Pactar con una nueva Rusia

La decisi¨®n del presidente Boris Yeltsin de destituir a su Gobierno fue mucho m¨¢s que la b¨²squeda de un chivo expiatorio. Tambi¨¦n ha sido la renuncia a una agenda reformista; Occidente debe ahora decidir c¨®mo tratar este repentino e importante cambio en la direcci¨®n pol¨ªtica de Rusia. (...) Es probable que Rusia atraviese un prolongado periodo de estancamiento del crecimiento econ¨®mico, en el mejor de los casos; en el peor, el colapso econ¨®mico combinado con los recurrentes problemas fiscales, mientras el poder de la oligarqu¨ªa crece imparablemente.

(...) Occidente tambi¨¦n debe decidir c¨®mo manejar la petici¨®n de ayuda econ¨®mica de Rusia. La ayuda aprobada en julio por el FMI fue concedida en parte para proteger al Gobierno de Kiriyenko, que por fin avanzaba en las reformas. La situaci¨®n ahora es muy diferente. Occidente no debe dar un nuevo paso en la ayuda hasta que el Gobierno de Chernomirdin pueda probar que continuar¨¢ con el plan de reformas. Cualquier apoyo financiero debe ser estrictamente condicionado a las acciones tomadas; no como antes, a las promesas de actuar, que han sido frecuentemente incumplidas. El dinero dado incondicionalmente, aun con las mejores intenciones, puede ser dinero malgastado. Condicionar la ayuda es la ¨²nica herramienta que Occidente tiene para mejorar las oportunidades de reformas, desalentadoramente escasas, y debe ser utilizada prudentemente. (...)

26 de agosto.