Vacaciones
Ma?ana. Ma?ana es el d¨ªa m¨¢s esperado del a?o. Ni el d¨ªa de la madre ni el del padre. Ma?ana, cuando usted acabe su jornada laboral, pondr¨¢ la proa de sus sue?os estivales rumbo a ese rinc¨®n m¨¢s o menos lejano donde piensa hacer realidad una de las fantas¨ªas m¨¢s complicadas del g¨¦nero humano: el ocio. El ocio es una actividad que exige extraordinario talento para disfrutarlo. Vivimos tan mecanizados que cuando julio aprieta el bot¨®n del stop para mandarnos a descansar, m¨¢s de uno y m¨¢s de dos no logran cogerle el paso a la calma. Y se llevan los treinta d¨ªas de agosto echando de menos el trabajo. Ustedes dir¨¢n que semejante especie debe estar entroncada con los japoneses. En absoluto. En todo caso est¨¢ emparentada con los "fatigas", esos seres que encendieron todas sus luces para alumbrar la ¨²nica feria que les priva: el trabajo. El ocio que usted ya tiene casi al alcance de su mano es tan extraordinariamente dif¨ªcil de practicar que hasta lo pagan. Y muchos se gastan el dinero del ocio en seguir practicando lo ¨²nico que saben hacer sin aburrirse. Dele vueltas a su cabeza y recordar¨¢ que conoce a alguien que, en los d¨ªas previos a la operaci¨®n salida del mes de agosto, le ha dicho que piensa llevarse trabajo para las vacaciones. Ese es un "fatiga" se ponga como se ponga. Adoran el trabajo, viven para el trabajo, sue?an con el trabajo, se relajan con el trabajo y les cuesta un trabajo enorme no doblar el formato y saborear un combinado de Bornay en Sanl¨²car de Barrameda. Hay que tener talento para disfrutar de las vacaciones. Estos "fatigas" envidian solapadamente a esos otros que llegan a la playa cuando todav¨ªa no hay olas y se tumban sonrientes y satisfechos hasta que el sol cae. No hacen nada. Pero lo hacen divinamente. Sin una preocupaci¨®n, sin un rastro de mala conciencia, sin pega de ninguna clase. Cu¨¢nto talento se esconde en esa parsimonia estival. Obs¨¦rvenlo pasado ma?ana en su playa. Est¨¢n ah¨ª como modelos sociales para ejemplarizar con su despreocupada actitud la de los fatigas. Si se mueven lo hacen para ir directos al chiringuito y saborear el dolce farniente con un tinto de verano bien fr¨ªo. Arr¨ªmese a ellos y disfrute de su calma porque en un mundo tan acelerado como el nuestro hacen divinamente lo que ya casi nadie sabe hacer: descansar.
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