La presencia de 20.000 "hooligans" atemoriza Lens
El gran despliegue policial ante el Inglaterra-Colombia evit¨® que la localidad francesa sufriera graves incidentes
Se escucharon las sirenas, hubo algunas refriegas, se produjeron detenciones, pero lo m¨¢s notorio fue el silencio espeso alrededor del estadio F¨¦lix Bollaert. No fue un d¨ªa tranquilo en Lens, una peque?a ciudad de la cuenca carbon¨ªfera del noroeste de Francia. Muchos comercios cerraron al mediod¨ªa y los bares tuvieron que atender a sus obligaciones con la ley seca. Detr¨¢s de las cortinas, los propietarios de los restaurantes vigilaban sigilosamente la calle. Hab¨ªa tensi¨®n y silencio, pero lo m¨¢s perceptible era el miedo a los hooligans ingleses.M¨¢s de 4.000 polic¨ªas se desplegaron en una ciudad que d¨ªas atr¨¢s hab¨ªa sido escenario de la violencia de grupos radicales alemanes. El agente David Nivel permanece en estado cr¨ªtico desde el pasado domingo, machacado por una banda de fan¨¢ticos. En este sentido, la polic¨ªa de Hamburgo (Alemania) detuvo el jueves a un alem¨¢n de 23 a?os por los citados incidentes. El joven reconoci¨® que era una de las personas fotografiadas por un aficionado en Lens durante los graves disturbios.
En el corredor que lleva de Calais -primer destino en el continente de la formidable masa de hinchas ingleses- a Lens se decret¨® la ley seca durante 24 horas. La medida fue respetada a rajatabla, pero naturalmente no tuvo demasiado efecto sobre los j¨®venes radicales que llegaron con abundantes provisiones de cerveza. El peligro resid¨ªa en la combinaci¨®n de alcohol y falta de entradas para los 20.000 aficionados que se hab¨ªan trasladado desde Inglaterra. Se advert¨ªa el temor incluso entre los hinchas brit¨¢nicos que hab¨ªan conseguido sus entradas con antelaci¨®n. Durante las horas previas al encuentro, muchos prefirieron abandonar Lens y Lille para no verse envueltos en los presumibles actos de vandalismo de sus compatriotas.
La concentraci¨®n de hooligans en Lens figuraba como uno de los principales asuntos a resolver por la polic¨ªa francesa, en colaboraci¨®n con los especialistas de Scotland Yard en violencia callejera. Lens era el peor lugar posible para contener a los v¨¢ndalos: una ciudad de s¨®lo 37.000 habitantes, apenas a dos horas y media de viaje desde Londres, escenario de un partido crucial para el destino de la selecci¨®n inglesa en la Copa del Mundo.
Se dice que los cabecillas de las principales facciones violentas hab¨ªan visitado durante la primavera las ciudades francesas para explorar los campos de batalla. Durante las ¨²ltimas semanas, los expertos policiales hab¨ªan dise?ado un plan para garantizar la seguridad en las distintas sedes. En Marsella no pudo ser. Estall¨® la violencia y nadie pudo evitarla. El ataque al gendarme Daniel Nivel en Lens a?adi¨® nuevos motivos de preocupaci¨®n. Se sab¨ªa, se tem¨ªa, pero no hab¨ªa sido posible controlar estos episodios de violencia.
La actuaci¨®n de las autoridades gubernativas fue tajante. Lens se convirti¨® ayer en una ciudad parapetada detr¨¢s de un ej¨¦rcito de polic¨ªas. Decenas de furgones recorr¨ªan la ciudad mientras los agentes se apostaban en los centros neur¨¢lgicos: la estaci¨®n, la peque?a plaza, los accesos por carretera y los alrededores del campo. Un cord¨®n de gendarmes hac¨ªa imposible acercarse al estadio Bollaert a cualquier persona sin entrada. A primera hora de la tarde, algunos grupos de hinchas ingleses provocaron incidentes a 500 metros del escenario del partido, pero fueron reprimidos de forma contundente.
La presencia policial tuvo un car¨¢cter disuasorio hasta la hora del encuentro. Los helic¨®pteros sobrevolaron la ciudad, rastreando cualquier foco conflictivo. Pero m¨¢s que a los borrachos violentos se tem¨ªa a los jefes de las c¨¦lulas m¨¢s peligrosas, los denominados C-Cats. Alrededor de 200 radicales pertenecen a este grupo relacionado en muchos casos con el crimen organizado. Ellos no est¨¢n beodos, ni llevan su piel cubierta por tatuajes. A ellos se les ve en una esquina con un tel¨¦fono celular en la mano, dirigiendo y coordinando a las facciones m¨¢s agresivas.
Tras el partido, no hubo incidentes que resaltar en Lens, aunque s¨ª en Burdeos donde jugaron Argentina y Croacia. Poco antes del encuentro, dos hinchas argentinos fueron detenidos tras asestar un navajazo a un aficionado esloveno, cuyas lesiones fueron calificadas de graves.
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