Nuevo intento, viejo estilo
... Me imagino la volc¨¢nica cabeza de Baggio, de Overmars, de Zidane, en medio de un partido, ametralladas por sensaciones, ideas aprovechadas o no, enga?os que ocultan intenciones verdaderas, todo bajo una excitaci¨®n que involucra el placer, el orgullo y la vanidad. ?Cabe todo eso en apenas segundos? ?C¨®mo ese caos mental puede terminar en una jugada arm¨®nica? Siempre fue as¨ª cuando el talento se encontr¨® con la libertad. Por eso quiero oponer la intuici¨®n a la ciencia por enemistad tan natural como la que existe entre la libertad y el control. La ciencia es demasiado adulta para los gustos infantiles del juego y suele buscar una verdad que sirva para todos, la intuici¨®n, en cambio, es una especialista del individuo que habita. Los ases distintos, ¨²nicos.... Creo, eso s¨ª, que en el aprendizaje de este juego hay una ciencia inconsciente, un saber acumulado. Y que esa informaci¨®n est¨¢ relacionada con los lugares de nacimiento. Un ni?o brasile?o recibe un legado distinto que un ingl¨¦s. Todo esto me lo pregunto viendo precisamente a Inglaterra, que tiene la intenci¨®n de civilizar su f¨²tbol noble, generoso y arcaico. Es como si algo interfiriera entre su nuevo intento y su viejo estilo. Quieren jugar en corto, pero est¨¢n acostumbrados a mirar lejos; quieren tocar suave, pero castigan la pelota demasiado fuerte; quieren bajarla al suelo, pero no pueden vencer la tentaci¨®n del centro; quieren ser pausados, pero el cuerpo les pide intensidad. Puesto que Gascoigne se convirti¨® en nostalgia, s¨®lo los j¨®venes, por t¨¦cnica y atrevimiento, pueden sacar a Glenn Hoddle (qu¨¦ paradoja, ¨¦l s¨ª que sab¨ªa enga?ar) de la contradicci¨®n. A la cancha Owen, McManaman, Beckham, Scholes. La otra posibilidad es hacerle caso a los genes.
... Siempre hay una excepci¨®n. Cuentan que en los a?os sesenta, cuando la televisi¨®n era en blanco y negro, la hinchada del Liverpool sac¨® una pancarta que presum¨ªa con orgullo de un estilo que los hac¨ªa diferentes: "Para los que lo ven por televisi¨®n el Liverpool es el que tiene la pelota". Esa escuela ganadora y est¨¦tica, m¨¢s la admiraci¨®n que Inglaterra mostr¨® por Cantona antes y por Overmars, Bergkamp o Zola ahora, me hace sospechar que la b¨²squeda de Hoddle tiene de donde agarrarse. Lo que ocurre es que el bal¨®n es arisco y para agarrarse a ¨¦l van a necesitar tiempo, importaci¨®n de talento y j¨®venes con deseo de emularlos.
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