, est¨¢ afincada extraordinariamente en el humor. Eso se ve muy bien en el Dickens que a m¨ª me interesa m¨¢s, el de Los papeles de Pickwick, que es una broma absoluta de principio a fin.
P. Lo que s¨ª parece evidente es que el humor est¨¢ present¨¦, de una forma u otra, en mayor o menor grado, en las novelas m¨¢s importantes e influyentes de la historia de la literatura.
R. Bueno, en realidad, todas las novelas de Dostoievski, por ejemplo, tienen una carencia absoluta de humor...
P. No estoy muy seguro de que Dostoievski, en la actualidad, goce de una gran valoraci¨®n...
R. Seguramente... lo que pasa es que en Espa?a se cultiv¨® una idea de la visi¨®n de la vida, expresada sobre todo por Miguel de Unarnuno, que es la de hablar del sentimiento tr¨¢gico de la vida, y yo creo que hay que hablar tam bi?n del sentimiento c¨®mico de la vida. La tragedia griega est¨¢ emparejada en el tiempo y en las intenciones con las obras de Arist¨®fanes, que son descacharrantes. Hay una tendencia a relegar al humor a un segundo plano, lo que no se sostiene. Por ejemplo, el m¨¢ximo libro de este siglo es, sin duda, el, Ulises, y fue el mismo Joyce el que dijo que su libro era una broma que duraba 500 p¨¢ginas.
P. En estos d¨ªas se publica una nueva recopilaci¨®n de algunos de sus textos con el t¨ªtulo de Vidas para leerlas. En ella se incluyen una serie de perfiles de escritores cubanos, con dos ¨²nicas excepciones: Federico Garc¨ªa Lorca y el ajedrecista cubano Capablanca...
R. S¨ª, as¨ª es, son escritores cubanos, desde Lezama Lima y Virgilio Pi?era hasta Calvert Casey y Severo Sarduy. En este libro en concreto hay una invenci¨®n m¨ªa sobre Lorca viendo llover en La Habana; es decir, que lo que quiero resaltares la incidencia de Lorca en la cultura cubana.
P. ?Fue muy influyente?
R. Tuvo una influencia muy poderosa en la poes¨ªa, claro. Lorca deslumbr¨® a la intelectualidad habanera con su personalidad, con su gracia, con su sentido de la democracia, de tratar a todo el mundo exactamente igual, de no estar nunca en plan profesoral.
P. ?Por qu¨¦ incluye a un personaje como Capablanca?
R. Bueno, considero que el ajerez es un juego y el libro est¨¢ lleno de juegos literarios. En realidad, creo que el ajedrez es el juego m¨¢ximo, el juego de los reyes y el y de los juegos, y la figura de Capablanca siempre fue muy querida por m¨ª. En el libro cuento c¨®mo lo conoc¨ª, y lo conoc¨ª muerto, por supuesto. Mi madre, que era una ¨¢tica de la cultura, nos llev¨® a mi hermano y a m¨ª al Capitolio Nacional, donde estaba expuesto cad¨¢ver de Capablanca, que hab¨ªan tra¨ªdo desde Nueva York.
P. ?Era muy popular? R. Era una figura popular, s¨ª. Era muy campechano y sobre todo era algo que a m¨ª me parece muy simp¨¢tico: era extremadamente mujeriego. Cuando perdi¨® el campeonato del mundo en Buenos Aires, en 1926, frente a un jugador sovi¨¦tico muy disciplinado y met¨®dico, se supo que la noche anterior a la partida decisiva, Capablanca se hab¨ªa ido por los bares de Buenos Aires con tres mujeres. Claro, a la ma?ana siguiente, Alejin -que no ten¨ªa el menor inter¨¦s en las mujeres y ten¨ªa inter¨¦s en ser el campe¨®n del mundo- lo derrot¨®.
De Galicia a La Habana
P. En el libro se entremezclan nombres muy conocidos con escritores que, creo, son desconocidos en Espa?a y por los que usted siente un gran aprecio y respeto. ?Podr¨ªa destacar a alguno de ellos?R. Hay dos de las Vidas para leerlas que tienen su origen en Espa?a, y ambas en Galicia, pero el que m¨¢s me interesa de esos dos escritores, que son Lino Nov¨¢s y Carlos Montenegro, es Lino Nov¨¢s, porque es un innovador del idioma cubano considerado como una forma literaria. Nov¨¢s ejerci¨® una enorme cantidad de oficios, uno de ellos, de ch¨®fer de taxi en La Habana, y eso le da una riqueza a su vocabulario extraordinaria. Al mismo tiempo convirti¨® en literatura situaciones que eran t¨ªpicamente habaneras, que se pod¨ªa pensar que eran solamente orales, y ¨¦l, sin embargo, las escribi¨®. Creo que sus cuentos, que no son conocidos fuera de Cuba, son extraordinarios. Y el otro escritor, Carlos Montenegro, es una figura muy interesante. Lo conoc¨ª de ni?o porque mi padre era redactor del peri¨®dico Hoy, que era el ¨®rgano oficial del partido comunista, y Montenegro era el jefe de redacci¨®n. En 1937 escribi¨® una novela, Hombre sin mujer, que es sobre el mundo del sexo en la c¨¢rcel. Montenegro, en su juventud, era marinero, y una noche, en los muelles, un individuo quiso abusar sexualmente de ¨¦l y lo mat¨® con un cuchillo. Naturalmente, le condenaron a 30 a?os de c¨¢rcel, y es all¨ª donde descubre el mundo homosexual, el ¨²nico posible entre los presos. Es decir, que realiz¨® el acto extremo de matar a un hombre por no ceder a sus pretensiones sexuales y termin¨® siendo en la c¨¢rcel un homosexual. ?sa es, a grandes rasgos, la historia de la novela.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.