Dos orejas bajo el diluvio
El cielo gris¨¢ceo y encapotado, que amenazaba con jarrear desde el inicio del festejo, abri¨® los grifos de una impresionante torrentera y dej¨® el ruedo hecho un embalse durante la faena de muleta al quinto toro de lidia ordinaria. Correspond¨ªa el astado a Jos¨¦ Luis Moreno, que supo aprovechar el mayor recorrido de la res para extraerle una faena que empez¨® con vistosidad, deriv¨® a tono menor all¨¢ por su mitad - en la que el toro le enganch¨® muchas veces la muleta- y que termin¨® en tono m¨¢s elevado, con pases de mayor limpieza. Se volc¨® el diestro cordob¨¦s y dej¨® una estocada arriba. El p¨²blico, calado hasta los huesos, impresionado por el m¨¦rito de torear bajo aquel aguacero, pidi¨® y obtuvo el doble trofeo. No hab¨ªa estado mal Jos¨¦ Luis con su anterior enemigo. Era el burel un ejemplar muy parado, que cort¨® terreno en banderillas, y que lleg¨® sin recorrido al paso final. Moreno, a base de colocarse bien, cruzarse e insistirle desde cerca, consigui¨® templarle por el pit¨®n izquierdo y en los pases de pecho. Termin¨® el bicho reculando y la labor no pudo ser m¨¢s brillante.
Eulogios / Campuzano, Moreno, Canales; Hern¨¢ndez
Seis toros de Los Eulogios en lidia ordinaria, discretos, floj¨ªsimos, parados. 4? de Flores Tassara, para rejoneo, veleto y asticino, mansurr¨®n. Jos¨¦ Antonio Campuzano: pinchazo y estocada ca¨ªda (silencio); pinchazo y estocada corta atravesada (silencio). Jos¨¦ Luis Moreno: pinchazo y estocada ca¨ªda y atravesada (silencio); estocada (dos orejas). Sali¨® a hombros. Canales Rivera: dos pinchazos y estocada (aplausos y saludos); estocada desprendida (palmas). El rejoneador Leonardo Hern¨¢ndez: rej¨®n atravesado (oreja).Asisti¨® la condesa de Barcelona. Plaza de las Ventas, 15 de agosto. Un quinto de entrada.
Canales Rivera se mostr¨® como un torero de t¨¦cnica aceptable con el tercero. Tampoco ten¨ªa embestida el animal y Canales le dej¨® siempre la muleta puesta al final de cada muletazo, con lo que consigui¨® ligar algunos pases. La endeblez del toro quit¨® emoci¨®n a la faena, pero s¨ª tuvo cierto m¨¦rito por la longitud de los muletazos. Las inevitables manoletinas cerraron su labor. Con el ¨²ltimo de la lluviosa tarde, anduvo por fi¨®n y mal colocado. No obstante, cuando lo enganchaba bien con el enga?o, pudo darle alg¨²n muletazo largo y limpio.
Jos¨¦ Antonio Campuzano se enfrent¨® a los peores toros. Inv¨¢lido su primero, que se apag¨® enseguida, y floj¨ªsimo el cuarto, s¨®lo pudo andar voluntarioso y entregado. Tuvo que rectificar muchas veces el terreno, porque ambos animales se paraban con peligro al iniciar los pases. Puso mucho ¨¢nimo e inter¨¦s con el cuarto, prob¨¢ndolo en todos los terrenos y busc¨¢ndole las querencias y las distancias. Tuvo que terminar con un trasteo por la cara. Excelente y sin alardes.
Actu¨® en cuarto lugar el rejoneador Leonardo Hern¨¢ndez, con un toro de Tassara en puntas. Tuvo el caballero una actuaci¨®n completa y redonda. Exhibi¨® un gran dominio del caballo y se mostr¨®, en todo momento, como un excelente jinete. Caracole¨® sin aspavientos, galop¨® de costado y evit¨® los caballazos y los alardes circenses. Excepto el primer rej¨®n de castigo, que le qued¨® algo trasero, todos los chirimbolos que coloc¨® sobre la red quedaron arriba y en su sitio. El hecho de que su enemigo mostrara aquellos impresionantes pitones dio mucha emoci¨®n a su tarea.
Sin dejarse tocar
De haber actuado con mayor cantidad de espectadores en los grader¨ªos, su trabajo habr¨ªa tenido m¨¢s resonancia y ahora se estar¨ªa hablando mucho y bien de este caballero, que ha toreado un toro ¨ªntegro sin dejarse tocar el caballo. Un toro que no fue f¨¢cil, ni mucho menos, pues ante el capote de los peones se pudo apreciar que se frenaba y pegaba tornillazos y que amenaz¨® alcanzar, m¨¢s de una vez, las ancas del equino. Se merece, sin duda, un puesto en la Feria de Oto?o. La corrida result¨® entretenida. Pero no se puede silenciar el deplorable juego de los toros de Los Eulogios, faltos de fuerza y de agresividad, pues las pocas veces en las que, haciendo un esfuerzo se decid¨ªan a alargar la embestida, lo hac¨ªan de forma dulzona, boba y mortecina.
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