El rinc¨®n de los abor¨ªgenes

Hace diez a?os era un rinc¨®n casi desahuciado dentro de las fiestas de Vitoria. Punkies y pies negros hab¨ªan instalado all¨ª su particular campamento. Diez a?os despu¨¦s, la Plaza del Machete es uno de los escenarios festivos con m¨¢s aceptaci¨®n. Se ha especializado en el ambiente euskald¨²n y, tanto de d¨ªa como de noche, el trasiego de visitantes es interminable. Los que se acercan hasta esta plaza pueden degustar un poco de queso de Idiazabal, saborear un Rioja alav¨¦s, un pat¨¦ Zubia o sidra de Zapiain y a la vez disfrutar con la m¨²sica de la trikitrixa de Pagozueta y Agurain o con los bertsolaris m¨¢s afamados de Euskadi. "Hace diez a?os", recuerda el director de Cultura del Ayuntamiento de Vitoria, Enrique Ruiz de Gordoa, "el Gobierno vasco nos propuso que busc¨¢ramos un lugar para promocionar productos t¨ªpicos en casetas similares a las txosnas. Con el paso del tiempo, la Plaza del Machete ha cogido un gran auge en fiestas y ya es una de las citas imprescindibles". El 80 % de los habituales de la plaza del Machete es menor de 24 a?os. El campe¨®n de los bertsolaris vascos, Andoni Ega?a, es uno de los asiduos. "La Plaza del Machete es uno de mis lugares preferidos durante las fiestas de Vitoria. Le tengo un especial cari?o". No en vano, Ega?a fue uno de los impulsores de esta iniciativa cuando era el n¨²mero dos del departamento de Cultura, justo antes de dedicarse profesionalmente a los bertsos. Y es que una plaza como la del Machete, por historia y tradici¨®n, no se merec¨ªa un fin como el que hab¨ªan planeado para ella los punkies. Los procuradores generales de Vitoria juraban en este recinto ante un machete fidelidad a los privilegios de Vitoria. Todos los a?os desde el siglo XVI al XIX los procuradores ofrec¨ªan su cabeza como garant¨ªa de que iban a defender las libertades de los vitorianos. Seg¨²n la historia, no hay noticias de ning¨²n decapitamiento. El filo permanec¨ªa alojado en un nicho de la pared trasera de la Iglesia de San Miguel, que da a la plaza. Desde 1841, esta tradici¨®n cay¨® en desuso y no parece que los actuales mandatarios de la provincia y de la ciudad est¨¦n dispuestos a revitalizarla, por si acaso. Uno de los momentos m¨¢s esperados del d¨ªa en la plaza llega a media tarde. Todos los amantes de la danza popular participan en el baile de la era y en el tradicional Txulalai. "Estas danzas me recuerdan mucho cuando era m¨¢s joven", dice Amaya, una vitoriana de 50 a?os. "Con 15 a?os bailaba todo. Me hace muchas ilusi¨®n ver los esfuerzos que se hacen por recuperar estas tradiciones", agrega.