Dudas suficientes

Bartol¨ªn ha vuelto. El chico no parece dispuesto a que se le agote la noticia. El secuestro de nunca jam¨¢s tiene como protagonista a un muchacho que parece, ante todo, confundido. Es posible que nadie lo haya utilizado, que el chico, en un ataque de protagonismo, inventara la chusca noticia de un secuestro de opereta y ahora busque la manera de no quedar tan mal parado como la dura realidad lo ha dejado. Pero lo malo de las cosas no aclaradas es que dan para mucho. Hoy por hoy todo son dudas en torno a la historia de Bartol¨ªn y los silencios del PP no hacen otra cosa que alimentarlas. Javier Arenas manda mucho en el PP andaluz. Para decirlo exactamente, es el que m¨¢s manda. En todo el PP andaluz, menos en el PP de La Carolina. Ah¨ª dicen todos los de La Carolina que quien manda es Ram¨®n Palacios. Javier Arenas, ministro a diario, presidente del PP andaluz, en vivo y en directo, los fines de semana, falt¨® el primero despu¨¦s de la aventura de Bartol¨ªn a su cita con la pol¨ªtica andaluza; finalmente, una vez colocado el concejal en el hasta entonces inexistente grupo mixto en el Ayuntamiento de La Carolina, hizo sus primeras y ¨²nicas declaraciones, seg¨²n las cuales todo estaba resuelto porque el secuestrado imaginario ya no pertenec¨ªa a su partido. Javier Arenas es un hombre afortunado porque nadie le ha puesto en la dif¨ªcil situaci¨®n de tener que exigirle a su amigo Ram¨®n Palacios m¨¢s explicaciones. Javier Arenas no quiere hacerle da?o a Palacios, a lo mejor para no seguir el ejemplo de su compa?ero, pero no amigo, Francisco ?lvarez Cascos, que quiere acabar con el cuadro en Asturias si es preciso con tal de acabar con Marqu¨¦s, con ese empe?o con el que se suele poner a ello quien convierte amigo en enemigo. Ram¨®n Palacios no tiene quien le obligue, Javier Arenas es su amigo y no piensa ponerle en un aprieto. Eso s¨ª, ni Ram¨®n Palacios, ni Javier Arenas pueden asegurar que en La Carolina no ha pasado nada. Ha pasado y lo m¨¢s inquietante es que no sabemos qu¨¦ ha pasado. Y si sigue el silencio de la direcci¨®n del PP andaluz seguiremos sin saber y con dudas suficientes como para alimentar cualquier fantas¨ªa.