?Lo del "trip-hop" es una ocurrencia est¨²pida?
Massive Attack, el grupo m¨¢s esperado de la edici¨®n 1998 de Festimad, acaba de editar su tercer trabajo, Mezzanine. Sin renunciar a las atm¨®sferas angustiosas y los climas opresivos, el disco ofrece la novedad de recurrir a las guitarras el¨¦ctricas, instrumento poco habitual en los p¨¢ramos del trip-hop , g¨¦nero dudoso en el que generalmente se encuadra al tr¨ªo de Bristol.Grant Marshall, alias Daddy G. , se siente exultante y comunicativo. Acaba de gestionar las provisiones de vegetales fumables y asegurarse de qu¨¦ restaurantes cercanos al hotel pueden atenderle antes y despu¨¦s del concierto de su grupo en Festimad. Le preocupa m¨¢s qu¨¦ botas llevar a M¨®stoles -??de verdad que hay mucho barro??- que el sonido que le espera en el escenario principal del festival: ?No, no voy a hacer prueba de sonido. En un concierto al aire libre no hay espacio para sutilezas. Se trata de proyectar una energ¨ªa org¨¢nica que conecte con el p¨²blico?. Massive Attack no tiene miedo de actuar emparedado entre Teenage Fanclub y Dover, dos grupos de rock cl¨¢sico: ?En el nuevo disco, hay sampleados de Isaac Hayes pero tambi¨¦n de The Cure y Velvet Underground?.
Como el grupo de Lou Reed y John Cale, Massive Attack est¨¢ destinado a figurar en las enciclopedias del pop dentro de la categor¨ªa de creadores de escuela . En su biograf¨ªa surgen los nombres de Neneh Cherry, Tricky y Portishead; han proporcionado credibilidad a cantantes femeninas como Madonna, Tracey Thorn (Everything But The Girl) o Elizabeth Frazer (Cocteau Twins), de la misma forma que han rescatado a olvidadas glorias jamaicanas tipo Horace Andy. Sin embargo, se ponen de u?as cuando se intenta cubrir este complejo ¨¢rbol de familia bajo los paraguas de trip-hop o sonido de Bristol : ?Lo de trip-hop es una estupidez, una ocurrencia de Mix-Mag, esa revista para pinchadiscos que en cada n¨²mero se inventa una tendencia. Lo que hacemos deriva del hip hop estadounidense pero est¨¢ muy marcado por la herencia jamaicana de los sound systems. No es tan agresivo como el rap de Nueva York, refleja lo que sientes despu¨¦s de una noche sin dormir cuando te planteas tus relaciones o hacia d¨®nde va tu vida. En realidad, es soul a nuestro estilo?.
?Imprime car¨¢cter el proceder de Bristol? ?Es una ciudad portuaria que se enriqueci¨® con el tr¨¢fico de esclavos. Al final, se ha convertido en un lugar donde abundan los caribe?os, los irlandeses, los hind¨²es. Todav¨ªa hay rastros de racismo, pero la polic¨ªa ha aprendido a respetarnos, saben que tenemos suficientes motivos para tomarnos venganza. All¨ª aparecieron grupos como Rip Rig and Panic, punkis que tocaban funk y jazz. Nos alucin¨® la cultura del hip hop , que era rap pero tambi¨¦n graffiti y baile break. Algunos nos convertimos en dis-jockeys y terminamos grabando maxis sin ser m¨²sicos. Pero es absurdo vernos como un movimiento en el que todos nos ayudamos; cada uno tiene su proyecto particular y nos llevamos especialmente bien. La m¨²sica que sale ahora de Bristol, el jungle de Roni Sice, tiene poco que ver con Massive Attack. Nosotros no queremos ser un grupo de dance , que es un g¨¦nero muy ef¨ªmero. Queremos tener una evoluci¨®n tan coherente como la de Radiohead, un grupo de rock que no para de explorar?.
Existe el mito de que los artistas de Bristol se acuestan y se levantan tarde, pasando su vida en posici¨®n horizontal envueltos en humo de cannabis: ??Hay algo de eso! pero tambi¨¦n tenemos tiempo para jugar al f¨²tbol, visitar el pub de la esquina y buscar un local para pinchar la m¨²sica que nos gusta. No, somos obsesivos y trabajamos duro. Aparte del grupo, tenemos un sello, Melankolic. El plan es ayudar a m¨²sicos en los que creemos para que no sufran las mismas putadas que nosotros?.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.