En busca de una idea
... Para empezar, un cl¨¢sico. La generosa (ingenua se le llama ahora), precaria (incluso prehist¨®rica), simp¨¢tica (sobre todo en las gradas) y humilde (consciente de sus limitaciones), Escocia. Contra la c¨¦lebre (por derechos hist¨®ricos), genial (por la suma de sus individualidades), confusa (por las dudas de Zagalo y Zico, SL) y presuntamente campeona (por efecto publicitario), Brasil. Repasar a los cl¨¢sicos siempre est¨¢ bien.... Los pre¨¢mbulos de los partidos inaugurales suelen ser interminables. De pronto, en medio de una fiesta surrealista y espectacular, los jugadores salen al campo y su presencia nos sorprende. En el terreno de juego hab¨ªan pasado tantas cosas que hab¨ªamos olvidado el partido. La distracci¨®n que provoca es tan grande que hasta los jugadores parecen olvidarse de c¨®mo se jugaba al f¨²tbol. Cada jugador de Brasil sabe jugar, y muy bien, a la pelota, pero todos juntos no saben jugar al f¨²tbol porque para eso hace falta tener una idea y este equipo a¨²n no la encontr¨®. Tampoco encontraron un libro de historia, para enterarse que eficacia, en Brasil, significa talento, atrevimiento y toque.
... Primero fue Ferrara, despu¨¦s Peruzzi, luego Del Piero y ahora Torricelli: todos lesionados. En Italia hablan de la "maldici¨®n de la Juve". La ¨²nica maldici¨®n es jugar 80 partidos al a?o con seres humanos. Por muy global que sea la aldea y por muy pr¨®spero que sea el negocio, cuando los seres humanos pasan un l¨ªmite, se rompen.
... Veo a los periodistas jugando mejor que nunca, al fin y al cabo a Francia 98 se le conoce como el Mundial de los medios. Eso s¨ª, perder no pierden nunca.... Que adaptaci¨®n colosal la del f¨²tbol. En un siglo, el juego precario, elemental y ya viejo, aprendi¨® a manejar sat¨¦lites digitales. El juego que siempre perteneci¨® a los que estaban fuera de la cultura oficial, hoy se mete en las universidades para ser analizado. El juego proletario se hizo rico y famoso.
... La muerte del dictador Sani Abacha le salv¨® el puesto al entrenador Bora Milutinovic. El eslogan es siniestro pero responde a una realidad del politizado f¨²tbol nigeriano. Despu¨¦s dicen que el f¨²tbol no es cosa de vida o muerte.
... En el escaparate de una librer¨ªa feminista de Londres leo que "cuando m¨¢s fuertes son las mujeres m¨¢s les gusta el f¨²tbol a los hombres". Lo que no s¨¦ es c¨®mo se concilia esa idea con el inter¨¦s creciente que, seg¨²n las estad¨ªsticas de este Mundial, tambi¨¦n las mujeres sienten por el f¨²tbol.
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