Un chapuz¨®n milenario Los ba?os romanos de La Luisiana son recuperados tras muchos a?os de abandono
Dicen que el agua tiene propiedades terap¨¦uticas, que un chaval de los que trabajan en la escuela taller ha curado las verrugas de sus manos tras sumergirlas repetidamente en la piscina. El caso es que los ba?os romanos de La Luisiana, en Sevilla, han permanecido olvidados durante m¨¢s de 50 a?os y ahora, por fin, tendr¨¢n el protagonismo que merecen en esta localidad de algo menos de 5.000 habitantes, tras la rehabilitaci¨®n que est¨¢n realizando los alumnos de la escuela taller. Los estudios arqueol¨®gicos han revelado que estos ba?os se construyeron all¨¢ por el siglo I y fueron utilizados hasta mediados del siglo III o principios del IV. "Los romanos no eran tontos", comenta Eduardo Tamarit, alcalde de La Luisiana. "Ellos comprobaron que las aguas ten¨ªan propiedades curativas y construyeron los ba?os aprovechando el caudal natural del manantial". Seg¨²n parece, esta sal¨²brica piscina era utilizada por los patricios romanos que viv¨ªan en una villa o cortijo cercano, cuyos restos todav¨ªa hoy se pueden ver en el pueblo. Arque¨®logos e historiadores han deducido que la nobleza local de aquella ¨¦poca se desplazaba desde las ciudades cercanas, Ob¨²scula y Astigis -lo que hoy es ?cija- viajando por la V¨ªa Augusta -la antigua carretera Nacional-IV- para disfrutar de las propiedades de este agua. El proyecto de la escuela taller consiste en rehabilitar estos ba?os para convertirlos en un yacimiento arqueol¨®gico visitable. Si todo marcha seg¨²n lo previsto, las obras estar¨¢n terminadas antes de junio de 1999. Aun as¨ª, esta localidad sevillana ya se encuentra dentro de la Ruta B¨¦tico-Romana, un proyecto tur¨ªstico que desde C¨¢diz hasta Ja¨¦n, pasando por Sevilla, C¨®rdoba y Carmona, recorre los monumentos y restos del paso del Imperio Romano por Andaluc¨ªa. Cuenta la historia que en el siglo XVIII, cuando Carlos III fund¨® La Luisiana, estos ba?os fueron recuperados tras una ¨¦poca oscura de la que no se tiene constancia. De aquella ¨¦poca, de la Ilustraci¨®n, permanece hoy el muro que rodea los ba?os. "Desde el siglo IV hasta el XVIII, hubo un proceso de abandono", explica Juan Manuel Huecas, arque¨®logo y director de la escuela taller. "No existe constancia de que los ¨¢rabes las utilizaran, aunque no me extra?ar¨ªa, dada la importancia que le daban al agua". E incluso despu¨¦s, durante el primer tercio del siglo XX, estas instalaciones se utilizaron como ba?o p¨²blico. Sin embargo, la guerra civil hizo que su uso se abandonara definitivamente. "Antes de comenzar las obras, aquello era un estercolero", relata Eduardo Tamarit. El Ayuntamiento tiene, adem¨¢s, un proyecto de construcci¨®n de un balneario junto al yacimiento, que tomar¨ªa el agua del mismo manantial y la calentar¨ªa por medios naturales, tal y como lo hac¨ªan los romanos hace 19 siglos. Todav¨ªa falta que un experto realice un estudio en condiciones, pero no cabe duda de que el agua que emana en estos ba?os es muy buena para la piel. Los archivos lo corroboran: en 1790, una ni?a con el cuerpo lleno de llagas lleg¨® desde ?cija para ba?arse en las aguas y al poco tiempo estaba curada. Lo mismo le sucedi¨® en aquellos d¨ªas a un hombre que sufr¨ªa impotencia, problema que desapareci¨® tras sumergirse en los ba?os durante una semana. "Tenemos un precedente del Viagra", bromea Juan Manuel.
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