Aguas poco transparentes

Pocas horas despu¨¦s de que las balsas de las minas de Aznalc¨®llar reventaran, la ministra de Medio Ambiente, Isabel Tocino, aseguraba que el ya famoso acu¨ªfero 27 (Almonte-Marismas), sobre el que se dispone el Parque Nacional de Do?ana, no se ver¨ªa afectado por el vertido. Por el contrario, Miguel Ferrer, director de la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana, se mostraba convencido de que este fen¨®meno era inevitable. Nadie ten¨ªa a¨²n datos que avalaran cualquiera de las dos posturas, por lo que durante algunos d¨ªas la pol¨¦mica sirvi¨® para aumentar la confusi¨®n. El primer informe oficial al respecto, elaborado por la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Guadalquivir, se distribuy¨® a los miembros del Grupo de Aguas del Patronato de Do?ana a mediados de la pasada semana. A lo largo de 23 p¨¢ginas, el documento analizaba exhaustivamente los previsibles efectos del vertido en el sistema hidr¨¢ulico y, con especial detalle, en las aguas subterr¨¢neas. El informe admit¨ªa que se hab¨ªa producido la contaminaci¨®n de los cauces del Guadiamar y el Agrio, as¨ª como de los acu¨ªferos aluviales de ambos r¨ªos, dep¨®sitos subterr¨¢neos de agua que se disponen bajo el lecho fluvial y se extienden a ambos lados de sus m¨¢rgenes cubriendo un anchura media de dos kil¨®metros. Con respecto a otros acu¨ªferos, y esto era lo verdaderamente novedoso, el texto se pronunciaba en t¨¦rminos preocupantes: "Existe tambi¨¦n el riesgo evidente de contaminaci¨®n de los acu¨ªferos de Almonte-Marismas y Aljarafe en las zonas colindantes al aluvial del Guadiamar, as¨ª como al de Niebla-Posadas en el ¨¢rea m¨¢s cercana a la presa de residuos". En las conclusiones se volv¨ªa a insistir en la misma idea, usando calificativos a¨²n m¨¢s contundentes: "...las condiciones hidrol¨®gicas y la previsible evoluci¨®n de contaminantes indican un claro e inminente riesgo de afecci¨®n a diferentes sectores , raz¨®n por la cual es absolutamente necesario un estricto control de la situaci¨®n". A pesar de estas advertencias, los an¨¢lisis efectuados entre el 28 de abril y el 5 de mayo solo mostraban la presencia de contaminantes en puntos muy concretos situados dentro de la zona cubierta por los lodos, sobre todo pozos que se vieron inundados por la riada t¨®xica. El informe aseguraba que, con excepci¨®n de los aluviales del Guadiamar y el Agrio, "el resto de unidades acu¨ªferas se mantienen en el rango de la normalidad". Esta afirmaci¨®n, sin embargo, estaba condicionada: "Hay que tener muy en cuenta que estos datos corresponden al primer muestreo realizado, a una situaci¨®n inicial que a¨²n no puede registrar un proceso de contaminaci¨®n avanzado. Es previsible, pues, que las condiciones vayan empeorando con el tiempo (...)". La difusi¨®n de este informe caus¨® la respuesta de la Subdelegaci¨®n del Gobierno en Andaluc¨ªa, a trav¨¦s de la cual se coordin¨® la redacci¨®n de un nuevo documento, matizando las afirmaciones del anterior. El comunicado, que una vez m¨¢s suscrib¨ªa la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Guadalquivir, se hizo p¨²blico cuando apenas hab¨ªan transcurrido 24 horas del primer pronunciamiento. En tres folios se negaba lo que un d¨ªa antes era "evidente", "claro e inminente". Ahora los t¨¦cnicos consideraban "materialmente imposible que los vertidos afecten al acu¨ªfero del Aljarafe", explicaban que "el acu¨ªfero Niebla-Posadas se encuentra situado aguas arriba del vertido por lo que la probabilidad de afecci¨®n es pr¨¢cticamente nula" y advert¨ªan "que el contacto del r¨ªo Guadiamar con el acu¨ªfero Almonte-Marismas se produce en uno de sus bordes exclusivamente". A¨²n cuando en el primer informe no se inclu¨ªa esta aclaraci¨®n, este cambio radical de posici¨®n se explicaba por el hecho de que el texto que hab¨ªa desatado la pol¨¦mica solo "recog¨ªa un escenario de posibilidades de afecci¨®n a las aguas subterr¨¢neas, la mayor¨ªa de ellas de m¨ªnima probabilidad de ocurrencia. La pol¨¦mica estaba nuevamente servida y las explicaciones volv¨ªan a ser confusas.