La Tendencia
Lo bueno que tiene la desaparici¨®n de la fantas¨ªa es que no mancha: s¨®lo suelta algunas l¨¢grimas. Esta semana vimos el llanto de dos v¨ªctimas de la inteligencia represiva. La vuelta al mundo llorando de Romario y Gascoigne produjo una conmoci¨®n pasajera que se secar¨¢ antes que las l¨¢grimas de los protagonistas. Todos est¨¢n de acuerdo en que "son jugadores distintos", sin embargo esa idea s¨®lo sirve para autorizar opiniones del tipo: "Pero son unos delincuentes" o "pero son un mal ejemplo" o "?pero si no se entrenan qu¨¦ quiere?". A los buenos y a los malos chicos que se salen de la horma colectiva que es un equipo de f¨²tbol (un bloque que corre), se los est¨¢ tragando La Tendencia.Glenn Hoddle, entrenador ingl¨¦s, era un gran talento con un papel secundario en la selecci¨®n. Elegante, inteligente y de t¨¦cnica cristalina, choc¨® contra todas las desconfianzas del tradicional f¨²tbol ingl¨¦s. Debe haber cambiado mucho, porque mi admirado Hoddle no jugar¨ªa en la selecci¨®n de mi transformado Hoddle. Inglaterra es hoy un equipo que intenta poner la pelota en el suelo, pero al nuevo estilo s¨®lo la imaginaci¨®n puede darle profundidad y s¨®lo Gascoigne ten¨ªa imaginaci¨®n. Sin eso, la vuelta a la prehistoria ser¨¢ inevitable.
Zagalo y Zico, S.L. al frente de la selecci¨®n de Brasil, decidieron ser un poco alemanes. Una contradicci¨®n. Zagalo no pudo evitar que la selecci¨®n del setenta jugara tan bien y ganara de un modo inolvidable. Desde entonces, gan¨® tanto que ya es un talism¨¢n. La carrera de Zico como jugador es maravillosa. Este nuevo papel que le asignaron en la selecci¨®n lo obliga a ser un guardi¨¢n responsable y para eso viene bien un golpe de autoridad.
Adi¨®s Romario y Gascoigne. El f¨²tbol debe proteger a personajes que, cuando juegan y liberan el instinto, parecen visitar la infancia d¨¢ndole al f¨²tbol un frescor que necesita. Dijo Cruyff, uno de esos que no sigue tendencias, que "el f¨²tbol es un juego que se juega con el cerebro". Hasta que lo descerebran, me gustar¨ªa apuntar.
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