?Por qu¨¦?

Seg¨²n fuentes oficiales y algunas publicaciones, 1997 ha sido el mejor a?o de la historia del cine espa?ol. Se han producido 80 largometrajes y entre ellos hay media docena larga de notable calidad y un par cuyas recaudaciones en el mercado nacional han superado los 1.000 millones de pesetas. Sin embargo, algo m¨¢s de la cuarta parte de estas pel¨ªculas no se han estrenado en Madrid y Barcelona o lo han hecho en penosas condiciones.Una de estas veintitantas producciones es Entre todas las mujeres, estrenada en Madrid en pleno Mundial de f¨²tbol, sin ning¨²n apoyo publicitario, en una ¨²nica sala. Basada en la novela Los cuerpos de los nadadores, de Pedro Ugarte, es el tercer largometraje rodado en los ¨²ltimos 16 a?os por el esforzado director bilba¨ªno Juan Ortuoste. Realizada con unos medios muy limitados y con todav¨ªa menor imaginaci¨®n, cuenta la peripecia laboral y sentimental de un periodista, aspirante a novelista, encarnado por el ambicioso actor Ram¨®n Barea.

Narrada a trav¨¦s de una sucesi¨®n de vueltas hacia detr¨¢s, con una excesiva presencia de la voz de fondo del protagonista, que introduce constantemente frases pretendidamente brillantes extra¨ªdas de la novela en que se basa, Entre todas las mujeres se desarrolla con un pie en el drama y otro en la comedia para llegar a un inesperado final feliz.

Escrita en colaboraci¨®n, coproducida, dirigida y montada por Juan Ortuoste, es una de esas m¨²ltiples pel¨ªculas cuya existencia resulta un tanto inexplicable, no refleja el duro trabajo y las aspiraciones de su equipo y adem¨¢s se comprenden con facilidad las dificultades que ha tenido para acceder a una pantalla cinematogr¨¢fica. Rodada en Bilbao, ni siquiera la interpretaci¨®n tiene un posible aliciente. Siempre escondido tras unos grandes bigotes, Ram¨®n Barea es un buen actor secundario, mientras Antonio Resines hace uno de sus peores trabajos.