H¨¦roe y villano
Michael Owen y David Beckham representan caras opuestas tras la eliminaci¨®n de la selecci¨®n inglesa
Owie, el h¨¦roe; Beckie, el villano. As¨ª de simples se repartieron los papeles en el encuentro que signific¨® la eliminaci¨®n de la selecci¨®n inglesa. El hecho de que el rival fuera Argentina a?ade m¨¢s elementos morbosos a la lectura del partido de Saint ?tienne. Michael Owen rob¨® el protagonismo a todo el mundo, con la voracidad que ha demostrado durante toda la temporada. David Beckham cometi¨® un error que le perseguir¨¢ durante toda su carrera. Su est¨²pida reacci¨®n a una falta de Simeone fue decisiva en el desarrollo del encuentro. Fue expulsado y desde ese momento se torci¨® el partido para Inglaterra.El f¨²tbol, que gusta tanto de los manique¨ªsmos, tiene la coartada perfecta en Owen y Beckham, dos jugadores j¨®venes que circulan por carreteras diferentes. ?Quieren manique¨ªsmo? Owen juega en el Liverpool; Beckham, en el Manchester United, o lo que es lo mismo la rivalidad en su aspecto m¨¢s descarnado. Owen es el reci¨¦n llegado, un muchacho despierto y discreto del que no se conocen otra afici¨®n que el f¨²tbol; Beckham representa el glamour del Manchester United, un jugador expuesto constantemente a la vigilancia de los tabloides, de los paparazzi y de las multinacionales de la ropa deportiva. Owen no tiene novia; Beckham tiene una que es m¨¢s famosa que ¨¦l: Victoria Adams, alias Posh (Pija), de las Spice Girls, naturalmente. En fin, dos futbolistas opuestos, uno privilegiado por el Mundial (Owen) y otro condenado a la cr¨ªtica (Beckham).
El seleccionador ingl¨¦s Glenn Hoddle defiende a Beckham: "La expulsi¨®n de David nos cost¨® cara, pero hubo falta. Esto ocurre en el f¨²tbol, pero no voy a negar que nos cost¨® el partido. Ser¨¢ una lecci¨®n para ¨¦l, pero muy amarga". El t¨¦cnico opina que no hubo violencia en la acci¨®n del jugador. "Es verdad que reaccion¨® est¨²pidamente pero tiene un enorme talento y lo va a demostrar. ?Por qu¨¦ en estos casos se busca un chivo expiatorio?", concluye.
Beckham pidi¨® disculpas ayer a los aficionados. "Siempre lamentar¨¦ mis acciones de la noche pasada [por la del martes]. Me he disculpado con los jugadores y los t¨¦cnicos y quiero que todos los hinchas ingleses sepan cuan profundamente apenado estoy".
No es f¨¢cil explicar las reacciones de los jugadores, y menos a¨²n de futbolistas con un car¨¢cter poco agresivo, desde luego nada proclives a protagonizar escenas indecorosas en los estadios. Sin embargo, hay algunos aspectos en la vida de Beckham que obligan a pensar en un exceso de tensi¨®n.
En los ¨²ltimos meses, el centrocampista ingl¨¦s ha generado m¨¢s noticias en la prensa sensacionalista que en el campo. Su noviazgo con Victoria Posh Adams alimenta las portadas de los tabloides londinenses, que no descansan en la b¨²squeda de fotograf¨ªas comprometedoras. Beckham se ha quejado de la persecuci¨®n, pero su car¨¢cter tampoco es el de un chico reservado. Maneja un Porsche espectacular, se da mechas para aclarar su melena, no le disgusta salir elegido como el futbolista m¨¢s atractivo de Inglaterra (en dura competencia con Jamie Redknapp, del Liverpool) y siempre est¨¢ a la ¨²ltima en cuestiones de moda y vestuario.
Las tensiones que sufre Beckham son evidentes. Est¨¢ en un momento cr¨ªtico, a punto de ser atropellado por la fama. Hasta hace un a?o emerg¨ªa m¨¢s su condici¨®n de buen futbolista en un buen equipo que su car¨¢cter de estrella del pop. Jugaba en el Manchester junto a una generaci¨®n privilegiada (Ryan Giggs, Nicky Butt, Paul Scholes y los hermanos Neville), detr¨¢s de la inmensa figura de Cantona.
Ahora Beckham protagoniza demasiadas cosas, muchas de ellas fuera del f¨²tbol. Para el seleccionador Glenn Hoddle, un ardiente puritano, Beckham era una fuente de distracci¨®n. Le apart¨® del equipo titular y cedi¨® su puesto a Anderton, un futbolista de menor calidad, obediente y con un perfil bajo.
Despu¨¦s de su expulsi¨®n frente a Argentina, es muy probable que Beckham sea tiroteado por la misma prensa que le adoraba. Hay que buscar un culpable de la eliminaci¨®n y probablemente Beckham hizo muchos m¨¦ritos. Su papel es sin duda el del villano. El h¨¦roe es Owen, cuya carrera es imparable. Lleg¨® al Mundial como la mascota de la selecci¨®n y sali¨® del torneo como el mejor jugador ingl¨¦s. A Owen es dif¨ªcil distraerle. Dicen que bajo su apariencia adorable hay un competidor brutal. Su historial es una montonera de r¨¦cords: bati¨® la marca de goles de Ian Rush en las competiciones infantiles del norte de Gales; alcanz¨® el mayor n¨²mero de goles en la categor¨ªa infantil de la selecci¨®n inglesa; termin¨® la pasada temporada como m¨¢ximo goleador junto a Andy Cole de la Premier League; debut¨® en la selecci¨®n con 18 a?os y 59 d¨ªas, el m¨¢s joven en este siglo. Autor de dos tantos -por cierto, el tercer futbolista m¨¢s joven en anotar en la historia de la Copa del Mundo- y protagonista del penalti que permiti¨® el empate a uno de Inglaterra frente a Argentina, Michael Owen ha confirmado lo que dijo el alem¨¢n Karl Heinz Riedle, compa?ero suyo en el Liverpool, a principios de temporada: "Este chico no se detiene hasta conseguir lo que quiere".
Su gol frente a Argentina es el m¨¢s notable de la Copa del Mundo y tambi¨¦n el que le define como jugador: durante toda la jugada supo lo que ten¨ªa que hacer, lo hizo bien (el control, el cruce ante Chamot, la b¨²squeda de su perfil derecho, el regate largo al ¨²ltimo defensor y el tiro definitivo). Incluso lo incorrecto ten¨ªa una explicaci¨®n. Quiz¨¢ debi¨® entregar el bal¨®n a Scholes, que ven¨ªa s¨®lo por la derecha y con mejor ¨¢ngulo, pero Owen ten¨ªa la jugada en la cabeza y, como buen delantero centro, no quiso ceder ni un gramo de gloria a nadie. T¨ªpico de Owen, el nuevo h¨¦roe ingl¨¦s. Pobre Beckham.
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