La convergencia no empez¨® ayer
Hace apenas dos a?os muchos comentaristas pronosticaban que el euro no existir¨ªa nunca. Afirmaci¨®n tan tajante se basaba, sobre todo, en que ning¨²n pa¨ªs cumpl¨ªa los criterios de Maastricht y algunos, incluso, los incumpl¨ªan todos. Estos agoreros, a los que el tiempo ha negado toda la raz¨®n, no ten¨ªan en cuenta que la convergencia para crear el euro es un proceso que empez¨® hace cinco a?os y que, en la Uni¨®n Europea, nadie cumple hoy lo que no le van a exigir hasta ma?ana.Cinco a?os despu¨¦s de que empezara seriamente el proceso de convergencia macroecon¨®mica lanzado en Maastricht, 14 de los 15 socios actuales de la Uni¨®n Europea cumplen los cuatro requisitos puramente macroecon¨®micos (d¨¦ficit y deuda p¨²blica, inflaci¨®n, tipos de inter¨¦s). S¨®lo Grecia incumple, pero su progreso ha sido tan espectacular que su ingreso puede producirse en dos o tres a?os. Otros tres pa¨ªses se quedan tambi¨¦n fuera, pero por razones pol¨ªticas.
Es el caso del Reino Unido y de Dinamarca, que se han acogido a su derecho a no ingresar en el euro. Suecia no tiene reconocido ese derecho, pero se lo ha otorgado a s¨ª misma.
Los agoreros que pronosticaban el fracaso del euro en base a las evaluaciones anuales del estado de la convergencia no ten¨ªan en cuenta un factor fundamental. Nunca en la Uni¨®n Europea se aplican los acuerdos por adelantado. Cada pa¨ªs se ha fijado su propio calendario de saneamiento de las cuentas p¨²blicas y s¨®lo esos observadores han dado alg¨²n valor al hecho de que se incumplieran los criterios en los ejercicios pasados. Lo importante era aprobar el examen sobre las cuentas de 1997, no las de los a?os anteriores.
Eso ha sido particularmente evidente en los pa¨ªses mediterr¨¢neos. Nadie cre¨ªa en su presencia en el euro. Y casi todos en el norte obviaban que todos esos pa¨ªses hab¨ªan empezado en 1993 un proceso de saneamiento que se inici¨® por poner en orden la casa para que la limpieza acabara siendo vista tambi¨¦n desde el jard¨ªn.
Es lo que ha pasado, por ejemplo, en Espa?a. A pesar de lo que puedan hacer creer las cifras por ellas mismas, las cuentas p¨²blicas no se han arreglado milagrosamente en dos a?os. Para pulir el d¨¦ficit hasta el 2,6% con que se cerr¨® 1997 han hecho falta antes varios a?os de disciplina. La que introdujo el ministro Pedro Solbes.
Cuatro grupos europeos
Al final, la Europa del euro se divide en cuatro grupos. Por un lado, los pa¨ªses que quedan fuera (Reino Unido, Dinamarca, Suecia y Grecia). Por otro, los que han entrado contra pron¨®stico (Espa?a, Italia y Portugal). Un tercer bloque, el m¨¢s grande, con los que han cumplido como estaba previsto (Holanda, B¨¦lgica, Luxemburgo, Irlanda, Austria, Finlandia). Y por ¨²ltimo los dos pesos pesados, Francia y Alemania, sin los que no se pod¨ªa hacer el euro y que al final han tenido m¨¢s dificultades que el despectivamente llamado Club Med para ajustarse a los datos de d¨¦ficit y deuda.El esfuerzo realizado por los pa¨ªses mediterr¨¢neos ha sido espectacular. De los tres que entran, Portugal es el que presenta las cuentas p¨²blicas m¨¢s saneadas (un d¨¦ficit del 2,5% y una deuda del 62%). Los datos espa?oles son tambi¨¦n muy meritorios, aunque algo peores, con un d¨¦ficit del 2,6% y una deuda del 68,8%.
Pero es Italia la que ha realizado mayor esfuerzo, al reducir el d¨¦ficit p¨²blico desde el 6,7% al 2,7% en un solo ejercicio. Un dato tan asombroso que ha obligado a los alemanes a asegurarse de que el esfuerzo italiano tendr¨¢ continuidad antes de aceptar que con el Tratado en la mano era muy dif¨ªcil negarle el ingreso. Y eso obliga a Italia a seguir reduciendo.
Frente a los esfuerzos mediterr¨¢neos contrasta la dificultad del eje franco-alem¨¢n para cumplir. Las habituales advertencias de Theo Waigel (?seremos muy estrictos exigiendo el cumplimiento de las condiciones de convergencia?) han acabado por volverse contra Alemania y contra Francia. Los alemanes han logrado cerrar el ejercicio de 1997 con un d¨¦ficit p¨²blico del 2,7% (?el mismo que Italia y peor que el de Portugal y Espa?a!), pero la deuda p¨²blica, aunque cercana al l¨ªmite de Maastricht (61,3%) es la ¨²nica de los pa¨ªses del euro que no s¨®lo supera el 60% sino que, adem¨¢s, evoluciona al alza.
La deuda francesa tambi¨¦n crece, pero a¨²n est¨¢ por debajo del tope del 60% (58,0%). El mayor problema de Francia ha sido el d¨¦ficit p¨²blico. Y, de hecho, ser¨¢ el ¨²nico integrante del euro que superar¨¢ el tope del 3%, aunque sea s¨®lo por dos cent¨¦simas.
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