Un estudio regional alerta sobre la situaci¨®n de las toxic¨®manas embarazadas y sus bebes
Cada a?o nacen en Madrid un m¨ªnimo de 138 ni?os con s¨ªndrome de abstinencia por ser hijos de toxic¨®manas. Se trata de una estimaci¨®n a partir de datos de otros pa¨ªses porque, seg¨²n un estudio elaborado por el Centro de Investigaci¨®n y Tratamiento de la Adicci¨®n (CITA), por encargo del Defensor del Menor , "las autoridades ignoran las verdaderas dimensiones del problema y ese desconocimiento provoca graves carencias la atenci¨®n y seguimiento social y sanitario de estas embarazadas adictas y sus be". El informe recomienda crear servicios especializados para estos casos.
El perfil de la madre drogodependiente, seg¨²n la investigaci¨®n de CITA, es el de una mujer de 24 a?os, con estudios b¨¢sicos, embarazo no deseado, sin trabajo, politoxic¨®mana y con un consumo de 800 miligramos d¨ªa. El estudio, para el que el equipo de CITA ha entrevistado a los jefes de pediatr¨ªa y neonatolog¨ªa de los hospitales madrile?os y a madres toxic¨®manas, destaca que "existe una grave desinformaci¨®n entre las madres adictas sobre el s¨ªndrome de abstinencia del reci¨¦n nacido, sobre los efectos de las drogas en el embarazo y parto y en el desarrollo del ni?o". Resalta, asismismo, que "dados los entornos familiares deteriorados (a menudo marginales) la atenci¨®n y seguimiento posterior de estos casos supera la capacidad sanitaria de intervenci¨®n, cre¨¢ndose carencias psicosociales, cl¨ªnicas y jur¨ªdicas graves".
Los mayores problemas se producen antes y despu¨¦s del parto, Antes porque, seg¨²n ocurre en la mitad de los hospitales madrile?os consultados para el estudio, buena parte de estas drogodependientes no han acudido a ning¨²n control obst¨¦trico durante el embarazo. Es el personal sanitario el que tras comprobar posibles rasgos de s¨ªndrome de abstinencia en el ni?o mantiene sobre ¨¦l una vigilancia intensiva y avisa a los responsables de asistencia social en el hospital. A veces, a las mujeres les cuesta reconocer su adicci¨®n por miedo a que les quiten el ni?o o a que les rechacen.
Despu¨¦s de dar a luz, s¨®lo un tercio de madres drogodependientes acude a un servicio hospitalario cuando, una vez abandonado el hospital, el ni?o empieza a sufrir el s¨ªndrome de abstinencia. "El resto no sabe qu¨¦ hacer o pasea al reci¨¦n nacido", indica el estudio.
Ingresos especiales
Ante este hecho, en el hospital Gregorio Mara?¨®n se ha creado un programa denominado ingreso por problema social que pretende mantener un seguimiento de la situaci¨®n de estas madres y sus ni?os cuando dejan el centro. Para resolver estas carencias, el estudio de CITA propone la creaci¨®n de un servicio espec¨ªfico de atenci¨®n a la madre adicta y a sus hijos. En ¨¦l se ofrecer¨ªa a la mujer informaci¨®n sobre los cuidados que debe de seguir durante el embarazo y una vez nacido el ni?o y apoyarle desde un punto de vista sanitario, psicol¨®gico y social. Asimismo, este dispositivo debiera ser informado sobre aquellas toxic¨®manas gestantes que acuden a tratamienos de drogodependencias y a servicios sociales y de salud.
Seg¨²n Eduardo Bordons, coordinador del estudio elaborado por CITA para el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid,"ese servicio contar¨ªa con un equipo especializado de m¨¦dicos, psic¨®logos y trabajadores sociales que conozcan el problema y sepan ganarse la confianza de estas mujeres, porque no siempre los profesionales saben como tratarlas".
"Este es un problema que oficialmente no existe. Y sobre lo que no existe no se toman medidas", explica Bordons. "Lo primero que debieran hacer las autoridades sanitarias es incluir entre las pruebas de embarazo alguna para poder detectar el consumo de opi¨¢ceos, al margen de que las mujeres afectadas lo cuenten o no, y conocer la dimensi¨®n real del problema", a?ade.
La estimaci¨®n m¨ªnima de 138 casos parte de un c¨¢lculo de los especialistas sanitarios, seg¨²n el cu¨¢l, tres de cada 1.000 reci¨¦n nacidos padecen el s¨ªndrome de abstinencia. Como en 1996 (¨²ltimo a?o del que hay datos) nacieron 45.942 ni?os, la cifra resultante es 138.
"Tambi¨¦n har¨ªa falta coordinaci¨®n entre los centros de atenci¨®n a drogodependientes y los equipos hospitalarios y de atenci¨®n primaria", concluye. Asimismo creen necesario que los sanitarios informen de estos casos a los servicios epidemiol¨®gicos. La mayor parte de las toxic¨®manas gestantes acuden a los hospitales p¨²blicos. El hospital Doce de Octubre, del Insalud, es, por su car¨¢cter de centro de referencia de la periferia sur, donde se dan m¨¢s casos de marginaci¨®n social, y el que m¨¢s toxic¨®manas embarazadas atiende. Su director m¨¦dico, Germ¨¢n Seara, considera que sus pediatras y neonat¨®logos tienen experiencia suficiente para saber como actuar en estas situaciones.
Buena atenci¨®n
"La atenci¨®n que se les da en el hospital es buena pero es verdad que buena parte de estas mujeres no han acudido antes a ning¨²n control m¨¦dico de su embarazo y que una vez que abandonen el centro tampoco van a cumplir con el seguimiento del estado del ni?o", asegura. No obstante, Seara se muestra contrario a crear un servicio de atenci¨®n especial para estos casos. "El ni?o hijo de toxic¨®mana necesita una atenci¨®n espec¨ªfica, igual que otros chavales que no tienen relaci¨®n con problemas de drogas pero s¨ª con otras situaciones de riesgo social, pero no hace falta crear servicios aislados para cada uno", a?ade.
"Lo que hace falta es una mayor coordinaci¨®n entre los servicios sociales y de atenci¨®n a drogodependientes y los equipos sanitarios", apostilla. "Tampoco creo que debamos avisar a los servicios epidemiol¨®gicos de cada uno de estos partos porque ya en nuestros sistemas de clasificaci¨®n de pacientes incluimos indicadores de estas situaciones de riesgo", matiza Seara.
Todo consumo de drogas por parte de la gestante tiene efectos negativos sobre el feto, pero son los opi¨¢ceos, y en especial la hero¨ªna, los m¨¢s peligrosos. No todos los hijos de toxic¨®manas sufren s¨ªndrome de abstinencia, esdecir, una reacci¨®n frente a la ausencia de la droga a la que han estado acostumbrados mientras permanec¨ªan en el vientre de sus madres. Depende de la dosis que consumiera la madre, del tipo de opi¨¢ceos y del tiempo de adicci¨®n, entre otras variables.
Seg¨²n el estudio de CITA, algunas de esas consecuencias sobre el reci¨¦n nacido pueden ser: mayores posibilidades de sufrir una muerte s¨²bita, retraso en el crecimiento, alteraciones del sue?o, irritabilidad, hiperactividad y c¨®licos del primer trimestre. Parece tambi¨¦n darse una mayor presencia de anomal¨ªas oculares y de un cociente intelectual m¨¢s bajo, as¨ª como retrasos en su madurez psicomotriz, falta de concentraci¨®n y d¨¦ficits perceptivos.
La mitad de sus ni?os de las mujeres encuestadas para el estudio tuvieron alg¨²n problema digestivo, de llanto intenso, insomnio e inquietud al salir del hospital. S¨®lo el 8% de los s¨ªndromes de abstinencia de los hijos se manifestaron en el hospital. El resto, una vez abandonado el centro sanitario. Cuando los beb¨¦s sufrieron los s¨ªntomas el 47% de las madres, no hizo nada, el 20% pase¨® al reci¨¦n nacido y el 33% acudi¨® al hospital o pediatra.
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