El PSOE concede a Borrell el papel de l¨ªder de la oposici¨®n y evita el congreso extraordinario
En tres horas en solitario, Joaqu¨ªn Almunia, secretario general del PSOE, y Jos¨¦ Borrell, candidato a la Presidencia del Gobierno, disiparon todos los resquemores acumulados desde hac¨ªa seis d¨ªas, cuando se proclam¨® la victoria en las primarias del ex ministro de Obras P¨²blicas. La noche del mi¨¦rcoles se impuso al fin la voluntad de colaboraci¨®n. Borrell es reconocido como el l¨ªder de la oposici¨®n y a cambio acepta respetar y apoyarse en las estructuras actuales del partido, aunque sin renunciar a crear una Oficina del Candidato. Luis Y¨¢?ez actuar¨¢ de intermediario entre el aparato y esta oficina.
Los dos estar¨¢n en todo. Joaqu¨ªn Almunia ve garantizada la primac¨ªa pol¨ªtica del secretario general y Jos¨¦ Borrell apuntala las asistencias necesarias para desempe?ar las funciones de l¨ªder parlamentario y l¨ªder social. ?sta es la conclusi¨®n pol¨ªtica despu¨¦s de un largo an¨¢lisis de los cinco apartados sobre los que discurri¨® la reuni¨®n: grupo parlamentario, Oficina del Candidato, programa electoral, gabinete electoral y Comisi¨®n Permanente de la Ejecutiva, a la que Borrell se incorporar¨¢ de inmediato.A Almunia no le quitan sus t¨ªtulos y seguir¨¢ siendo presidente del Grupo Parlamentario Socialista. Borrell ser¨¢ su portavoz. En 48 horas, el candidato socialista a la Presidencia del Gobierno habr¨¢ decidido ya qui¨¦nes le acompa?ar¨¢n en la direcci¨®n del grupo. Los cargos a cubrir ser¨¢n los de portavoz adjunto o viceportavoz, secretario general y tres adjuntos.
Despu¨¦s de algunos bajonazos entre los partidarios de ambos dirigentes, los dos pol¨ªticos deshicieron en la noche del mi¨¦rcoles, en torno a una cena frugal en la sede federal del PSOE de la calle de Ferraz de Madrid, los resquemores acumulados.
Joaqu¨ªn Almunia no estaba dispuesto a tolerar que se crearan en el PSOE estructuras paralelas a las existentes, emanadas del 34? congreso. Borrell albergaba suspicacias profundas sobre la ejecutiva y el grupo parlamentario habida cuenta que mayoritariamente sus miembros se hab¨ªan volcado durante las primarias en favor del secretario general. En esas condiciones, no cre¨ªa Borrell que iba a gozar de la lealtad imprescindible para llevar adelante la empresa de representar a los socialistas en las pr¨®ximas elecciones generales en su enfrentamiento con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Durante seis d¨ªas, los socialistas temieron la convocatoria de un congreso extraordinario. Desde ayer lo ven de otra forma.
La Oficina del Candidato
Todo parece haber quedado despejado. Borrell podr¨¢ crear la Oficina del Candidato que pretend¨ªa, aunque contar¨¢ con muy pocas personas, ya que su sustento tendr¨¢ que venir tanto de la ejecutiva, a trav¨¦s de sus ¨¢reas y de sus respectivos titulares, como del grupo parlamentario. La elecci¨®n por Borrell del diputado sevillano Luis Y¨¢?ez como coordinador de la Oficina del Candidato tiene una justificaci¨®n pol¨ªtica y casi hist¨®rica. Y¨¢?ez ayud¨® a Borrell en su campa?a a cara descubierta, pero a nadie se le oculta que tambi¨¦n tiene excelentes relaciones tanto con Almunia como con todos los miembros de la ejecutiva federal.Este parlamentario, portavoz de la Comisi¨®n de Exteriores, es considerado por uno y otro con habilidad suficiente para hacer de intermediario entre la Oficina del Candidato y el aparato por si hubiera alguna tentaci¨®n desde dentro del partido de poner trabas a la tarea de Borrell. Aunque los temores de los partidarios de Borrell de encontrarse con un aparato cerrado y hostil al candidato eran considerados casi un insulto en la ejecutiva, lo cierto es que as¨ª lo sent¨ªa el triunfador de estas elecciones.
Al candidato a la Presidencia del Gobierno se le antojaba un mundo ajeno todo el aparato electoral que controla la secretar¨ªa de Organizaci¨®n. Estos temores son los que le ha disipado Joaqu¨ªn Almunia. "Todo el partido est¨¢ con Borrell, y con ¨¦l, apoy¨¢ndose en el partido, ganaremos las elecciones", dijo el secretario de Organizaci¨®n, Cipri¨¤ Ciscar.
La reestructuraci¨®n del grupo parlamentario est¨¢ pendiente de los nombres propios. La siguiente preocupaci¨®n era el papel que desempe?ar¨ªa el Departamento Electoral. Tambi¨¦n estar¨¢ al servicio de ambos. Este departamento suministrar¨¢ datos, estudios, encuestas y sugerencias tanto al secretario general como a la Oficina del Candidato.
En la reuni¨®n no se eludi¨® mencionar la susceptibilidad que hab¨ªa levantado la reivindicaci¨®n de Borrell de protagonizar la elaboraci¨®n y direcci¨®n del programa. Hubo acuerdo. Almunia presidir¨¢ la Comisi¨®n de Programa y Borrell ser¨¢ el coordinador.
Hablar con los sindicatos
Uno y otro comparten la idea, anunciada por Almunia durante su campa?a, de que para las pr¨®ximas elecciones el PSOE tiene que contar con un programa fruto de un proceso participativo con las organizaciones sectoriales y movimientos sociales que quieran aportar sugerencias a los socialistas. En este cap¨ªtulo, Borrell tiene especial inter¨¦s en contar con los sindicatos.Estos principios b¨¢sicos est¨¢n ya amarrados por Almunia y Borrell. Ahora, de aqu¨ª al lunes, corresponde al secretario de Organizaci¨®n, Cipri¨¤ Ciscar, y al diputado Luis Y¨¢?ez plasmar en un documento las funciones concretas de cada cual, si bien s¨®lo los nombres propios que figurar¨¢n ser¨¢n los de Almunia y Borrell.
Ciscar act¨²a en nombre de Almunia y de la ejecutiva federal, y Y¨¢?ez lo hace como representante de Borrell y como futuro coordinador de la Oficina del Candidato. A las siete de la tarde de ayer, estos dos pol¨ªticos, que presumen de tener una excelente relaci¨®n, empezaron a hablar conforme a los principios generales acordados entre sus representados. Previamente, Y¨¢?ez acud¨ªa a la estaci¨®n de Atocha a recibir a Borrell, que llegaba en el AVE procedente de Sevilla, donde visit¨® con Manuel Chaves el Coto de Do?ana. Tras un intercambio de impresiones, Y¨¢?ez se dirigi¨® a la sede federal del PSOE para encontrarse con Ciscar. Almunia hab¨ªa informado al secretario de Organizaci¨®n antes de irse a descansar a Canarias.
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